MÚSICA

Crítica del concierto de la Orquesta Juvenil del Sodre conducida por el maestro Doron Salomon

La Orquesta Juvenil del Sodre conducida por el maestro Doron Salomon brindó su primer concierto de 2019, Romántico con tres compositores del romanticismo musical; algunos como Wagner iniciadores del movimiento y otros que fueron incorporándose en las etapas finales como Tchaikovsky y Rimsky-Korsakov.

La velada se inicio con Procesión de los nobles de Rimsky-Korsakov. La dirección de Salomon fue de una notable precisión rítmica y flexibilidad en las acentuaciones como en los matices. Los trompetistas tuvieron singular destaque así como las cuerdas en particular cuando interpretan la noble melodía en mi bemol mayor.

Luego se escuchó el Concierto para violín y orquesta op.35 de Tchaikovsky teniendo como solista a Aisha Syed. El virtuosismo de esta brillante violinista dominicana no es sino una expresión límpida y casi lógica de una excepcional pureza interior. No existe en ella el mero mecanismo, frío e intrascendente juego de máquina, sino un constante fluir de ideas musicales que se configuran en el violín, tomando formas irreprochables. Su afinación es perfecta, la articulación del sonido al cual llega a conferir un acento casi parlante, que se asemeja a una voz humana potente y expresiva es notable.

Los aplausos del público hicieron que la violinista ofreciera como bis el hermoso Largo de la Sonata nº 2 en la menor de Johann Sebastian Bach. El acompañamiento orquestal fue equilibrado lográndose una amalgama perfecta con la solista.

Finalizó el programa con la obertura de la ópera Rienzi de Wagner. En la versión del director israelí se pudo apreciar el entusiasmo y consubstanciación con la obra: su conducción obró más como un vigoroso imán que como un simple guía.