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"Cada uno elige la manera de expresarse"

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Ignacio Copani. Foto: Francisco Flores
Nota a Ignacio Copani, cantautor argentino, en el Hotel Regency de Montevideo, ND 20170720, foto Francisco Flores - Archivo El Pais
Francisco Flores/Archivo El Pais

Aunque nació en Argentina, Ignacio Copani se siente un uruguayo más y lo demuestra cada vez que regresa a tocar a nuestro país. El viernes 4 y sábado 5 de agosto se presentará una vez más en la Sala Zitarrosa (entradas desde 400 a 600 pesos por Tickantel) con su nuevo disco De acá enfrente, donde este peronista e hincha de River plasma en sus letras, el amor por nuestra tierra.

—¿Cómo fue el proceso para componer este nuevo disco?

—Es un disco bien de trovador, salvo un par de temas que por su composición necesita coros, es un disco con mucha guitarra. Elegí el resto del repertorio para que esté en sintonía con la canción principal "Yo soy de acá enfrente".

—"Yo soy de acá enfrente", es una canción bien uruguaya.

—Está hecha para ustedes y creo que está teniendo buena aceptación, porque escuchás una estrofa y ves que no tiene trampa. Está hecha de puro corazón, no es que voy a Chile y canto "Al otro lado de la montaña". Mi carácter es así, muchas veces, como un halago, me han dicho que soy el más oriental de los argentinos.

—¿Te acordás de la primera vez que viniste?

—Fue cuando comencé a tener éxito en Argentina, hace 30 años. Vine y se armó un recital grande en Defensor Sporting. Después empecé a venir como si fuera un artista local. Después con Omar Gutiérrez en la radio y televisión, en un momento que tuvo mucho éxito, cuyo hilo conductor era el talento de Omar para hacer lo que se le cantaba. Después tuve la oportunidad de entrar en la Sala Zitarrosa, que hasta que entré, solo lo hacían los artistas uruguayos.

—Es que ya te sentimos como a un uruguayo más.

—Claro, pero en el momento fui de los primeros que fue, y alguna crítica se habrán ligado por ponerme. Sería una distorsión el censurar a alguien por no tener los papeles. Es como si el amor lo pudieran tener solo los que tienen la libreta de casamiento y los otros no.

—¿Tenés algún tema del que ya no hablás?

—Por pudor hago menos canciones de amor que antes. Pero porque si sos sincero con vos mismo, las cosas que te conmueven del amor a esta edad tienen que ver con otras cosas que a los 30.

—Ya no estás para "Cuanta mina que tengo", entonces.

—No es la misma pasión ni ilusión. Aparte, contar intimidades de un tipo de 50 y pico es medio feo. Eso déjaselo a los pibes jóvenes. Incluso ahora, cuando como espectador, cuando escucho una canción hecha para las niñas como para enamorar a las pibas, encima es ilegal. Además queda medio patético que le canten a las nenas, y yo no puedo, ya tengo nietos. Pero que cada cual haga lo que quiera. Cada uno elige la manera de expresarse.

—¿Y en este momento qué te conmueve?

—Mi sentimiento más profundo de este momento es que mi hija más chica me dijo que voy a volver a ser abuelo. Y desde el lado de lo cotidiano, las cosas que te pasan a esta edad es hablar de que le puse una pastillita más a la piscina porque como no se usa seguido se estaba quedando verde, y eso a nadie le importa. Pero lo que más me motiva en este momento es lo social y quiero hacer mi aporte a que no triunfe tan ampliamente el "sálvese quien pueda".

—Has sido una voz crítica de los gobiernos de tu país.

—Es que fui criado con algo que se está poniendo en duda ahora, el pensamiento crítico. Eso es muy libertario, porque lo obtenés en principio por tu familia que te permite expresarte en tu casa con libertad, no es una casa patriarcal, donde había que levantar la mano para poder hablar, como hace 100 años.

—¿Cómo ves al público uruguayo?

—Son de analizar las letras y no son de los que se quedan con el hit. Tiene que ver con la capacitación y entrenamiento, y el público uruguayo tiene un entrenamiento te diría, más alto que todo el latinoamericano en la apreciación de una obra musical integral.

—¿Dónde lo notas?

—Nuestros pueblos han tenido una interrupción muy grande de la producción cultural en sus dictaduras, y el pueblo uruguayo a través de las murgas, si bien no podían expresar los contenidos, siguió expresando el método. Si bien la censura no le permitía hablar de ciertas cosas en la obra, la gracia de ir esquivándola le tuvo el brazo caliente al escritor creativo y la oreja caliente al receptor; eso fue bueno. Aparte, Uruguay tiene un linaje de trovadores y cantautores con su tono y registro. No es casual la manera de cantar de El Alemán o de Tabaré Cardozo, tiene que ver con Don Alfredo Zitarrosa o Daniel Viglietti, y ese tronco de solistas y cantautores lo mantienen. Agarrás una letra de un grupo de rock uruguayo y tiene un vuelo que no tienen los grupos de Argentina.

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Ignacio Copani. Foto: Francisco Flores

IGNACIO COPANI

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