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"Encuentro la emoción en los lugares más íntimos"

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Ivan Noble. Foto: Difusión
Guido Adler

Entrevista con el cantante argentino que se presenta mañana en la Sala Zavala Muniz del Solís.

Para este año, podía seguir con la presentación de su último disco solista, el cancionero y melancólico Perdido por perdido que editó el año pasado, o podía armar un show nuevo. Y con esas dos opciones por delante, Iván Noble terminó cumpliendo con una cuenta que tenía pendiente: hacer un show íntimo, sólo con su guitarra y sus historias y su voz, que le permitiera vincularse con su público desde otro lugar y también con las canciones. Así es este Al fin solos que mañana, a las 21.00, presentará en la Sala Zavala Muniz del Teatro Solís, para el que quedan entradas en venta en Tickantel y en boletería de la sala, a 1.400 pesos.

"Habrá canciones de todas las épocas", adelanta en conversación con El País este solista argentino que supo estar en lo más alto del rock de su país, con Los Caballeros de la Quema y un éxito extremadamente masivo como lo fue "Avanti morocha", ahora convertida en clásico.

Cuando Los Caballeros se separaron, en 2001, Noble empezó un derrotero entre la actuación y su proyecto musical solista, que fue el que terminaría desarrollando luego con un buen cancionero que hoy se reparte en siete discos de estudio: el último, Perdido por perdido, será tenido en cuenta para el concierto de mañana pero aparecerá en partes equilibradas con otros momentos de su carrera.

Sobre esta reversión en su faceta solista que lo lleva a encontrarse, aunque sea por un rato, con la canción en la forma en la que fue concebida, conversó Noble con El País. El vínculo con su público y con los éxitos, el paso del tiempo y su pasado de estrella de rock se colaron en esta charla que fue días antes de que se anunciara la vuelta de Caballeros, por única vez en un festival que será en junio en Buenos Aires. Porque el tiempo pasa, y acomoda las cosas a su antojo.

—¿Volvés a tocar a Uruguay después de cuánto?

—Después de demasiado tiempo, no sé cuánto. Creo que son tres años, fue una Trastienda el día previo a unas elecciones.

—¿Solés venir de visita?

—Suelo hacerme escapadas, sobre todo a Colonia que es una ciudad que me gusta mucho. Montevideo también, pero hago escapadas muy cortitas.

Si no puede ver el video, haga click aquí.

—¿Cómo nació este espectáculo llamado Al fin solos, en el que te presentás solo con tu guitarra ante el público?

—Venía amagando con la idea de hacerlo hace un tiempo largo, y decidí concretarlo este año. Lo estuve haciendo en algunos lugares de Argentina y me gusta cada vez más, porque la idea del show es volver a encontrarme con las canciones como eran cuando nacieron. Es como la vuelta al útero de las canciones porque yo compongo así, con la guitarra. Y suele ser un show muy cómplice con la gente, en el que puedo hacer canciones que en otro formato no haría. Medio café concert.

—¿Tocar solo te exigió un entrenamiento especial, distinto?

—Es muy distinto porque quedás absolutamente desguarnecido. Lo que me pasó es que me conectó con algunas canciones de una manera que hacía tiempo no me conectaba, porque en general uno cuando toca con la banda entera, quieras o no a la larga ponés piloto automático, todo suena y vos cantás como siempre. De esta manera, como la orquestación es mínima, te lleva a interpretar distinto. La emoción queda muy a flor de piel, si es que la hay, y tenés que buscarla. Sos vos y la guitarra.

—Es más exigente.

—Para mí es mucho más exigente un show así que un show con la banda entera.

—"La emoción, si es que la hay", dijiste recién. ¿Hay emoción en todas tus canciones?

—Yo trato de que la haya, pero cualquier tipo que se suba a cantar y te diga que cada vez está emocionado como la primera vez, te está mintiendo. Pero en mi caso es más factible que encuentre la emoción en los lugares más íntimos que grandes, en situaciones más desguarnecidas musicalmente.

—Recientemente fuiste telonero de Bryan Adams en algunos conciertos en Argentina. ¿Cómo te sentiste en esa instancia que, en general, es para artistas más emergentes?

