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La femineidad en tiempos modernos

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iLe. Foto: Difusión

La puertorriqueña iLe llega este jueves a La Trastienda.

La anécdota la ha contado varias veces: su hermano René le propuso grabar una canción para un trabajo que estaba haciendo con su otro hermano Eduardo, y ella le respondió que por qué quería hacerla cantar si lo suyo era tocar el piano. De esa manera, Ileana Cabra Pérez se convirtió en la voz femenina de Calle 13, el grupo puertorriqueño de Residente y Visitante, sus hermanos mayores.

La ha contado mil veces y la menciona al pasar mientras se sube a un avión para abandonar Las Vegas, donde estuvo para la ceremonia de los Grammy Latino. No ganó el premio a Artista Nuevo (fue para Manuel Medrano) pero sabe que tener una nominación con un camino que recién empieza, es buena señal.

Ileana Cabra ahora responde al nombre de iLe, que es un elegante proyecto artístico que dio origen al disco Ilevitable, ese que este jueves a las 21.00 presentará en La Trastienda. Quedan entradas en venta en Red UTS a 660 pesos.

“El disco lleva apenas unos meses y que haya estado nominado es grandioso e inesperado”, comenta en charla telefónica con El País, antes de contar que la emociona volver a Montevideo, donde estuvo en anteriores oportunidades con Calle 13 y tiene varios afectos. Recuerda que la última vez que vino, por ejemplo, un amigo suyo la llevó a Las Piedras y le regaló un dulce de leche “bien rico”.

En los agradecimientos de Ilevitable, además, figuran los nombres de Luciano Supervielle y Gabriel Casacuberta, que ayudaron a esta veinteañera en el desarrollo de las canciones de este proyecto, compuestas por ella, su hermana Milena o su abuela Flor Amelia de Gracia Barreiro.

Con Ilevitable, iLe cambia de rumbo y pone sus dotes de cantante al servicio de los boleros y otros veteranos ritmos caribeños, sobre los que desarrolla un discurso sensual y combativo. Lo hace muy bien.

Si no puede ver el video, haga click aquí.

—¿Qué te llevó a encaminar este recorrido solista?
—Fueron muchos años de cuestionamiento con mis hermanos, de si iba a estar dispuesta a hacer un disco, pero nunca quise presionarme. Quería sentir la necesidad de trabajarlo y no la obligación, y todo fluyó. Cuando tenía muchas ideas acumuladas y sentía que tenía que sacarlas de mí, me decidí. Es lo que tiene este disco: hipersensibilidad.

—Más allá de la vuelta a la raíz caribeña, este disco va mucho a eso, a la emoción.
—Y desde un plano bien femenino, porque la mayoría de las compositoras somos mujeres: está mi abuela, mi hermana, yo. Me parece muy bonito, más allá de que somos familia, porque somos de generaciones distintas y tenemos diferentes perspectivas de las situaciones que pasamos las mujeres.

—¿Eso te exige más a la hora de interpretar?
—Totalmente, por eso me siento agradecida de que estas dos mujeres sean mi abuela y mi hermana, que las admiro mucho. Me encanta que este disco sea bien familiar.

—Pero debe ser una responsabilidad poner la cara por todos los familiares que estuvieron involucrados.
—Claro. Mi abuela lamentablemente ya no estaba cuando terminamos el disco, pero pude sentir su energía a través de mi mamá y mi hermana, que son sus hijas. Y poder transportar a mi hermana al momento en que ella escribió esas canciones, pues para mí es un logro grande.

—Pero partís de ese nido familiar para hablar del empoderamiento de la mujer en tus canciones, en un momento en que se habla tanto de la lucha y la igualdad de géneros.
—Totalmente. Siento que todavía, en un momento tan avanzado como el que estamos, siguen pasando unas cosas o la gente sigue pensando de una manera muy anticuada sobre nuestro posicionamiento como mujeres. No es dónde nos colocan, somos personas y a mí no me cabe en la cabeza que quieran separar las cosas cuando al final es mucho más bonito entendernos más los unos a los otros.

—Con toda la sensibilidad femenina que ponés en Ilevitable, ¿es un desafío llegarle también al público masculino?
—Claro. Al igual que nosotras tenemos nuestro lado masculino, los hombres tienen su lado femenino. Por eso nos parecemos tanto y empatamos en tantas cosas, y creo que es lindo que cada uno explore esos lados que sacan diferentes cosas de nosotros mismos.

—En una entrevista te llamaron "la heroína del bolero", algo que me hizo un poco de gracia pero me pareció bastante representativo de tu momento en este contexto.
—Me da risa también, me queda grande ese título (se ríe). Yo trabajé lo que sentía que tenía que trabajar, y en Puerto Rico siento que tenemos una historia musical muy rica y amplia que se ha ido perdiendo. La gente tiene una idea de la música puertorriqueña que no es la representativa nuestra, y sentí esa necesidad de trabajar con ritmos que conocí desde chiquita gracias a mi familia, y que me gusta mucho cantar por lo que proyectan y transmiten las canciones. Esos temas que yo escuchaba casi que te hablaban y te contaban las historias.

—Varias canciones del disco hacen referencia al cuerpo, con unas imágenes desfragmentadas que casi parecen pinturas.

—La que más habla del cuerpo es mi hermana Milena, qué chévere que lo notes. Es que ella es actriz y también bailaba. "Caníbal" también es corporal, pero la trabajo desde el ego: la protagonista se come a sí misma pero es más bien de las cosas de ella que no le gustan.

—Venías de Calle 13, una banda muy combativa, y acá si bien mantenés cierto espíritu similar lo abordás desde un lugar bien diferente. ¿No te preocupó cortar con un estilo tan drásticamente para empezar de cero con otro?
—No me preocupó, de verdad, porque estaba curiosa por saber cómo la gente lo iba a recibir. A mí la música me encanta y me apasiona y hago lo que siento que tengo que hacer, y lo comparto sin esperar nada. Ahí te vas encontrando con gente que te entiende, se solidariza contigo, lo aprecia y ahí es que se empieza a transformar todo. Lo lindo del arte es eso, tirarse a ese vacío incierto, porque la intención no es hacerlo para el otro sino soltar cosas de uno que no las soltaría de otra manera. Cuando la gente se siente identificada con tu trabajo es cuando todo empieza a engrandecerse. Pero yo siento que Calle 13 fue un concepto bien de mis hermanos, que obviamente como familia estábamos todos presentes, pero yo trabajé lo que sentía que tenía que hacer por mi lado. Lo de ellos es lo de ellos, y lo mío es lo mío.

El eterno femenino de una imaginativa pintora
iLe. Foto: Difusión

músicaBELÉN FOURMENT

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