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Crónica: No Te Va Gustar cumplió 25 años y los festejó en un Gran Rex repleto y pasional

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No Te Va Gustar en el Gran Rex. Foto: Marcos Mezzottoni

EL PAÍS EN BUENOS AIRES

Crónica del festejo de los 25 años de la banda uruguaya, que el martes arrancó con su serie de shows en el Gran Rex

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Es 25 de junio de 1994, de madrugada, y hace frío, mucho frío. En la plaza de la calle Alto Perú pasa, de mano en mano, un vino malo cortado con refresco. El baterista no llega y hay que recurrir a un reemplazo, al guitarrista se le entumecen los dedos porque el invierno pega fuerte, hay que hacer un repertorio breve, pero todo se extiende. Unos pibes medio hippies tocan, y las 300 personas, más o menos, que están adelante, se entusiasman. Pasa, entre esa gente, algo medio mágico. Un argentino que se llama Emiliano Brancciari debuta con la que será la banda de su vida, pero después no le quedan demasiados recuerdos de aquella noche: culpa del vino, confiesa para el libro Memorias del olvido, así que lo que le quedó en la cabeza fue una caminata a los besos con dos chicas que eran primas.

Ahora es 25 de junio de 2019, y el frío es terrible: es, quizás, el día más cruel de lo que va del año. Pero en los camarines del Teatro Gran Rex, ahí sobre la Calle Corrientes, la calefacción está al palo y casi que hace calor. Hay comida y alcohol para abastecer a unos cuantos, hay un dispensador de una cerveza artesanal que al otro día se hará sentir, hay Jack Daniels, acaba de llegar una elegante caja de madera con vinos variados. Las entradas para el show que está por ocurrir, el primero de seis en ese teatro (habrá cuatro más en agosto) con capacidad para unas 3.200 personas, están agotadas hace tiempo. En el escenario, todo quedó en su lugar sobre las 16.30, cuando se terminó la prueba de sonido. Y Brancciari, que ya lleva más años de uruguayo que de argentino, está con Santino, su hijo, uno más entre todo el plantel No Te Va Gustar.

A la hora de brindar, el mánager Nicolás Fervenza suele repetir una frase: “Sólo nosotros sabemos lo que nos costó llegar hasta acá”, seguida de algún insulto tribunero que no se puede replicar acá. Sin embargo, para el brindis que hace sobre esta medianoche, cambia la fórmula. “Nadie nos regala nada, nadie nos regaló nada, y si seguimos brindando y siendo agradecidos por el presente que tenemos, vamos a poder seguir construyendo un futuro todavía mejor”, arenga mientras descorcha.

No Te Va Gustar en el Gran Rex. Foto: Marcos Mezzottoni
No Te Va Gustar en el Gran Rex. Foto: Marcos Mezzottoni

Se celebra y se renueva el discurso porque dos décadas y media después de aquel debut en una plazoleta, borrachos por el vino malo que se toma cuando hay amigos, hay juventud y no hay plata, No Te Va Gustar acaba de cumplir 25 años y festeja brindando en copas, y disfrutando de la ovación enorme, inmensa, de un Gran Rex lleno de un público pasional. De apenas un pedacito, en verdad, del público cosechado, que en Argentina es tan fiel como el uruguayo, y mucho más caliente.

De afuera todo se ve brillante, y el saldo a la vista es más que positivo. Son 11 discos en total, cuatro DVDs, un documental y un especial de televisión; una sala propia, un sello independiente, premios y nominaciones nacionales e internacionales; y una enorme cantidad de países recorridos. De adentro, tiene razón Fervenza cuando repite eso que los músicos ya repiten de memoria: que solo ellos saben lo que costó llegar hasta ahí.

LA HORA DEL SHOW

El Gran Rex y cantar con el alma

Lo primero que se escucha cuando se abre el telón es un rugido agudo, y después, en seguida, un “Feliz cumpleaños” a capella que le saca sonrisas a todos los que están sobre el escenario, que son la formación completa de No Te Va Gustar, más la cantante y multiinstrumentista Mint Parker, y las violinistas Nikole Cedeño y Leticia Gambaro. Las tres estuvieron en los shows del Auditorio y de Córdoba, y harán todos los Rex; en la interna, son “los ángeles de Parker”.

Después, una introducción tensa de violines, como de película de terror psicológico, le da paso a “Solo”, la primera de un repertorio que incluye casi todas las del disco Otras canciones, más clásicos y no tanto, con esta sonoridad que casi prescinde de lo eléctrico. La audiencia canta sin parar y entre tema y tema se repite una rutina: las desaforadas declaraciones de amor a Brancciari, que guarda silencio, sonríe y alguna vez responde que es muy pronto para el amor, que recién se conocen.

