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El artista británico dejó un gran disco antes de morir.
“Todos tienen que vivir y todos morirán / Todos quieren divertirse”, canta Mac Miller con una voz tranquila y ronca en “Everybody”, una de las mejores canciones de Circles, el disco póstumo del músico fallecido en 2018. Acompañado de sutiles acordes de piano, un línea de un bajo bien profundo, coros y batería, esta versión del clásico de Arthur Lee se convirtió en una despedida involuntaria del rapero que murió de sobredosis a los 26 años. Reemplazando el rap que definía a sus primeros discos por aires funky y hasta jazzeros, el británico dejó un disco de 12 canciones que presentan un viaje oscuro por la mente de un hombre que sufría depresión. “Es tan triste estar solo”, se lamenta en “Blue World”, uno de los temas más dolorosos del disco junto a “Hands Me Down”, con una letra cargada de autocrítica.