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Ismael Serrano: "Uno le canta a lo que le emociona"

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"Entendemos como propio el folklore que se hace en territorios lejanos"

Ismael Serrano es un abanderado de lo que llama "canción de autor", de tomarse sus tiempos para escribir, de analizar la realidad en sus canciones.

Es también uno de los cantautores más importantes de su generación que, según él, se caracteriza por ser permeable a la influencia de otras partes del mundo. Este viernes regresa a Uruguay para presentar en el Auditorio Adela Reta su último disco, La llamada, un álbum optimista, un poco melancólico, y decididamente influido por su reciente paternidad.

—¿Cómo influyó en tu música ser padre?

—Yo creo que no hay nada más inspirador, renueva tu mirada porque de repente recuperás la sensación de vivir por primera vez cosas que ya has vivido. Es verdad que también exacerba tus miedos, pero componer es una forma de combatir esos miedos. También amplía tu mirada hacia el horizonte y te vuelve más permeable de alguna manera, te hace perder prejuicios. Sobre todo creo que es saludable para hacer una cura de ego, en el sentido que te das cuenta de que tus problemas no son tan importantes como crees. El hecho de que este disco tenga ese carácter de celebración tiene que ver con la paternidad.

—¿Esas nuevas virtudes hacen que estés en tu mejor momento como compositor?

—Sí, creo que es mi mejor momento. Este disco es el que más me gusta, no sólo como compositor, sino a la hora de estar sobre el escenario, como intérprete. A los cuarenta años ese tiempo ha llegado, no sé si tarde, pero ha llegado.

—Hace un año que estás tocando este último álbum, ¿cómo lo ha recibido el público?

—Me parece que gustó, la respuesta en el directo es muy contundente porque es verdad que hay una base rítmica muy intensa. Desde el punto de vista musical nunca hubo un vivo tan movido, además la puesta en escena es muy ambiciosa. Yo percibo una respuesta muy positiva.

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—La Llamada tiene un candombe, ¿tenés planeado hacer algo especial cuando lo vengas a tocar a Uruguay?

—Me gustaría, es algo que tenemos en mente, me tengo que poner manos a la obra en cuanto llegue porque me encantaría precisamente contar con la colaboración de los músicos locales. Es verdad, igual, que yo no he hecho un ejercicio de estilo, porque para hacer un candombe real hay que haber crecido en el Río de la Plata. Pero sí, me gustaría darle ese carácter tradicional con una cuerda de allí.

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—En este disco hay mucha influencia musical de Latinoamérica. ¿Siempre fuiste de escuchar mucha música de este continente o vino con los años?

—Es algo que fui incorporando con el paso del tiempo, de pequeño en casa escuchábamos más que nada cantautores. Mi vínculo con Latinoamérica viene un poco con la música que oía de chico, desde Silvio Rodríguez a Zitarrosa. Luego, ya como hijo de mi generación, he tenido acceso a otra información, vivimos en la era de las comunicaciones. El cantautor siempre ha sido un renovador del folclore y ahora, en un mundo globalizado, ese acceso a la música hace que el folclore se universalice. De esa manera entendemos como propio el folclore que se hace en territorios lejanos. En ese sentido he tratado de ganar en permeabilidad.

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—Esta época, también, trae otros desafíos para los cantautores más folclóricos, tal vez no sean tan populares como en otros años...

—La canción de autor no tiene todas las plataformas de difusión que merece, compite de forma muy desigual con otros géneros y, sobre todo, con una estética musical que apela al escapismo puro y duro. El cantautor a veces hace una llamada a la reflexión, trata de darle un vuelo poético a los contenidos. En una sociedad de consumo donde todo se usa y se tira casi al instante, hacer ese tipo de canciones es muy difícil, apostar por algo que requiere cierta mirada a largo plazo. No es que requiera un esfuerzo añadido, simplemente son otros los tiempos. La carrera de un cantautor no se basa en un hit específico, ni en un momento mediático puntual, es algo que construyes en el tiempo, con una dedicación, una trayectoria, una coherencia. Estos tiempos no permiten precisamente esos plazos.

—Pero esas letras en los momentos de crisis son las que más sacuden a la sociedad, ¿no?

—En ese sentido sí que ha habido una vuelta a la canción social, pero incluso en otros géneros, gente que venía del pop y permanecía ajena a este tipo de lenguajes se ve obligado a hacerlo. Digo obligado porque ya no puedes mirar a otro lado, porque mires donde mires está. La indignación es tan generalizada que es inevitable que surjan canciones así. Finalmente uno le canta a lo que le emociona. Si no te emocionas o no te indignas con lo que viene ocurriendo en España, en Europa, en el mundo en general... eres de piedra.

—Otra cosa que te conecta con América Latina, especialmente con Uruguay, es tu admiración a Benedetti.

—Pues yo en este disco me he acordado mucho de aquellos versos de Benedetti en los que decía que había que defender la alegría como una trinchera, como un derecho, esa reivindicación de la alegría como herramienta de lucha, como recordatorio de lo que es realmente urgente, que es el impedir que te roben la esperanza y la autoestima. Eso es una de las cosas que ha hecho la crisis, culpabilizarnos del desastre, cuando el ciudadano medio no tiene la culpa, y nos roba la autoestima de tal manera que tienes que aceptar los ajustes y los recortes como si fueran medidas ineludibles.

—Sos muy activo en las redes sociales, ¿cómo te llevás con ellas?

—Bien, me encantan, pero soy consciente de que son un arma de doble filo, encapsulan el mensaje y hacen que pierda matiz. Yo creo que estamos perdiendo capacidad de análisis en profundidad, porque no hay nada más antiguo que el tuit de hace un minuto. Es todo fugaz y no cuestionamos de qué manera está influyendo en nuestra forma de comunicarnos. Creo que idealizamos ese mundo virtual sin tener en consideración qué modelo se está construyendo. El "ciberfetichismo" nos hace dar por bueno cualquier avance tecnológico. Tenemos el navegador abierto con diez pestañas: un blog, nuestro blog, Twitter, Facebook, los correos, dos periódicos... Vivimos con esa desatención continua que se le diagnostica a las nuevas generaciones.

SABER MÁS

TRES CANCIONES.


De protesta - "Papá cuéntame otra vez".

"Papá cuéntame otra vez esa historia tan bonita/ de aquel guerrillero loco que mataron en Bolivia/ y cuyo fusil ya nadie se atrevió a tomar de nuevo/ y como desde aquel día todo parece más feo". "Papá cuéntame otra vez" es una de las canciones más polémicas del cantautor español, sin embargo este tema fue compuesto por su hermano, Daniel Serrano, que es periodista al igual que su padre.

Multicultural - "Candombe para olvidar".

La llamada es el disco de Serrano con más influencias latinoamericanas a nivel rítmico. Junto a "Pequeña bachata mediterránea", "Candombe para olvidar" es la más evidentemente latina y ninguna de las dos intenta ocultarlo. El ritmo movido y optimista refuerza el mensaje de la canción. "Pero esta noche nos dejamos de derrotas. / Hoy nuestras rosas olvidaron sus espinas".

Romántica - "La extraña pareja".

El tema, que pertenece a su primer disco, Atrapados en azul, narra la historia de una pareja y cierra con un final trágico. Con esta canción Serrano muestra su don como poeta y su calidad para narrar historias. "Bebían y se amaban, o eso parecía/ discutían a veces, a veces sonreían/ se besaban y odiaban, pero nadie es perfecto". El álbum obtuvo un disco de platino en España.

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