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Charo Bogarín: la voz argentina que sueña con hermanar el continente

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La Charo

Charla

La cantante presenta su primer disco solista, este sábado en la Sala Zitarrosa

Charo Bogarín es hace rato una de las voces más interesantes del folclore argentino. Con la propuesta de Tonolec, el dúo que desde mediados de los 2000 integra con el músico chaqueño Diego Pérez, esta formoseña de raíces guaraníes se ha dedicado a investigar, a mirar tierra adentro de Argentina, y a procesar toda esa información vinculada a los pueblos nativos e indígenas, para transformarla en música. Sin embargo, aunque tiene arraigo en la tradición, la característica esencial de esta dupla ha sido la experimentación electrónica.

Tonolec, visitante asiduo de Montevideo, se diferencia por sus pasajes climáticos, las capas de sonido y una actitud poderosa que a veces tiene más de banda de rock que de folclore. Cuando al final de “Tierra quebrada”, Bogarín canta desde las vísceras que “una razón no es razón si es sangre, bala y herida”, es rock.

Esa misma actitud está en "La Charo", el primer disco solista de Bogarín, que buscó un nuevo sonido en pos de un nuevo objetivo: cantarle a América Latina. Si con Tonolec se enfocó en la historia nativa de argentina y se aventuró a cantar en diferentes lenguas, sin olvidarse de sus antepasados guaraníes, con La Charo quiere llevar todo eso y más por la región, para tender puentes en tiempos difíciles.

En charla telefónica con El País, lo primero que dice Bogarín de La Charo, el disco, es que es “un canto latinoamericano”, hecho de composiciones propias (la mayoría), basadas en un cuatro venezolano, y en alguna versión ajena, como el caso de “Sobre la playa” del grupo chileno Inti Illimani.

Ese disco, ese canto, es lo que viene a presentar este sábado a Sala Zitarrosa. El show es a las 21.00, hay entradas en venta en Tickantel a 800 pesos, y la acompañan el contrabajista Nicolás Pasetti, Juan Sardi en ronroco y acordeón, y Eduardo Avena en percusión. Esa formación de cuarteto es con la que se compuso todo el disco, cuenta la cantante e instrumentista, y también “con lo que se sostiene y defiende”.

Estreno

Un disco sin tiempo

Bogarín fue perfilándose como solista (en paralelo a su trabajo con Tonolec, que continúa) un poco sin querer, a partir de algunos encuentros espontáneos con otros colegas, entre los que nombra a las uruguayas Ana Prada y Malena Muyala. Fue en lo que llama su “casa del bosque”, que empezó a recibir a otros músicos y a interactuar sola, sin el soporte de Tonolec, que de cualquier manera “ha facilitado el camino y me lo seguirá facilitando, porque ha marcado una época”. Y esa interacción hogareña y relajada le abrió el camino, y la impulsó a “expandir el canto”.

Malena Muyala y La Charo
"Pasos", de Malena Muyala, en una versión junto a La Charo

Cuando aparecieron las ganas o la posibilidad de grabar (el disco lo editó Sony), Bogarín quiso que La Charo fuera un disco sin tiempo ni espacio. Entonces lo pintó con colores clásicos y lo vistió con una sonoridad acústica, que puede remitir a distintos lugares y épocas del continente.

“Porque la idea es salir a peregrinar los países del continente, a hermanar el canto. Creo que en tiempos como estos, en los que hay mucha violencia, mucho odio y mucha intolerancia, salir a propagar el canto con un mensaje de amor y de unidad es necesario, en toda nuestra América”, dice.

Para tender esos puentes, Bogarín apela a ritmos no sólo latinos sino también provenientes de África y Europa, los dos continentes que más nutrieron a este en sus orígenes; y también a historias que mantienen ese ida y vuelta. Ese abrazo europeo-americano lo destaca sobre todo en “Quiela”, canción que habla de Angelina Beloff, la artista rusa que fue la primera mujer de Diego Rivera, y para la que se buscó darle, con el acordeón del Chango Spasiuk (otro que vendrá pronto a tocar a Montevideo, el 12 de mayo a la Zitarrosa), un perfume francés.

“Y también hay un canto libertario a mi padre”, dice Bogarín sobre el tema “En mi voz como paloma”, dedicado a Pancho Bogarín, su padre, desaparecido en 1976. “En tiempos como estos, donde otra vez hay políticas de estado que no favorecen lo popular, que ponen la mirada fuera y no dentro de nuestra tierra, es un canto más necesario que nunca. Hay que recordar quienes somos, hablar de patria, de nuestros valores, de nuestra libertad de pensamiento y acción”.

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