El espectáculo es, en lo formal y salvo las variaciones del setlist, el mismo que se vio en el Sodre. Pero no es el mismo, porque la gente lo hace diferente. Si en el Auditorio lo que hubo fue un respeto enorme por el trabajo mostrado, traducido en silencio y en un coro que más bien era un susurro colectivo, en el Rex todo fue amor pasional, ese que a veces parece que solo los fanáticos argentinos saben dar.

Un rato antes, el saxofonista Mauricio Ortiz había dicho que salir de gira a teatros, con Otras canciones, y tener al público sentado, era todo un desafío para la banda, y una novedad que en algún punto inquietaba. Pero en Buenos Aires —y una pista ya habían tenido en Córdoba— se entiende que el agite va más allá de las butacas: las manos en alto, los movimientos de cabeza, las remeras revoleadas y el canto a viva voz son una constante, y cuando toda la banda se calla para que las gargantas de miles griten eso de que “todo lo que me queda es cantarte con el alma, si te regalé la voz”, la emoción es tremenda.

No Te Va Gustar en el Gran Rex. Foto: Marcos Mezzottoni
No Te Va Gustar en el Gran Rex. Foto: Marcos Mezzottoni

Justo esa noche de martes, Brancciari está cantando con más alma que voz, y se nota. No saben los que lo fueron a ver, que el día antes estuvo con 39 grados de fiebre, que tuvieron que darle un inyectable, que la prueba de sonido le costó; que se notó todo el tiempo, en la previa, el gesto de preocupación por cómo iba a enfrentar el concierto. No saben que estuvo calentando la voz media hora; que mientras entonaba “Solo” en el camarín y se acomodaba la camisa azul frente al espejo, el mánager lo miraba con el ceño fruncido. No saben, tampoco, que cuando estaba subiendo al escenario dijo “Que Dios me proteja”, antes de un “¡Vamos nosotros!” que salió medio ronco.

No saben y no importa, porque por ese rato a él tampoco parece importarle. Canta “Poco” tal como la grabó Draco Rosa para Otras canciones, exigido al máximo, cruza miradas cómplices con sus compañeros, y sigue. Después, en camarines, compartirá un rato más con su hijo, con su padre, con su hermana, y aunque celebrará un rato, se volverá al hotel por el bien del equipo, dirá en un grupo de WhatsApp, mientras otros ya van de camino a un bar bastante singular, para seguir por un rato con el festejo de cumple.

No Te Va Gustar en el Gran Rex. Foto: Marcos Mezzottoni
No Te Va Gustar en el Gran Rex. Foto: Marcos Mezzottoni

No importa, tampoco, porque el público se fue de ese Rex a pleno. Las lágrimas en las primeras filas, los carteles de agradecimiento, y la forma en que esos miles disfrutaron de estas canciones interpretadas de otra manera, desde otro lugar, fueron mucho más importantes que la circunstancia. Y ese es, al final, el tipo de cosas que hacen que 25 años después del arranque, una banda pueda, más allá de los escenarios y la calidad del vino bebido, reconocer y disfrutar con orgullo de su propio éxito.

DE ACÁ Y DE ALLÁ

Los invitados a una celebración musical

No Te Va Gustar se ha caracterizado por llevar a Argentina a otros artistas uruguayos menos conocidos de aquel lado del río, desde La Triple Nelson a Los Buenos Modales, pasando por muchísimos proyectos. Y los shows del Gran Rex no fueron la excepción. 

La apertura de martes, miércoles y jueves estuvo a cargo de Franny Glass, o sea Gonzalo Deniz, que fue en plan solista, a mostrar unas canciones preciosas a guitarra y voz. El martes, en el show que presenció El País, cantó entre otras “Si siguiera mi instinto”, “El campo en ciudad” y “Mientras el viento sopla afuera, y tuvo una buena acogida por parte de los espectadores. El jueves, además, le tocó subir a escena con No Te Va Gustar, para interpretar “De nada sirve”, que en el disco y especial Otras canciones fue grabada con el cantautor Jorge Drexler.

Para los shows de ayer, hoy y mañana, el uruguayo invitado fue Martín Rivero, que fue en formato dúo a compartir sus composiciones solistas.

Además de uruguayos, los Rex también contaron con invitados argentinos: el martes y miércoles estuvo Zoé Gotusso del dúo Salvapantallas, que además cantó “Chau” con la banda; jueves y viernes le tocó a Panter, de la banda De La Gran Piñata, y hoy y mañana será el turno de la cantautora Silvina Moreno.

lo que viene

"Otras canciones" de gira

La gira de Otras canciones arrancó con ocho shows en el Auditorio Nacional del Sodre, todos con entradas agotadas, y siguió por Chile y Córdoba. Después de Buenos Aires habrá más fechas en Argentina, una gira larga por el interior uruguayo, y actuaciones confirmadas en Paraguay y México. Además, No Te Va Gustar estará en la nueva edición charrúa del Cosquín Rock, que será el 4 y 5 de octubre en el Parque Roosevelt (entradas en Abitab). Allí, la banda tocará en su formato tradicional, el eléctrico.

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