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Drake le da vida a los demás en su "playlist"

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Drake. Foto: Difusión

La estrella pop canadiense y su nuevo trabajo: More Life.

El nuevo álbum del canadiense —22 canciones, 81 minutos de duración—no se presenta como tal, sino como una "playlist". Es una astuta jugada comercial. Las listas de reproducción se han convertido en una de las maneras preferidas de escuchar música. Así, Drake no solo presenta nueva música sino que le da a su lanzamiento un aire de contemporaneidad y, al ser uno de los primeros en hacerlo, vanguardia.

En esencia, se trata de una lista de canciones "curadas" por Drake y su equipo. En esa lista, el artista de Toronto es algo así como la figura que con su estrellato y su renombre presenta temas de él y de otros, donde hay diferentes subestilos presentes, como "grime" y otros, música que siempre está cerca del boliche y la noche. Drake es protagonista de algunas canciones, mientras que en otras son otros los que llevan la voz cantante.

Pero Drake y su equipo no engañan a nadie, al menos no por mucho tiempo. Por ejemplo, Kanye West —uno de los tantos artistas invitados en More Life— había hecho algo parecido en Cruel Summer, un disco de 2012 donde presentaba a una serie de raperos más o menos emergentes en esa época.

Con todo, es notorio que Drake se pone en un segundo plano en More Life, más allá de que el disco se presenta y comercializa como uno suyo.

Su característico "rap-canto" aparece y desaparece intermintentemente. Es como si le hubiese dejado el estudio a sus invitados y de vez en cuando los visita un rato, mete algunas rimas y luego sigue paseando por ahí.

Pero también es cierto que hay variaciones bastante grandes en el sonido del disco, lo que lo asemeja a esas listas de reproducción donde una canción de Led Zeppelin puede ser seguida por una de La Beriso o La Trampa. En ese caso, sigue siendo rock, pero las diferencias o los contrastes son explícitos. Acá, pasa más o menos lo mismo.

En More Life hay de todo un poco. Está el rap melancólico y a veces algo onírico del propio Drake, canciones de soul, collages minimalistas de música electrónica y cosas más crudas, como "KMT", donde Drake se ajusta al estilo del rapero inglés Giggs en las primeras rimas. Luego le deja a Giggs el resto del tema para que éste y sus amigos básicamente exclamen y escupan rimas viscerales y guturales, con pocas concesiones hacia melodías o estribillos pop con ganas de estar en la radio. Sería el enésimo intento de tratar de que el rap británico pueda salir del Reino Unido y ser apreciado por una audiencia internacional. Difícil que lo logren. Hasta ahora, ningún rapero británico, excepto The Streets (un ratito) consiguió hacerse un público más o menos global.

Por lo demás, Drake consigue, tal como en Views (el disco anterior), unos cuantos buenos momentos. Sobre todo en la primera parte —la parte más "Drake" de More Life— en temas como "Passionfruit" (lejos el mejor del disco), "Get it together", "Madiba Riddim" y "Blem", el canadiense demuestra por qué es una de las más grandes estrellas del pop internacional actual.

Es cierto que ya no cultiva aquel sonido y estilo que hizo en sus dos primeros discos, Thank Me Later (2010) y Take Care (2011), hasta ahora los mejores que ha hecho. Pero nadie podrá acusarlo de no ser un inquieto y curioso artista, que sigue explorando los territorios que conforman el reino del pop internacional en la actualidad.

Disco: More Life

Duración: 1 hora, 21 minutos

¿Está online? Sí, en prácticamente todas las plataformas digitales

¿Está bueno? Como "disco" es un poco desparejo. Como "playlist", está muy bien.

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Drake. Foto: Difusión

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