La honestidad de un rap local con acento sevillano

26/05/2018, 20:01

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Lanzamiento

El debut de Arquero es una sorpresa

belén Fourment

"Todo lo que hacemos es por amor, no entiendo por qué mierda ellos nou201d, canta con cierta rabia Arquero en el estribillo de u201cFor Loveu201d, y es el resumen perfecto de un primer disco que, a esta altura, es de lo mejor del año en cuanto a música nacional. Porque aunque Diego Arquero nació en Sevilla y su acento delata, al menos, que no es de por acá, su disco no puede ser más uruguayo: está repleto de referencias a la cultura local, desde marcas y costumbres hasta guiños musicales u2014por ahí se cita a u201cLa lluvia cae sobre Montevideou201d de Traidoresu2014, e incluso en el título, Aguafiestas, parece haber algo muy local en el significado. Esa cosa de disfrutar a medias, no vaya a ser que la alegría sea demasiada.

u201cTodo lo que hacemos es por amoru201d, canta Arquero, y eso es lo que queda al pasarle la primera raya a este disco: un acto de amor honesto y absoluto, que además se hace evidente en los versos. Sí, cualquiera puede esperar que la música siempre se trate de eso, pero la vida al final es otra cosa.

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Arquero cumple con entregarse al cien por ciento en este debut que es, ante todo, una obra de rap. Si bien musicalmente hay momentos muy interesantes u2014el combo u201cJuro palabrau201d y u201cGuachou201d es letalu2014 y hay una aspiración alta en cuanto a la producción, el esqueleto, la carne, la sangre y la piel de este disco, son la poesía.

Arquero tiene un estilo personal para hacer y decir, y cualquiera puede escuchar este disco y sentir que conoció al que está detrás. Las referencias al vino y a cierta cerveza uruguaya, los ansiolíticos, la falta de su madre, los amigos, Los Buenos Modales (el colectivo que el rapero integra y que le dio su primer golpe de visibilidad por fuera del género, con u201cFlandersu201d y u201cClassicou201d), se amontonan a lo largo de 13 canciones que tienen una misma intención: ser honestas.

Esa honestidad se da entre una metralleta de imágenes concretas y preciosas (u201cHablando sola, la cara mojada, ¿viste que la casa se llueve si lloras? Tus ojos chorreando pintura; fin de la escena, banda sonorau201d, dice el final de u201cJuro palabrau201d); y dos humores, el más combativo e irónico y el reflexivo.

Y también se da entre beats que mantienen una cadencia pareja, un ritmo más bien lento y envolvente, que contribuye a hacer foco en la profundidad del mensaje. Igual hay juegos interesantes en ese plano, como los cortes de u201cSolo un mirónu201d, y, por supuesto, el punch electrónico de u201cJuro palabrau201d o las incursiones más funkies, que le dan un baño de pista a las canciones.