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Cruzar el río con la bandera del under porteño

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Acorazado Potemkin. Foto: Victoria Schwindt

Acorazado Potemkin toca hoy en Bluzz con Eté y los Problems.

Como lo han hecho ya en varias oportunidades, los uruguayos de Eté & Los Problems, que siguen despidiendo a su disco El éxodo, vuelven a cruzarse con los argentinos de Acorazado Potemkin, un power trío que continúa ganando fieles de este lado del río.

Acorazado está cerrando el ciclo de su segundo disco, Remolinos, y pensando en lo que se viene, que todavía no está demasiado definido. "Estamos grabando demos, terminando arreglos y escribiendo letras. Aún no sabemos adónde va, pero sí estamos seguros de que hay un disco, y no es poca cosa", adelanta el cantante y guitarrista Juan Pablo Fernández, vía mail a El País antes de un nuevo toque. Hoy desde las 22:00, con Eté, vuelven a compartir escenario, en Bluzz Live (quedan entradas en Tickantel).

—¿Reconocen algo montevideano en sus canciones?

—La música uruguaya influencia a la porteña desde hace más un siglo y nosotros no somos la excepción, aunque lo que se escuche en Potemkin sea una mezcla rara entre Zitarrosa, Los Shakers, el Eté & Los Problems y La Hermana Menor.

Si no puede ver el video, haga click aquí.

—¿Cómo moldearon ese sonido que siempre definen como "punk, rock y mugre"?

—No somos músicos que acompañen a un cantante; todo lo que suena compromete al compañero y trabajamos para que se arme una trama, un lenguaje propio. Los tres tenemos historias y gustos distintos, pero cuando estamos juntos algo se enciende. Después el tiempo dirá si se moldeó un sonido, pero el punk y el rock siempre nos atraviesan desde la infancia, y la mugre es lo que está entre nota y nota, lo que no está en la partitura y se escucha en vivo. ¡Es nuestra trinidad!

—¿Cuánto pesó, en el recorrido del trío, la experiencia de cada uno en el under?

—Pesó en una seguridad por saber qué lugar teníamos cada uno en la banda. La experiencia del under te hace no esperar más de la cuenta, saber cuándo ser amateur y cuándo profesional y, sobre todo, no tenerle miedo a que las emociones crezcan y te muevan el piso.

—¿Qué es el under porteño de hoy?

—Cambió de nombre mil veces pero por suerte es un semillero que es de lo más vital de la escena argentina. Hay muchas bandas que pueden desarrollar obra disco a disco sin buscar la legitimación de los medios masivos; hay festivales autogestionados que permitieron que las bandas podamos demostrar que cuando hay buenas condiciones para tocar, se puede crecer y animarse a escenarios más grandes. El under no es gueto, es el lugar donde todos somos iguales, sin aparatos de publicidad detrás. Hay que rendir cuentas en cada canción y show porque el público está ahí, mirándote.

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Acorazado Potemkin. Foto: Victoria Schwindt

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