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La fuerza bahiana en una voz

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Daniela Mercury en Carnaval de Bahía. Foto: difusión

Daniela Mercury

La cantante brasileña estará en Uruguay y habló con El País sobre el show y su vida

Daniela Mercury en Carnaval de Bahía. Foto: difusión
Daniela Mercury en Carnaval de Bahía. Foto: difusión

Llevar una conversación con Daniela Mercury no resulta sencillo, no porque sea escueta, al contrario, sino porque entre canto, añoranzas y reflexiones se adueña del hilo de la charla y hay que seguirla. Es una mujer que desde siempre tuvo las cosas claras, un mensaje contundente que se esconde detrás de los saltos en su baile y el ritmo colorido de sus canciones. “Siempre estoy tratando de llevar la lucha política a través de mis canciones. Por un lado está la alegría del ritmo, por el otro letras cuestionadoras”, dice en entrevista con El País previo a su show en Enjoy Conrad de Punta del Este, que será el próximo sábado a las 22.00 con entradas que van entre los 22 y los 99 dólares y que se pueden adquirir en Red Uts.

La bahiana, que fue parte de Banda Eva (la misma que lanzó a la fama a Ivete Sangalo) y que antes de ganar un Grammy Latino fue corista de Gilberto Gil, no se convirtió en “furacán (ciclón) de Bahía” por nada, su fama va más allá de los shows enérgicos que dá hasta hoy en día, con 52 años. Es una mujer directa y que en su verborragia tiene claro el mensaje que quiere dar.

—Cuentan que de niña te sentías diferente a los otros en Bahía, porque eras más tranquila, más correcta, ¿cómo nació el “furacão” Mercury?

—Era tranquila hasta los dos años. Pero después comencé a tener una gran energía. Siempre estaba en bicicleta, en patineta, siempre usando el cuerpo, corriendo y bailando. Hacía baile como parte de las actividades recreativas en la escuela, hice teatro y cuando quise ver, estaba dando clases de baile y participando en grupos amateurs.

—¿Cuándo descubriste que querías bailar?

—Con mi profesora de preescolar Ángela Dantas, era bailarina y tenía una escuela de danza. Ella me presentó el baile y de ahí no paré más.

Daniela Mercury en Carnaval de Bahía. Foto: difusión
Daniela Mercury. Foto: difusión

—Y empezaste a cantar por un show de Elis Regina, ¿qué viste que te gustó tanto?

—Empecé a cantar por casualidad. Todos mis amigos eran jóvenes que les gustaba la música, tocar la guitarra, todos cantan en casa y haciendo serenatas descubrieron que yo cantaba muy bien. Empecé espontáneamente, sin pretensión de ser profesional. Ese sueño vino cuando vi a Elis Regina porque quería conocerla. Me gustaba mucho su repertorio y cuando vi su show, el único que vi porque se fue demasiado pronto, me emocionó y pensé que la única forma de acercarme a ella era cantando también. Pero en realidad nunca tuve como objetivo ser famosa, repito mucho la frase de Carmen Miranda que dice: “Solo quería cantar y un plato de sopa caliente”. Lo que sí quería era ser bailarina profesional y con 10 años se lo planteé a mis padres.

—¿Qué te dijeron?

—Que si me iba bien en la escuela, todo bien. Entonces, como no quería correr riesgo y perder la oportunidad, conseguí una beca con mi profesora y a los 10 años aprendí a tomar el ómnibus sola para poder ir a las clases de ballet.

—Sabías lo que querías

—Era pasión

—¿Qué conservás de esa niña?

—Todo. Creo que el artista es el que mantiene la relación con la imaginación, con los sueños sobre lo imposible, con la pureza que sale del arte sin segundas intenciones, entonces continúo haciendo arte de la misma manera como surgió en mi vida. Libre. Tengo una carrera, pero no vivo en el mundo de la realidad porque me lastima mucho, preciso ese mundo paralelo. Como dice mi canción “Extranhos terrestres”: “Viven en la imaginación, en los multiversos, en un lugar que no existe, el mundo de Alicia”.

—Vivis en la imaginación, pero tenés canciones, como “Samba presidente”, que hablan de esa realidad, ¿la música te ayuda a dar un mensaje?

—Soy una militante social y me gusta conectarme con las emociones de las personas, y como embajadora de Unicef siempre estoy atenta a las cuestiones globales, lo que nos toca como sociedad, las relaciones humanas, las necesidades que tenemos. En ese samba, por ejemplo, hablo sobre una sociedad en la que a pesar de todo el canto contra el racismo, todavía existe la discriminación. Sé que la humanidad no va a cambiar rápidamente, pero creo en el impacto amoroso del arte, y si las personas se tocan con una canción, creo que la canción puede cambiar políticamente este mundo. Porque el arte está en el plano subliminal del inconsciente, y la persona canta, y después se va dando cuenta del texto.

