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Emiliano y El Zurdo: "Nos gusta escribirle al barrio y a las cosas que vivimos"

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Emiliano Muñoz y Freddy "Zurdo" Bessio. Foto: Marcelo Bonjour.

ENTREVISTA

El viernes 21 de agosto, el dúo formado por Emiliano Muñoz y Freddy "Zurdo" Bessio llegarán a la Sala del Museo para presentarse en el ciclo Suena Uruguay. Antes del show, hablaron con El País

El viernes 21, el dúo formado porEmiliano Muñoz y Freddy “Zurdo” Bessio, volverá a subirse a un escenario tras meses de ausencia a causa de la pandemia. Las dos figuras murgueras llegarán a la Sala del Museo para reencontrarse con su público en el marco del ciclo Suena Uruguay (ver recuadro), que incluirá presentaciones de Nicolás Ibarburu y Chole Gianotti.

Antes del show —con entradas a la venta en Abitab—, Muñoz y Bessio hablaron con El País.

—Además de sus discos a dúo, en estos años las colaboraciones han sido importantes en su obra. ¿Cómo surgen los intercambios con otros músicos?

Emiliano Muñoz (EM): A veces sale de nosotros y otras veces nos invitan. Ahora estamos grabando un tema con Chacho Ramos, que lo conocimos en el show de la Fundación Pérez Scremini, quedamos con una buena relación y nos dijo que quería hacer una canción con nosotros. Dentro de poco va a salir.

—Hace un tiempo grabaron con Vanesa Britos en su disco de duetos. ¿Están buscando acercarse a otros sonidos?

EM: Sí, y ahora que lo comentás, podemos decir que estamos armando algo con Luana y Marcos Da Costa. Ella se canta todo y ha cantado folclore, así que es una veta que queremos aprovechar.

Zurdo Bessio (ZB): A veces, la mezcla termina provocando que las dos partes lleguen a un camino que no es de ellos ni nuestro. Te lleva a otro lado.

—¿Esos intercambios los han ayudado a experimentar con otros sonidos? Por ejemplo, en su último disco grabaron con Emiliano Brancciari e incluyeron guitarras eléctricas.

EM: Es que la cabeza se tiene que ir abriendo porque no te podés quedar en un mismo lugar. No podemos ser los mismos que en el 2006, porque sería como quedarnos trancados en el tiempo. La música va cambiando y el público también. Por más de que tenemos un público de una franja que sabemos que nos sigue y le gusta lo que hacemos, también está bueno acaparar a un público joven. De eso se trata meter una guitarra eléctrica, cantar con Luana o Chacho Ramos. Es otra música. Siempre lo hacemos con respeto y sin salirnos de los carriles. El tema con Brancciari (“Los pájaros”) tiene una versión diferente a la murga y tiene que ver con no perder nuestra identidad de murguistas, pero sacarla un poquito de lo tradicional.

—El relato de historias es fundamental en su canciones. Se habla del barrio con cierta nostalgia. ¿Qué importancia le dan a ese abordaje en las letras?

EM: Me gustan, pero a veces me cuesta escribirlas porque no es una cosa que domine como lo hacen artistas como Tabaré Cardozo. Aunque a veces puede pasar que te volvés repetitivo, a mí me gusta escribirle al barrio y a las cosas que vivimos.

ZB: Tiene que ver con el lugar de donde salimos, porque la murga tiene mucho de eso de la nostalgia, el barrio, la esquina y el tablado. Es el roce con la gente, el club y la cantina, y, que en ese entorno, pasan de las cosas más chicas a las más grandes. Es interesante.

EM: Todavía no se lo comenté a El Zurdo, pero en estos días escribí algo sobre el sonido del barrio. Cuando éramos chicos era super latente, pero ahora se perdió. Habla del afilador, del diariero, el botellero...

ZM: (imita a un botellero) Cambio botella... (se ríe)

EM: Bueno, el otro día encontré un audio del botellero llevando las botellas. Esos sonidos se fueron y eso me cautivó a salir un poco de esa historia monótona de dónde voy a tocar. Ahora estoy buscando una buena melodía. Lo bueno es que podés contar la historia en el escenario antes de cantarla.

—Además de que el público se acuerde de esos sonidos, puede ser una buena postal para la gente que no lo vivió. Es como el diariero que se escucha al comienzo de “Durazno y Convención”, de Jaime Roos.

EM: (Sonríe) Es más, ahora que tocaste el tema, te voy a decir que se puede arrancar con el sonido del afilador y el pregón que vaya directo al botellero yéndose en fade...

ZB: (Se ríe) Está bueno eso.

EM: Como la canción ya casi la tengo armada, el otro día la mostré en una comida...

ZB: Ya la mostró al mundo, a mí me cuenta hoy lo de la canción (Se ríe)...

EM: (Se ríe) La tiré y dos sesenteros se pusieron a lagrimear. “Mirá, es raro”, pensé. Hay como una identificación.

—¿Cómo va a ser el show de la Sala del Museo? ¿Van a tener que cambiar el formato al solo ser cuatro músicos en escena?

ZB: Sí, porque nosotros tenemos un formato de banda armado. Cuando te encontrás con que somos pocos, ves que no están esos que te están dando el pase largo y solo tenés que empujarla para adentro. Entonces te das cuenta de que vas a tener que venir atrás corriendo con la pelota para ver si llegás; y el partido se hace más difícil. Pero no cabe duda de que vamos a dejar la vida cantando, porque es lo que más ganas tenemos hacer.

música

Suena Uruguay, un ciclo de músicos locales

Este viernes comenzará el ciclo Suena Uruguay, organizado por el colectivo Uruguay es Música (formado por formado por mánagers, productoras, salas privadas y artistas). La primera fecha se celebrará en La Trastienda y estará protagonizada por Florencia Núñez, Alfonsina y Luciano Supervielle. La noche siguiente le llegará el turno a Arquero, Se Armó Kokoa y latejapride*.

El ciclo continuará el viernes 21, pero en la Sala del Museo. Esa noche se presentarán Emiliano y El Zurdo, Nicolás Ibarburu y Chole Gianotti. La última jornada se celebrará el sábado 22 y estará a cargo de Eté & Los Problems, Los Prolijos y Los Hermanos Láser.

Las entradas ya están a la venta en Abitab, y los precios van de 900 a 1200 pesos por jornada.

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