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Gustavo Santaolalla cuenta la historia de la colaboración entre Bajofondo y Natalia Oreiro

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Bajofondo y Natalia Oreiro en "Listo pa' bailar". Foto: Difusión

ENTREVISTA

El músico y productor argentino charló con El País sobre su nueva canción, el futuro, la pandemia y las reacciones a la serie "Rompan todo"

La pandemia del coronavirus le alteró la rutina que tenía hace una década: viajaba durante seis meses; volaba a Europa, Asia y al menos tres veces por año a Argentina, ya sea por el colectivo Bajofondo, por su proyecto musical solista, por las bandas sonoras para series o películas, por el videojuego The Last of Us o por las charlas que da. “Yo he llegado a juntar 800.000 millas, cosas así. Increíble”, dice Gustavo Santaolalla en videollamada con El País. “Y de repente: pum, nada. Rarísimo”.

Sin embargo, el músico y productor argentino explica que todo su trabajo se adaptó a la virtualidad, y que a lo largo de su vida experimentó en diferentes oportunidades “la onda de estar bastante aislado”, así que algo del confinamiento fue como reencontrarse con un viejo conocido.

Consciente de cómo el COVID-19 afectó al mundo entero y dañó personas, sociedades y estructuras, Santaolalla se enfoca en lo positivo —tiene pareja, hijos y nietas y están todos sanos, resalta— y habla de sus muchos proyectos paralelos con un entusiasmo que, al menos la media hora que dura la entrevista, contagia.

Gustavo Santaolalla. Foto: Difusión.
Gustavo Santaolalla. Foto: Difusión.

Gustavo Alfredo Santaolalla, 69 años y más de 50 de carrera, dos veces ganador del Oscar, dice que se mantuvo ocupado porque el encierro aumentó la demanda de series, las plataformas no pararon de producir y “siempre hace falta música”.

Esa frase, dicha casi al pasar, parece aplicar a su vida toda. En su lista de trabajos a corto plazo están la música de la serie Narcos México (sigue en ese proyecto) y de otras dos series de animación, la música de la película BIOS que protagoniza Tom Hanks y estrenará pronto; una canción que escribió con Paul Williams y grabó con Gary Clark Jr. para un documental de Amazon Prime Video sobre Hunther S. Thompson; y el reencuentro con la banda Molotov para producirles un par de canciones (el argentino estuvo detrás de su exitoso álbum debut ¿Dónde jugarán las niñas?). Para rematar, “un par de proyectos para la NASA, que no puedo decir mucho, pero uno es para la Tierra y otro para afuera”.

Pero Santaolalla charló con El País para contar otra historia: la de “Listo Pa’ Bailar”, la colaboración que el grupo rioplatense Bajofondo lanzó días atrás junto a Natalia Oreiro. Esta relectura de un clásico bajofondero (“Pa’ bailar”, que ya supo cantar Julieta Venegas) es el eje del EP lanzado hoy. Incluye dos versiones, bilingües, en ruso y español; una toda en ruso, otra toda en español y una instrumental.

“El encuentro existe hace tiempo porque Ricardo (Mollo, pareja de Oreiro) es un gran amigo, tengo una conexión que va más allá del laburo. Por muchas cosas, y además porque hicimos un disco maravilloso, icónico dentro de la carrera de Divididos y dentro del rock argentino, La era de la boludez. Y obviamente soy fan de ella como actriz, porque de hecho como cantante mucho no la conocía, para ser sincero. Pero acá se dieron unas coincidencias”, resume.

Oreiro, es sabido, tiene una relación estrecha con el público ruso que lleva más de 20 años de desarrollo y que valió incluso un documental sobre el fenómeno, Nasha Natasha (en Netflix). Y Santaolalla también, pero de otra manera: dice que en el último tiempo la audiencia que más lo escucha se divide entre Estados Unidos y Rusia, sobre todo por la influencia del videojuego The Last of Us.

Además, Bajofondo tiene un lazo importante que se comprueba, por ejemplo, en la rutina de la gimnasta Ksenia Afanasyeva en los Juegos Olímpicos de Londres 2012 al ritmo de la excelente “Grand Guignol” del colectivo argentino-uruguayo cofundado por Juan Campodónico.

Sin embargo, repasa el músico, “hemos tocado en casi todo el mundo —me precio de decirlo—; hemos estado tres veces en China, cuatro en Corea, toda Europa, Disco de Oro en Grecia, en Marruecos tocamos adelante de 100.000 personas. Pero en Rusia nunca tocamos”.

Esas coincidencias y algunas conversaciones llevaron a que se gestara este sorpresivo cruce. Ahí se resolvió tomar “Pa’ bailar”, hit del disco Mar dulce de 2007, y correrla a otro lugar. Se la aceleró, se la montó sobre una línea de bajo que en la original no existía, se la transformó en canción electrónica y se construyó una nueva letra con historia mínima de pandemia. Para completar, sumaron coros de rusos radicados en Argentina y un videoclip de Agustín Ferrando Trenchi; habrá otro, animado, de Pablo Noriega.

“A Natalia le encantó, hizo una versión buenísima, la cantó bárbaro”, dice Santaolalla. “Y hemos tenido una reacción maravillosa, es increíble lo que está pasando en Rusia. El hit de la pandemia, ¿viste?”.

“Lo que es muy interesante es que Bajofondo, por cómo está concebido el proyecto, da lugar a todo. Hay una puerta abierta para todo. Nosotros podemos colaborar con Elvis Costello y con Pablo Lescano. Da para todo”, remarca el productor.

De hecho, después de la alianza con Oreiro, el grupo prepara e lanzamiento de otro featuring que dará que hablar. Es con el trapero argentino YSY A y, asegura Santaolalla, servirá para dimensionar el momento especial y creativo que vive la troupe bajofondera, que se reencontró tras unos años de pausa y en 2019 lanzó Aura. Es un álbum impecable que ganó Premios Gardel, Graffiti y estuvo nominado a los Latin Grammy y a los Grammy; ahora ya piensan en un nuevo disco.

Atrás de las colaboraciones, asegura, tiene que haber “talento, algo que nos llame la atención, que nos parezca que tiene algún tipo de peso, por distintas cosas”. Y repara poco en la eventual crítica sobre el carácter comercial de este tipo de cruces.

“Es inevitable, imaginate. Después de lo de Rompan todo...”, dice en referencia a la serie de Netflix sobre la historia del rock en América Latina, que lo tiene como productor ejecutivo y que lo convirtió en rostro de memes que, entre otras cosas, ironizaban sobre cómo este documental muestra la importancia de su figura. “Ya sabemos que es un campo que da para eso. Hay gente que no tienen nada que hacer, hay trolls, entonces uno no se puede guiar por eso en la vida; si no, estás frito. Y tampoco uno puede estar dando explicaciones a todo el mundo”, zanja.

“Lo más importante de Rompan todo es que abrió la conversación sobre el rock, que está en cuarentena como el resto del mundo”, resalta el artista y, entre otras cifras que repasa, dice que la serie estuvo número 15 en el ranking mundial de Netflix. “Entonces eso es lo importante; después, llenos de malas informaciones los memes, porque cuando dicen que son todas mis bandas, de los más de 90 artistas que aparecen yo trabajé con 14 y te los puedo nombrar. Yo no soy EL productor de la serie: soy uno y no el principal, no decido las cosas. Y hay bandas que me hubiera encantado que estuvieran y no quedaron, porque no entran dos litros de agua en un vaso. Pero ojalá esto dé para que mucha gente haga los documentales que cree que hay que hacer. No es fácil”.

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