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Dinamita & La Swing Factory llega a La Trastienda para reencontrarse con su público

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Dinamita Pereda. Foto: Estafanía Leal.

MÚSICA

Esta jueves a las 21.00, la banda liderada por Federico "Dinamita" Pereda llegará a La Trastienda de la mano de nuevas canciones

Entrar a la casa del guitarrista Federico "Dinamita" Pereda es como hacer un pequeño viaje en el tiempo. En una de las paredes cuelga una fotografía de Jimi Hendrix; en otra, una cartelera con recortes de prensa, entradas para shows de The Rolling Stones y Chuck Berry, y la portada de Crosseyed Heart, el último disco solista de Keith Richards.

La experiencia se completa al ingresar a una pequeña habitación que funciona como sala de ensayo y estudio casero. Por los parlantes suena "Down By The River", de Neil Young & The Crazy Horse, y el lugar está repleto de instrumentos: hay al menos diez guitarras, un dobro , un teclado, una batería y unas cuantas pedaleras. En las paredes, hay imágenes de Jim Morrison, la primera formación de The Beatles —cuando todavía Pete Best era el bateristay Willie Nelson

"Cuando vinieron Jorge (Fernández) y Esteban (Hirschfeld), de Los Mockers, me dijeron que se parecía a una cueva de los sesenta", comenta Pereda, con su estilo rockstar de la vieja escuela. Tiene el pelo enrulado y alborotado, y usa jeans rotos. "Si ellos lo dicen, entonces es una vibra aprobada", agrega con una sonrisa. 

La excusa de este encuentro es el regreso de su banda, Dinamita & La Swing Factory, a los escenarios. El sexteto formado por Josefina Pereda, Javi González, Juan Correa, Esteban LópezMarcelo Castro y Dinamita Pereda, está terminando de prepararse para lo que será su primer show desde el comienzo de la pandemia. La cita será este jueves, a las 21.00, en La Trastienda

"Estamos contentos porque la gente respondió muy bien", dice el músico. Está sentado al lado de dos amplificadores vintage. Si bien las entradas para el show se agotaron hace unos días, el público que se quedó con las ganas de verlo podrá ser parte de la noche gracias a la transmisión en streaming a cargo de la plataforma argentina Fun Access. Además del show habrá espacio para entrevistas a los músicos, imágenes de los camarines y una charla posrecital.

Dinamita Pereda. Foto: Estefanía Leal.
Dinamita Pereda. Foto: Estefanía Leal.
la trastienda

Un repertorio renovado y con estrenos

Además de repasar los clásicos de sus discos, la Swing Factory llegará a La Trastienda con un repertorio que incluirá estrenos. Uno de ellos será "El vals de la guerra”, una canción que terminaron de mezclar durante la pandemia y que pronto se publicará en plataformas.

"Te voy a mostrar este valsecito, a ver qué te parece", propone Pereda en un momento de la charla. Cuando pone play en su computadora, por los parlantes de su "cueva de los sesenta" irrumpe una guitarra acústica, que le da pie a la agresiva e inesperada entrada del resto de la banda. El bajo bien profundo, la batería golpeada con furia, los coros de Josefina Pereda y la voz de Dinamita llevada al límite, construyen un clima oscuro, casi apocalíptico. “Rosas marchitas desvanecerán, / El techo arde como el infierno, / Mi mente está en llamas, no puede pensar, y vos llorás sola”, canta Dinamita segundos antes de sumergirse en largo y melancólico solo de guitarra con un pedal fuzz de los setenta.

Con el aforo reducido y el público sentado a causa del protocolo sanitario, la banda decidió hacer foco en un repertorio distinto. “Vamos a crear una lista en función de que la gente está sentada. Esto nos hizo repensar el show”, dice. "Va a haber espacios para las baladas, que es lo que le da matices a los discos”, adelanta. Y, como para hacerse una idea, el sexteto puede moverse con comodidad entre una balada como “Canción solitaria” —con el dobro como columna vertebral de los arreglos— y el rock más pesado, presente en “Corazón veneno”.

En esta ocasión, el rock "más de agite" —como define Pereda— será reemplazado por un sonido centrado en la creación de climas. "Este es un show donde puedo soltar esa parte", dice. Por ese lugar va “Hombre del pantano”, una canción que ya tocó el año pasado en su show en el Auditorio del Sodre y que  define como “un Creedence de Barrio Sur”. Con las congas de Castro como alma de la canción, el tema —grabado como un shuffle— se construye con un clima relajado que da espacios para que la guitarra de Pereda brille. "En esos momentos soltás a la bestia a ver qué sale, y te ponés a prueba como instrumentista y creador de ambientes". 

Luego, la charla con Pereda deriva en 12 cosas para recordar, un cuadro antiguo que enumera una serie de pasos a seguir, y que se volvió fundamental en la rutina del estudio casero. "Apareció en la feria y me lo regaló un amigo, que me dijo: 'Esto es sabiduría'". Así, nos detenemos en el punto número 12, que celebra "la alegría de crear", un sentimiento que sobrevuela cada sesión y recital con la Swing Factory.

"Ese punto es el goce máximo", dice con una sonrisa. "Es cuando sabés que la metiste al ángulo, te tomás dos minutos para respirar, ponés play y decís: "Pah, quedó". Pirás. La verdad que no importa si le gusta a los demás mientras que a vos te guste lo que hiciste. Aunque, a uno le guste el reconocimiento ajeno, la mayor alegría es que algo quedó bien. Eso pasa cuando terminás un show en vivo y ves que una versión salió mejor que lo que venía saliendo. Es la mayor retribución". 

Después de tantos meses sin tocar, es posible que cuando terminen el show de esta noche en La Trastienda, los miembros de la Swing Factory vuelvan a sentir esa "alegría de crear" que tanto celebra el cuadro antiguo de su habitación. Lo importante es estar ahí para ser testigo. 

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