Publicidad

Un encuentro con Fito Páez que pasó del silencio total a la euforia del canto colectivo

Compartir esta noticia
Fito Páez en el Antel Arena. Foto: Carlos Iglesias

EN EL ANTEL ARENA

Con entradas agotadas el músico argentino canto a capela u201cYo vengo a ofrecer mi corazónu201d

u201cEsto no se hizo en ningún ladou201d, dijo Fito Páez cuando regresó al escenario del Antel Arena para los bises del show que ofreció el viernes con entradas agotadas. u201cYo por lo menos lo hice con mil personas menos. Es intentar cantar a silencio total, a capela y sin micrófono. Va a ser un milagro total si sale. Y sin estar metidos en ninguna religión y mucho menos, vamos a probar que los milagros existen aquí en Montevideou201d, agregó con una sonrisa antes de dejar su micrófono a un lado y acercarse al borde del escenario para cantar u201cYo vengo a ofrecer mi corazónu201d.

u201cVamou2019 Fitou201d, gritaron desde el público apenas el músico empezó a entonar aquel canto de esperanza publicado en 1985 tras la Guerra de las Malvinas. Ahora, a los 56 años u2013y con más de tres décadas de éxitos musicales y algunas tragedias familiares-, Páez recuperó por unos momentos aquella ternura e inocencia de ese veinteañero que empezaba a hacerse un nombre en el rock argentino. u201c¿Quién dijo que todo está perdido? / Yo vengo a ofrecer mi corazónu201d, cantó mientras hacía su mayor esfuerzo para que su voz pueda llegar a diez mil oídos. Se necesitaron algunos segundos y varios chistidos para que la mezcla entre murmullos y gritos de fanáticos se apaguen y la voz despojada de Páez se adueñara del lugar. Y ahí sí, tras el silencio total, llegó el milagro.

u201cCuando no haya nadie cerca o lejos / Yo vengo a ofrecer mi corazón / Cuando los satélites no alcancen / Yo vengo a ofrecer mi corazónu201d, cantó Páez mientras estiraba los brazos, balanceaba su cuerpo en cada nota aguda y desnudaba el alma en cada palabra. Un milagro de un minuto que puso un nudo en la garganta en todo recinto y que fue agradecido con una enorme ovación.

","

u201cMontevideo es una de esas pocas ciudades del mundo donde la música sigue vibrando, sigue gustando y donde existen esos silencios que no lo encontrás en muchos lugaresu201d, había dicho el músico unos minutos antes, cuando presentó u201c5778u201d, una canción instrumental con aires futuristas que cerraba su último disco de 2017, La ciudad liberada. A lo largo de décadas de constantes visitas, el rosarino ya consolidó una relación cercana con su público, un respeto que se devuelve con aplausos y silencios, un elemento que no siempre es valorado como se merece.

Fito Páez en el Antel Arena. Foto: Carlos Iglesias
Fito Páez en el Antel Arena. Foto: Carlos Iglesias

","

Y, si bien el silencio tuvo un espacio importantísimo durante el show, el protagonista de la noche fue el canto del público. Un número intimidante de flashes de celulares iluminaron el Antel Arena y se mezclaron con abrazos de cientos de parejas mientras Páez y su banda interpretaban u201c11 y 6u201d, u201cDar es daru201d, u201cBrillante sobre el micu201d, u201cUn vestido y un amoru201d, u201cEl amor después del amoru201d y u201cMariposa Tecknicoloru201d, todos clásicos que comprueban el rol de esas canciones en las vidas de los asistentes. Y Páez, que es consciente de que ya forma parte de la banda sonora de unos cuantos uruguayos, se tomó un momento para agradecer. u201cTantos años dejándome vivir allí, adentro de sus familias. Chiquitos que seguramente no estaban hace 20 añosu2026 Bueno, es así: ya somos hermanos; ahora formo parte de la familia. Soy uno más. Muchísimas gracias. Los amo con todo el corazón y lo sabenu201d, dijo sobre el final del recital.

El final de una gira

","

El concierto de anoche en el Antel Arena marcó el cierre de La Ciudad Liberada Tour, la gira que comenzó hace dos años en el Teatro de Verano, cuando el rosarino llegó para presentar su último álbum, La Ciudad Liberada. u201cAcá terminamos un tour de un disco que en su momento fue un desorden deliranteu2026 De delirante un carajo. Yo nunca deliro, es a eso a lo que me dedicou201d, aseguró Páez sobre el final de u201cMariposa Tecknicoloru201d.

