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Gilberto Santa Rosa: "La música ayuda a sanar y es un desahogo emocional"

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Gilberto Santa Rosa. Foto: Difusión.

ENTREVISTA

Este viernes, Gilberto Santa Rosa publicará "Colegas", un disco de que incluirá 16 colaboraciones. Antes del lanzamiento, el "Caballero de la salsa" habló con El País

Apenas se conecta la videollamada por Zoom, lo primero que resalta es la amplia sonrisa de Gilberto Santa Rosa. Está vestido de traje y, detrás de él, se ve un fondo negro. A los costados hay dos pósteres que retratan la portada de Colegas, el disco de colaboraciones que lanzará este viernes. “Me gusta mucho tu país”, es lo primero que dice el puertorriqueño, conocido como El caballero de la salsa. “He ido varias veces, y ustedes y nosotros tenemos más o menos la misma población”, comenta al recordar sus presentaciones en el Teatro de Verano.

“No quiero adular, simplemente digo la verdad: en el Teatro de Verano me siento como en casa. Me encanta ver a la gente y, las veces que he estado ahí, he sentido que soy mejor cantante. Es muy agradable porque es un poco más íntimo y cercano”. Su último recital en Montevideo fue en octubre de 2017, cuando llegó al escenario del Parque Rodó por cuarta vez en su carrera para presentar 40... Y contando, el show con el que giró por América y Europa celebrando cuatro décadas de música.

El repertorio, que incluía los éxitos “Conciencia”, “Me volvieron a hablar de ella” y “Sin voluntad”, luego quedaría registrado en el álbum en vivo 40... Y contando, que se grabó en febrero de 2018 en su Puerto Rico natal. A dos años de esa etapa retrospectiva y repleta de celebraciones, Santa Rosa está listo para un nuevo paso en su carrera. Y lo hará con Colegas, un álbum de 19 canciones que incluye 16 colaboraciones con artistas como Tito Nieves, Tito Rojas, Isaac Delgado, Víctor Manuelle y Nino Segarra

Antes del lanzamiento, Gilberto Santa Rosa habló con El País.

—Este viernes se publica tu nuevo disco, Colegas, que incluye numerosas colaboraciones. ¿Cómo surgió la idea de esta serie de intercambios musicales?

Colegas no iba a ser un disco. En realidad iba a ser un archivo privado y era un capricho que yo tenía de grabar con varios músicos y cantantes. Quería mantenerlo como un recuerdo, entonces empecé a grabar y llegaron versiones de lo más simpáticas. Un buen día me había dado cuenta de que ya había grabado 10 canciones. Cuando llegué a ese número se me ocurrió seguir grabando y así llegué a 19. 16 canciones son colaboraciones y por eso el título del disco. Me tardé siete años porque lo hice a mi aire.

—Lo interesante de este proyecto es que nació casi como un juego, y eso queda muy presente en el primer adelanto, "La familia", que grabaste junto a Tito Nieves. ¿Sentís que eso se va a notar en el resto del álbum?

—Yo entiendo que sí porque todos hemos pasado un momento agradable. Las sesiones de grabación con los cantantes duraban 45 minutos, pero los cuentos y las anécdotas duraban tres horas (se ríe). Eso todo lo van a sentir en Colegas. Una cosa que me impresionó mucho de este trabajo es que los músicos tenían amplio respeto por los arreglistas, por la música que se estaba interpretando y a quiénes interpretaban. Se creó algo muy bonito y cada sesión venían los músicos y los cantantes con su propia cámara porque querían tener su recuerdo en su teléfono. Pasó algo muy bonito en la grabación de Colegas.

¿Cómo se dio el proceso de selección del repertorio del nuevo disco?

—Hay un poquito de nostalgia puesta porque todas estas canciones tienen un corte muy tradicional. Es un poco de buscar las cosas que yo cantaba cuando era cantante de orquesta, en los años setenta. Ese tipo de música me lleva a esa época y yo tenía a muchas de las canciones pensadas y quería sacármelas de la garganta. Así fui conformando este trabajo, del cual yo me siento muy orgulloso.

Mencionaste que el repertorio se basa en canciones que cantabas en los años setenta, y, a lo largo de toda tu discografía, te has dedicado a rescatar varios clásicos del género. ¿Sentís que tu música ayuda a generar un puente para que las nuevas generaciones se acerquen a compositores clásicos?

—Sí, creo que somos un puente entre en generaciones. Es importante destacar que Colegas no es un disco nostálgico; es un disco que está al día, pero sí me acerco a esa época en la que la música y el ritmo era, quizás, más importante que lo que se cantaba. Era una excusa. Las canciones se grababan para que la gente la bailara y la pasara bien, y en el caso de los músicos y las orquestas, servían para una competencia saludable de que cada orquesta quería ser mejor que la otra y tener los arreglos más elaborados. De todo eso habla Colegas, y es una puerta para que la generación nueva vaya a estudiar a esta gente que hizo un gran trabajo.