—Aunque hay protesta, no se pierde la alegría, ¿el axé se impone así?

—Me resulta interesante que esa ancestralidad africana que está detrás de los dos géneros y que se traduce de maneras distintas. El samba juega desde un lugar de lamento, como el blues; el rock, quizá porque es más fuerte, tiene un tono más agresivo y reivindica; el axé, celebra, es “una alegría en el hablar que declara revolución”, como dice mi canción “Música de Rúa”. O como “O canto da cidade”, que fue escrita por Tote Gira, un joven negro que canta que se apropia de la ciudad, que el canto y el color de esa ciudad es suyo.

Daniela Mercury
Videoclip de "Rapunzel", éxito de Daniela Mercury en los 90

—Son años de carrera y siempre con esa energía, ¿no te cansás nunca?

—No porque cuando estoy con el arte estoy jugando, estoy protegida, no le tengo miedo a nada. El escenario es para mi como El Principito sobre el planeta, te subís y salís de un lugar palpable.

—¿Qué fue lo más importante que te dio la música?

—La posibilidad de comunicarme y llevar mi percepción al mundo. Yo fui educada por la música de Mercedes Sosa, de Chico Buarque, de Caetano, la percepción del mundo de ellos me dio una visión más amplia de la que podía haber tenido, porque el arte no tiene dogma y es la percepción de cada artista, independiente. “El capitalismo cosifica a las personas, el arte las personifica”, dijo jurista y poeta brasileño, y yo lo repito.

—¿Qué creés que hiciste para llegar fuera de Brasil?

—De la misma manera que llegué acá. Siendo leve, distendida y directa, sin inventar ningún personaje, siendo la niña de bahía que tenía un sueño. Algunos se identifican y les gusta, a otros no. Pero creo que es sobre todo la necesidad de alegría lo que me hace estar en el corazón de las personas.

—¿Cómo es tu vínculo con el público uruguayo?

—Descubrí que mi bisabuela era uruguaya, así que además de sangre portuguesa e italiana, tengo de acá. Y con el público nos encontramos, la magia sucedió y nunca más se acabó, desde nuestro primer encuentro pasaron 25 años y siguen cantando mis canciones.

—Hay canciones de tu repertorio, como “Rapunzel”, que son banda sonora de muchos, ¿vienen esas canciones a Punta del Este?

—Esas canciones están siempre en mi repertorio, las músicas nuevas se van mezclando con los grandes éxitos, para presentar un poco lo de los últimos álbumes, para que ustedes salgan bailando los nuevos temas.

—¿Va a haber clase de baile?

—Voy a enseñar las nuevas coreografías, la danza es lo que lleva a las personas a absorber todos los otros lenguajes. La danza es inseparable en mi trabajo: canto para bailar.
últimos discos

Últimos discos

La bahiana canta para reivindicar el amor

La tapa de Vinil Virutal, de 2015, muestra a Daniela Mercury junto a Malú Vercosa, su esposa desde 2013, posando como Yoko Ono y John Lennon en la mítica foto que Annie Leibovitz les tomó en 1980.  

Las canciones de ese disco buscan, en su esencia, ser “música feminista” y también habla del amor de Daniela Mercury por Vercosa, con quien adoptó tres niñas, Ana Alice, Ana Isabel y Marcia.

Ese disco, fue usado “políticamente”, por la cantante, “para afirmar esa relación de amor y naturalizar”, explica.

Su otro trabajo discográfico O Axé, a Voz e o Violão fue grabado en vivo en 2016, ahí hay un recorrido por canciones como “À primeira vista” (de Chico César, pero popularizada en su voz desde 1996), “Como vai você” o “Música de Rúa”.

También llega Tri Eletro, un álbum digital que cuenta con tres canciones, “Samba presidente”, “un samba bahiano muy divertido de escuchar”, dice la cantante, “porque es una mezcla que también tiene reggae y partes de salsa”. Y “Banzero”, canción que ganó en el Carnaval 2018 de Bahía, donde Daniela Mercury sale todos los años con su trío eléctrico. La canción fue compuesta por Dona Onete, una paranaense de 78 años que quiso enviarle la canción a la cantante bahiana y que terminó por tener su propio videoclip con una multitud de artistas mostrando lo que saben hacer, como una oda a la diversidad del arte brasileño.

No es la única canción que Daniela Mercury recibió y decidió darle voz. “O canto da cidade” fue escrita por Tote Gira, otro bahiano que decidió enviar la canción en un cassette para la cantante. Su equipo no la quería, pero Mercury se encantó con la letra y después de unos arreglos los convenció y la grabó. “Es Tote Gira diciendo a la ciudad: ‘Soy el silencio de la noche y el sol de la mañana”, explica Mercury.

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