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Duki, la estrella del trap argentino, llega esta noche a La Trastienda

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Duki. Foto: La Nación / GDA.

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Con entradas agotadas, esta noche el argentino Duki se presenta junto a Zanto y Pekeño 77

Sin la necesidad de un sello discográfico grande y sin haber editado un solo disco, Duki u2014o Duko, como se hace llamar ahorau2014 se convirtió en uno de los máximos referentes del trap argentino, el género musical cuyo ascenso parece no tener límite. A finales de 2017, el cantante que empezó haciendo freestyle en las plazas lanzó una seguidilla de cuatro canciones que se metieron en las radios, playlists y pistas de baile de toda la región: u201cHello Cottou201d, u201cSi te sentís solau201d, u201cShe Donu2019t Give a Fou201d y u201cLocau201d (de Khea). Las últimas dos tienen 228 millones y 403 millones de reproducciones en YouTube, respectivamente. 

Con historias de Instagram como principal medio de comunicación, el trapero llegó a la tapa de la revista Rolling Stone Argentina y de Billboard, fue generando una legión de fanáticos e imitadores que adoptaron sus frases, como u201cSkereu201d y u201cModo diablou201d, a su diccionario cotidiano. Todo a los 23 años y a tres años de haber publicado su primera canción.

Tras haber agotado un Luna Park en 2018 -todo un hito para el género-, esta noche el argentino llega a Montevideo para presentarse por primera vez en La Trastienda. Con entradas agotadas, el cantante estará acompañado de Zantoy Pekeño 77, dos de los nuevos representantes del trap uruguayo. Pero, ¿qué hace que el Duki, un músico con una voz cargada de Auto-Tune y letras sobre excesos, sea tan exitoso?

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"u201dYo fronteando, contando lo que vivo/Sin tener que ponerme a hablar mentirasu201d, canta en u201cRockstaru201d, una canción autobiográfica con un trap con un fraseo frenético, lleno de ambición y agresividad. u201c¿Qué quién me creo que soy? / El mejor al menos en estos días / Cada liga tiene su Jordan, es obvio que soy el de la míau201d, dice Duki (cuyo verdadero nombre es Mauro Lombado). Desde u201cNo vendo trapu201d, su canción debut, -que funciona como un manifiesto de lo vendría después-, el músico se presenta como algo diferente: u201cLos 90u2019s se fueron, no quiero mentir / Ellos pueden llorar que yo voy a reír / Hay que innovar es el chiste, my primu201d.

La fórmula que Duki fue creando en estos años -y que ya se convirtió en todo un sello- mezcla un flow todoterreno que se fue forjando en batallas de freestyle callejeras, unos beats de trap explosivos y el uso del Auto-Tune como instrumento. Estos tres elementos se combinan con letras cargadas de frases provocativas, inspiradas en el trap estadounidense, que se vuelven irresistibles para un público adolescente que ve los excesos como un lugar de identificación.

Además de esta identidad musical, la fórmula que lleva a Duki al éxito -y a una gran parte de los músicos actuales- son las colaboraciones. Con canciones como u201cLocau201d (grabada junto a Khea y Cazzu), u201cSin culpau201d (junto a DrefQuila), u201cTumbando el clubu201d (con Neo Pistea y una larga lista de referentes del trap) y u201cBebo Champagneu201d (con Young Beef), fue ampliando el público y generando una unión en el trap argentino y ampliando su lista de canciones de éxito.

Además del trap, la fama del músico fue generando la atención de músicos argentinos de otros géneros. Dante Spinetta lo invitó a grabar u201cVerano Hateru201d (u201cDecile a tus amigas que no sean haters / Disfrutemos estos días que no son para siempreu201d, cantan) y en junio lanzó u201cCuatro paredesu201d (la canción de la tercera temporada de El marginal), donde participan Vicentico y La Bomba de Tiempo. La actuación de Duki en los Premios Gardel 2018 fue uno los momentos que terminó de definir su fama en la escena musical argentina. Allí, el trapero cantó u201cRockstaru201d junto a una orquesta. u201cMe queda bien ser el de siempre / Me queda bien todo lo que inventen /Me queda bienu201d, rapeaba con una actitud arrolladora.

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La actuación de Duki en papel de crooner del siglo XXI no se salvó de las críticas. Esa noche, cuando Charly García subió al escenario para aceptar el Gardel de Oro por su disco Random, dijo: u201cQuiero dedicar este premio a Gardel, María Gabriela Epumer, el Flaco Spinetta, el Negro García López, Prince, Cerati? Y hay que prohibir el Auto-Tune. Muchas graciasu201d.

Pero, por más de que el excesivo uso del Auto-Tune produzca una sensación de extrañeza y hasta rechazo en la primera escucha, si uno deja los prejuicios de lado, va a poder entender la capacidad expresiva de la herramienta. El ejemplo perfecto es u201cSi te sentís solau201d, de principios de 2018: una canción cargada de sentimiento, donde el grito se vuelve casi una plegaria (u201cMe tiene pegado al phone, esperando la llamadau201d). 

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u201cSé exactamente cómo tengo que desafinar para que suene bienu201d, dijo Duki a Rolling Stone Argentina. u201cCapaz que vos me escuchás grabando y decís: ¿Qué está haciendo este ridículo? ¿Qué son esos gritos y esos ruidos raros?'. Pero después escuchás el tema con Auto-Tune y decís: 'Oh, shitu201d.

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