Mientras los parlantes del Antel Arena amplificaban u201cMy Sweet Lordu201d de George Harrison, al comienzo de la noche, la pantalla gigante ubicada detrás del escenario mostraban frases insignia del cancionero de Páez: u201cNo creo en casi nada que no salga del corazónu201d (u201cNuevou201d), u201cNo existen palabras si uno manda lo que sienteu201d (u201cNarciso y Quasimodou201d) y u201cNo olvides que el perdón es lo divino, y errar a veces suele ser humanou201d (u201cAl lado del caminou201d).

Cuando el recinto se terminó de llenar, a las 21.25 se apagaron las luces y la banda se lanzó sobre el riff pesado de u201cCiudad de pobres corazonesu201d. Tras la ovación de bienvenida, Páez salió al escenario vestido de traje rojo y camiseta blanca. Tras unas repeticiones de ese riff que es un clásico del rock argentino, le dio la orden a la banda u2013como gestos típicos del de un director de orquesta- para que la canción se enganchara con u201cLa Ciudad Liberadau201d. Con 30 años de diferencia, ambas abordan la misma temática con la misma intensidad: u201cEn esta puta ciudad, matan a pobres corazonesu201d, canta Páez en la primera; u201cQuiero vivir en La Ciudad Liberada, donde a los pibes no les metan más balasu201d, insiste en el estribillo de la segunda.

Durante el recital del Antel Arena hubo varios espacios para mensajes del músico sobre la situación política y social de Latinoamérica, transmitiendo una idea de regreso épocas más oscuras. u201cMirá vos, cómo estamos pegando la vuelta, pegando la vueltau2026u201d, dijo con un tono irónico antes de tocar u201cGirosu201d; u201cLatinoamérica unida, jamás será vencidau201d, comentó sobre el final de u201cMariposa Tecknicoloru201d; u201cPelear contra los nazis y los fachos de mierdau201d, cantó en u201cLa Ciudad Liberadau201d y fue ovacionado; y dedicó unas palabras en contra de la violencia antes de cantar la frase u201clos monos están devastando este lugaru201d (de u201cCirco Beatu201d).

Uno de los antídotos entre tanta hostilidad llegó con u201cPlegariau201d, una de las canciones más bellas de su último disco. u201cAlguien me regaló esta canción / Para que le haga bien a tu corazón / Madre Santa, Madre de Dios / Cuando el hombre verá lo que es el amor / La música es una oración / La música es la luz del almau201d, dice la letra, que terminó siendo cantada a cinco voces por Paéz y su banda.

Y, claro, la euforia llegó con todos los éxitos que se nombraron al principio de esta nota. A los románticos se le suman u201cA rodar mi vidau201d, u201cAl lado del caminou201d, u201cTumbas de la gloriau201d, u201cTu vida, mi vidau201d, u201cNaturaleza sangreu201d (que llegó a un volumen ensordecedor) y u201cAleluya al solu201d. Todas fueron acompañadas por un público que se paró de su asiento u2013y se volvía a sentar tras el final de la canción- que coreó los estribillos, filmó cada momento y hasta bailó en sus sillas.

Junto al milagro de u201cYo vengo a ofrecer mi corazónu201d, lo más memorable del show de Páez en el Antel Arena fue u201cY dale alegría a mi corazónu201d. Mientras distintos músicos de su banda se iban pasando la voz principal, el público se fue sumando al canto colectivo. u201cY dale alegría, alegría a mi corazón / Afuera se irán la pena y el dolor / Y ya verás, las sombras que aquí estuvieron no estaránu201d, se repitió varias veces. Para sorpresa de Páez, los aplausos fueron llevando a la canción hacia la clave del candombe.

Tras unas indicaciones del rosarino u2013nuevamente en papel de director de orquesta, pero esta vez para todo el recinto-, a los aplausos se le sumaron varios gritos al unísono de u201c¡Uruguay!u201d que llegaban desde el público. Mientras todo sucedía, Páez y su banda contemplaban la imagen con una gran sonrisa. Fue el cierre perfecto para la noche, que además de representar la estrecha relación del argentino con su público, simbolizó una nueva unión entre uruguayos tras varias semanas de polarización alentado por las elecciones. Anoche, Fito Páez vino a ofrecer su corazón y los uruguayos lo aceptaron nuevamente.

¿Encontraste un error?

Reportar

Temas relacionados

Fito Páez

Te puede interesar

Publicidad

Publicidad