—En mayo grabaste una versión de “Canta mundo” junto a la Orquesta Sinfónica de Caldas. La letra dice: “El mundo está lleno de gente que quiere volver a cantar”. En este tiempo de pandemia, ¿sentís que la música ha servido como refugio?

—Esa canción fue estrenada en el año 1971. Fue el segundo lugar en un festival de la canción dominicana y me llamó la atención lo profética que es la letra. Manuel Troncoso la escribió y la estrenó una cantante dominicana que se llamó Luchy Vicioso. En el ‘72 la grabó el maestro Tito Rodríguez, que es la versión que yo mejor conozco y que me impactó desde que yo era niño. Yo tenía 10 años cuando la escuché por primera vez. Cuando me hablaron de este proyecto, la primera canción que me vino a la mente fue “Canta mundo” porque, definitivamente, el mundo está lleno de gente que quiere volver a cantar. Siempre la música ha sido un artículo de primera necesidad, pero en estos días la gente está poniendo más oído y más atención a las cosas. La música ayuda a sanar, y es un desahogo emocional y de esperanza.

—Es que, además de ser un refugio emocional, muchas letras han adquirido un nuevo significado en estos tiempos. ¿Te han llegado comentarios de gente que te dice que tus canciones los ha ayudado?

—Antes de esta entrevista estuve almorzando con unos amigos y comentaba que era curioso que en estos días la gente me escribía para decirme que había compartido mucha música mía para celebrar mi cumpleaños. Mi amigo me dijo: “¿Tú te das cuenta de esto?”. Creo que la música te ayuda, y no solamente a sanar, sino además te remonta a momentos placenteros. Te cuenta historias personales, aunque la letra no necesariamente hable de eso. Pero a veces oyes una canción y recuerdas cuando estabas en el colegio, o cuando fuiste al bailecito por primera vez con tu noviecita o cuando tuviste que salir del país. A veces voy caminando por la calle y me paran y me dicen: “Usted debe ser brujo, porque cada vez que usted canta algo a mí me está pasando eso”. Es la magia que tiene la música: toca las emociones de la gente.

—Ya que mencionaste que las canciones nos remontan a momentos placenteros”, en el disco 40...Y contando, ¿hay alguna que te recuerde tu primera época?

—Sí, pero no está grabada en los 40 años porque decidí hacer otra de la misma época. Hay una canción que me recuerda a los años setenta y que se llama “Palo de caña brava”. En ese momento, lo importante era que la gente disfrutara y que la música tuviera sabor para bailar; entonces las letras eran muy livianas. El único mensaje era que la caña de azúcar estaba muy seca, así que solo servía es para pescar. Te podrás imaginar qué mensaje tan profundo (se ríe), pero fue la primera canción que el maestro Mario Ortiz me dijo: "Apréndete esta canción que la vas a grabar". Para mí era de Grammy porque era mi primera canción. Ese momento me marcó y lo recuerdo como si fuera hoy.

—En los últimos años se está viviendo una efervescencia de la música latina, que está ligada al crecimiento del género urbano. Ahora no es necesario cantar en inglés para llegar a las radios de Estados Unidos. ¿Notás este crecimiento?

—Creo que se está recogiendo los frutos de lo que sembró. Yo pertenezco a una generación de artistas, pero antes de nosotros llegó mucha gente que fue abriendo brechas y sembrando. Lo que se está recogiendo ahora es el resultado del trabajo de todos estos años y del talento de los artistas, claro. Yo pienso que hoy día, entre eso que te acabo de decir, junto a todos los adelantos tecnológicos, han logrado que la música se difunda y llegue a lugares que ni te sospechabas. Lo curioso es que el movimiento urbano, tan fuerte y exitoso, está, quizás, volviendo a los setenta porque, hoy día, el ritmo, pasarla bien y la fiesta va por encima de lo que se está cantando. A veces puedo disculpar a los muchachos por lo que están diciendo porque el fin es pasarla bien y que el ritmo te mueva. Lo bueno es que el consumo de la música latina, en el género que sea, ha subido dramáticamente.

—¿Qué esperás que encuentre la gente al momento de escuchar Colegas?

—Les entrego Colegas con el mismo cariño con el que yo lo hice y espero que lo disfruten tanto como yo lo disfruté haciéndolo. Hay una serie de colaboraciones de gente que ustedes quieren y admiran mucho. Modestia aparte, es un buen disco.

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