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Gerónimo Rauch: "Soy muy honesto a la hora de subirme al escenario"

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Gerónimo Rauch

Entrevista

El ex Mambrú y estrella de los musicales en España, llega a Uruguay con De Broadway a Hollywood

Ganó fama regional cuando integró la boy band pop más exitosa de Argentina, Mambrú, salida de un reality show en años de profunda crisis. Pero Gerónimo Rauch no está seguro si se acuerda de memoria alguna de aquellas canciones: hoy su repertorio está ligado al musical, un género en el que se consagró en suelo español, y en el que hizo de El fantasma de la ópera a Los miserables, pasando por Chicago y títulos de primera línea. Ahora, alejándose de los elencos y presentándose al público como solista, llega al Teatro Solís con De Broadway a Hollywood. Antes del show del domingo próximo, para el que hay entradas en Tickantel, charló con El País.

—¿Cómo nació el espectáculo que vas a hacer en el Teatro Solís, De Broadway a Hollywood?

—Sacando lo mejor de los shows que ya presenté en Argentina. Ahora estoy aunando todo en este recorrido por las grandes canciones de musicales de la historia, que muchas tuve la suerte de interpretar yo. Entonces aparecen personajes; es como el espectáculo de Martín Bossi, pero yo me transformo desde la música.

—¿Cómo se articula todo eso, que parecería fragmentado? ¿El contexto lo das vos?

—El hilo conductor soy yo, e intento hacer un concierto fresco, no de etiqueta. Es interactivo, cuento las historias de las canciones, para que al público le lleguen, y la gente llora en los conciertos (se ríe).

—¿Necesitaste en este momento, dejar los personajes para aparecer como Gerónimo Rauch ante el público?

—Hace rato quería ser yo el que se trasladase a los lugares, y un musical te clava en un teatro, en un lugar durante mucho tiempo. Empezando a girar te abrís a nuevos públicos. Y yo no estoy escondido atrás de un personaje, lo que está bueno, porque yo soy muy honesto a la hora de subirme a un escenario. Y necesitaba hacer esto sin máscara, valga la metáfora de haber hecho El fantasma de la ópera.

—Has hecho personajes icónicos de musicales. Cuando te ofrecen por ejemplo El fantasma de la ópera, ¿qué cosas sabés que no podés hacer?

—Hay una etapa de confianza ciega con el equipo creativo. Yo prefiero ser una hoja en blanco que una hoja escrita, y tener que empezar a borrar cosas. Sí tengo que investigar, y me es muy útil confiar en el director. Y si él no me da las respuestas en el período de ensayo, las busco yo. Pero es muy difícil ir con algo preconcebido. El proceso de ensayo de El fantasma... fue de los más duros de mi vida, porque me ignoraron por completo: el personaje está aislado, y lo que querían era que yo me sintiera así. Y lo lograron.

—Tu disco solista Here, There and Everywhere, ¿fue el paso previo necesario para esto?

—Fue una linda carta de presentación. Yo siento que este espectáculo es la unión de muchos años de conciertos, y quizás una despedida de los musicales por un tiempo. Porque estoy por lanzar otro disco, en setiembre, que no tiene nada que ver con todo esto.

Gerónimo Rauch
"Something" de los Beatles, en versión de Gerónimo Rauch

—¿Qué se puede contar?

—Que lo grabé en Los Ángeles con Humberto Gaticca, y es más crooner, volviendo a los cantantes románticos latinos.

—¿Qué tanto público de Mambrú te sigue?

—¡Mucho! Y vamos creciendo juntos. Muchas ya son madres, o hay hombres que traen a su mujer o su novio, y me encanta seguir siendo parte. Porque lo que yo no sabía es que el fanatismo hacia alguien une a las personas, y se genera un vínculo fuertísimo. Vos sos la excusa para un encuentro. Mi club de fans es supersólido, y eso me emociona. Mi regalo de cumpleaños me lo compraron desde Argentina y pusieron plata de distintas partes del mundo.

—¿Qué te regalaron?

—Una campera alucinante. Dicen que estaban hartos de verme con la campera negra de cuero (se ríe), y me regalaron una marrón. Y me encantó el gesto, hasta en eso están.

—Mambrú cargó con mucho prejuicio, pero también hay prejuicio con los musicales...

—¿Sabés lo que pasa? Que aprendí a dejar de pensar en lo que piensa el otro de mí. Se pierde mucha energía tratando de agradarle a alguien que no quiere eso. En ese sentido, yo no quiero cantarles a los que no quieren escucharme, sí a todos los que vienen a verme. Y no me importa por qué venís a verme: lo que me importa es que te quedes. Ahora por ejemplo empezaron a seguirme los fans de Il Divo de Uruguay, y tiene lógica, porque ese es mi público.

—¿Te interesaría integrar un proyecto como Il Divo?

—Ya estuve en un grupo y es muy difícil, cada uno tira para su lado. Prefiero hacerlo solo el camino, equivocarme yo, y algún día sí me gustaría hacer un espectáculo juntando a otros artistas, pero que sean cuatro solistas que se juntan para una ocasión. Eso sí.

—¿Por qué Bandana y Mambrú calaron tanto? ¿Fue eso de el momento y el lugar justos?

—Bandana y Mambrú llegaron post corralito, y fue entretenimiento que necesitaba la gente, algo que no sea nocivo. Necesitaban algo fresco y alegre, y nosotros hemos alegrado a mucha gente, cosa que quizás después no pasó con los reality shows. Fue una buena plataforma; después hay que seguir luchando y ser coherente.

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