Crítica
La Orquesta Juvenil y Coro Nacional del Sodre en el Auditorio Nacional
La Orquesta Juvenil del Sodre inició la velada con la Balada para flauta y orquesta, del compositor suizo Frank Martin. Actuó como solista, el flautista Pablo do Santos recientemente laureado en el Concurso para jóvenes solistas 2018. Pablo do Santos mostró madurez y eficiencia técnica en su interpretación. En la segunda parte intervino el Coro Nacional del Sodre para interpretar el Requiem de Mozart. La dirección de Yuri Hang fue sumamente controvertida especialmente por los tiempos en que fueron abordados las diferentes partes, siendo algunas de ellas excesivamente lentas y otras lo contrario. Además utilizó una desmesurada cantidad de instrumentistas que la obra no exige, como fue el caso de los contrabajos. Su versión fue aceptable aunque a nuestro entender sumamente operística, contradiciendo el estilo mozartiano.
El Coro del Sodre preparado por su director titular Esteban Louise, cantó con solvencia y expresividad, aunque con más volumen de lo habitual para esta obra. El momento más emotivo de la noche fue sin duda alguna el hermoso “Lacrimosa”. Desde su anterior presentación en Montevideo notamos que la soprano argentina Paula Almerares ha perdido parte de la brillantez a que nos tenía acostumbrados. Fue realmente una pena que en el Requiem hubo pasajes en que sus vibratos se hicieron muy notorios. La mezzosoprano Jacqueline Villarnovo tuvo un desempeño correcto, mostrando una pulcra afinación. Su voz resulta ideal para este tipo de repertorio. Dentro del estilo operista que se presentó este Requiem fue acertada la elección del tenor Gerardo Marandino, quién cantó con su habitual eficacia y profesionalismo.
La Orquesta Juvenil junto al Coro
Orquesta Juvenil y Coro Nacional del Sodre. Director: Yuri Hung. Auditorio Nacional del Sodre, 4 de mayo.