—Yo lo tomo como un aprendizaje, porque en general las condiciones para un telonero están lejos de ser las ideales. Pero uno va con eso sabido y es otra forma de aprender el oficio. Yo tengo muchos años de tocar, pero cuando no tocás para un público tuyo es salir a torear a gente que no te fue a ver a vos, y es una materia que hay que aprobar cada tanto.

—Y tu público, ¿en qué ves que ha cambiado?

—Se empieza a sumar generacionalmente, me pasa de encontrarme en los shows gente de mi edad y de veintipocos, muchos padres e hijos juntos. Eso al principio me asustaba porque me parecía un síntoma de que yo envejecía, pero después entendí rápido que lo mejor que le puede pasar a un tipo que hace canciones es juntar a más de una generación.

—Y en esa gente has dejado clásicos, sea con Los Caballeros de la Quema o ya como solista, como por ejemplo "Olivia". ¿Qué te pasa cuando seguís haciendo canciones y te siguen pidiendo aquellas mismas?

—Me llevo bien con eso. Nunca tuve mucho drama con las canciones que se ponen populares, y la gente entonces les da el uso que se les antoje. Nunca tuve complejo de culpa ni fastidio: al contrario, trato de agradecer. Me gustaría tener una de esas canciones por disco.

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—"Abrazame", de tu último disco Perdido por perdido, parece una de esas que va a trascender épocas. ¿Identificás cuando aparece ese tipo de temas?

—Cada vez menos, ¿sabés? Antes era un poco más fácil identificar qué canción podía ser lo que se llama un hit; una canción que sonaba mucho en la radio iba a ser un hit. Pero ahora está creciendo mucho el boca a boca digital, y eso es más difícil de dimensionar.

Perdido por perdido es un disco muy atravesado por el paso del tiempo, la melancolía.

—Porque soy un tipo grande y melancólico. El único asunto por el que hay que preocuparse es el paso del tiempo: tus hijos crecen, tus padres envejecen y vos estás ahí, mirándote al espejo y descubriéndote canas o arrugas, pero a la vez sintiéndote más contento con algunas cosas y reflexionando sobre todo el agua que corrió.

—Repasaba tus últimas entrevistas en la prensa argentina, y siempre se termina hablando del estereotipo de vida del rockero, y de las mujeres. ¿Por qué se sigue yendo a eso?

—Bueno, alguna prensa es perezosa. Y no sé, fueron muchos años de tener una banda de rock y de salir de noche, supongo que es por eso. Hace un tiempo que eso no ocurre.

—¿Te gusta esta vida de ahora?

—¿La vida de un casi cincuentón puertas para adentro? Sí. Disfruto mucho sobre todo desde que existe Netflix; me he transformado en un adicto a las series, porque han mejorado mucho a nivel narrativo. Y la vida puertas para adentro hace que sea más fácil mirar series que películas, porque uno va adaptando su consumo cultural de acuerdo a la época.

TRES DISCOS DE UNA HISTORIA.

La paciencia de la araña - Los caballeros de la quema / 1998.

Fue el disco que quebró definitivamente la carrera de Los Caballeros de la Quema, la banda de Noble, para bien y para mal: tenía el éxito "Avanti morocha", que llevó a esta a ser una de las bandas más famosas de su época, un precio que le costaría la separación.

Intemperie - Solista / 2007.

Es el tercer disco solista de Noble, que para ese entonces ya se afianzaba en su nueva faceta y marcaba distancia con el rock. "Olivia", uno de sus grandes hits, se desprendió de este repertorio en el que también aparecía un tema de María Elena Walsh y un dúo con Fabiana Cantilo.

Perdido por perdido - Solista / 2016.

El último disco solista del argentino es fiel a su estilo: lindas melodías para vestir lindas letras, en este caso enfocadas en la crisis de la mediana edad, el paso del tiempo y la soledad. Está nominado a los Premios Gardel como Mejor Álbum Artista Canción Testimonial y de Autor.

El eterno femenino de una imaginativa pintora
Ivan Noble. Foto: Difusión

IVÁN NOBLEBELÉN FOURMENT

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