SONIDOS QUE ANDAN EN LA VUELTA
En su disco debut, Ernesto Chalar invita a perderse en una travesía de 36 minutos
En Babia, su disco debut, Ernesto Chalar invita a un viaje sonoro de 11 canciones basadas en climas oscuros que se construyen sobre sintetizadores, arpegios de guitarra acústica y una voz cálida. u201cElla lo sabe: andar es un poco dejarse perderu201d, canta el músico en u201cBoca de lobou201d, y sobre esta idea se arma el relato que atraviesa el disco. Por ese lado van las letras u201cIn Aereu201d (u201cEstamos en el aire / Rodeados de vacío / Sin rutas ni destinou201d, dice la letra) y u201cRastro perdidou201d ("Bajo mi propia sombra, me detengo y ahí esperaré / A que la tierra mueva mis pies").
Parece que el destino deseado del protagonista se encuentra en u201cAlgo así como Hawaiiu201d, que muestra a la isla como un lugar de ensueño u2014aunque cada oyente tiene el suyou2014. En Babar, el músico toca casi todos los instrumentos y ofrece arreglos que entrelazan elementos del folk, la psicodelia, el pop y el tango (un bandoneón le aporta todavía más melancolía a u201cMis horas muertasu201d y a u201cLentou201d). Todo se junta para invitar a perderse en una travesía musical que se ve perfectamente representada en la portada. Un gran debut.
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