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La Filarmónica está de festejo con una inmensa obra

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Martín García

Concierto

Un réquiem alemán de Brahms, hoy en el Teatro Solís

Serán más de 160 personas, entre músicos, coristas y solistas, las que estarán sobre el escenario del Teatro Solís para interpretar Un réquiem alemán de Johannes Brahms, opus 45, que hoy se ejecutará con el Coro Nacional del Sodre y la Orquesta Filarmónica de Montevideo. La Orquesta está celebrando los 60 años de su creación, y lo hace interpretando una de las grandes partituras barrocas.

“Es una obra que requiere un gran coro y una gran orquesta que incluye instrumentos que no siempre se utilizan”, dice Martín García, quien dirigirá hoy este espectáculo que comenzará a las 20.00 (entradas por Tickantel y boletería a 270 pesos). Además, este réquiem, que celebra los 150 años de su creación (fue estrenado parcialmente un viernes santo de 1868 en la Catedral de Bremen), contará con la soprano Michelle Areyzaga (Estados Unidos) y el barítono Alfonso Mujica (Uruguay) como solistas.

“Es una de las grandes obras del repertorio universal”, agrega García, y adelanta que también es una obra extensa, debido a sus siete movimientos.

El director de orquesta dijo que preparar esta obra le llevó ocho meses de estudio. “Lo primero fue una preparación individual de estudiar la partitura, aspectos del compositor y el contexto en la que fue creada. Y luego llegó el trabajo con la orquesta y el coro”, dijo García.

Alejado desde el pasado diciembre de la dirección de la Orquesta del Sodre, en estos meses, García estuvo trabajando mucho con orquestas extranjeras, dirigiendo en Argentina y también trabajando en la docencia, ya que desde hace varios años es profesor de Dirección de Orquesta en la Universidad de la República.

Si bien cuando se escucha la palabra “réquiem”, se la asocia a una misa de difuntos, Un réquiem alemán es una obra muy personal para el compositor. “Una de las características de una gran obra de arte es ese equilibrio inefable entre lo universal y lo personal”, dice García. Y esta es muy personal para el compositor, ya que los textos fueron escogidos por el propio Brahms, “de manera quirúrgica de textos de la Biblia, para representar una visión muy personal de la muerte y del sentido de la vida”, según el director.

Así, el objetivo principal de esta composición, que a Brahms le llevó muchos años completar, es dar consuelo a los que permanecen en este mundo, dice García. Con este imponente réquiem, donde el alemán recoge la herencia de compositores barrocos como Bach o Schütz, y la tradición coral alemana para llevarla a su propio lenguaje, la Filarmónica celebrará un nuevo aniversario.

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