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“Canta Zitarrosa”, un disco que volvió a las disquerías 50 años después y con igual porte

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Alfredo Zitarrosa junto a su guitarra. Foto: Archivo El País

ESPECIAL | EL PAÍS

A 50 años de su lanzamiento, el álbum debut de Alfredo Zitarrosa volvió a las bateas reeditado en vinilo por el sello Bizarro. Los detalles

La presencia e influencia de Alfredo Zitarrosa en la música uruguaya es otra de esas cuestiones indiscutibles, y una lista como esta, que elige los 50 mejores/más importantes discos uruguayos de la historia (para la que fueron nombrados 217 discos en total), no hace más que reafirmarla. Que el disco que se colocó en el podio sea justo el primer LP, habla de cómo Zitarrosa tuvo pasta de grande ya desde el inicio.

Canta Zitarrosa se editó en 1966 y tiene algunas de las canciones icónicas del cantor, su sonoridad característica y una portada que está en la memoria colectiva de los uruguayos, con un rostro en primer plano, en una composición de luces y sombras que refleja la dualidad, la ambigüedad del artista. Es exactamente la misma portada con la que el álbum volvió hace poco a las bateas, con una reedición en vinilo a cargo de Bizarro Records.

El disco fue editado originalmente por Tonal, un sello que duró apenas un par de años y con el que Zitarrosa también editó Del amor herido. Sus trabajos luego pasaron a la órbita de Orfeo, cuyo catálogo fue comprado por Bizarro que, desde entonces, ha venido reeditando material del publicado por la extinta compañía. De hecho, en los próximos días llegarán a las plataformas digitales títulos como Segundos afuera de Jorge Galemire o La iguana en el jardín de Claudio Taddei, ambos de Orfeo y ambos en este ranking histórico.

Para relanzar en vinilo Canta Zitarrosa en 2017 —hasta entonces, se lo podía conseguir en las ferias y tiendas de vinilos pero en mal estado—, el sello trabajó sobre una reedición en CD que ya había hecho casi 10 años antes, que había contado con la supervisión de la Fundación Zitarrosa, que aportó datos en cuanto a créditos, letras y otros aspectos.

Se volvió a convocar a Rodolfo Fuentes, quien ya había adaptado el arte del vinilo original al formato de disco compacto, y lo que se hizo para la ocasión fue contactar al fotógrafo de la imagen original de la portada, Jaime Niski. “Y conseguimos como el slide original de la foto, de manera que para la edición en vinilo, donde una foto de este tipo tiene un peso importante y tenía que ser lo más perfecta posible. Fuentes pudo trabajar sobre ese original o lo más original posible”, cuenta el director de Bizarro, Andrés Sanabria.

“El arte del vinilo es tal cual el original”, resalta Sanabria, y es uno de los aspectos más destacables de la reedición. “La parte de afuera se replicó exacta”, apunta, mientras que el sobre interior incluye todas las letras, sin certeza de si eso estaba o no en el original.

“Yo nunca tuve idea de que eso iba a tomar esa importancia”, le dijo Niski a El Observador, hablando de la toma icónica. “Para mí, sacada, fue una foto común y corriente”.

"Canta Zitarrosa", portada del primer disco de Alfredo Zitarrosa
"Canta Zitarrosa", portada del primer disco de Alfredo Zitarrosa

El otro aspecto destacable es, claro, un sonido que le hace justicia absoluta a la voz de Zitarrosa y las guitarras que lo acompañan. Esa réplica, ese sobre, alberga un disco que suena como si Don Alfredo estuviera cantando ahí, al lado. El mérito es de un equipo chileno especializado en másters de vinilo, y supervisado por el ingeniero de sonido César Lamschtein, que había estado a cargo de la masterización para la reedición en CD.

“Él es supercuidadoso y cuando le dije que teníamos que hacer este máster para vinilo, me dijo: ‘yo no me animo a hacerlo porque necesita determinado tratamiento, pero vamos a hacerlo con mi supervisión’. La opción de Chile estaba buena, así que se hizo el máster para vinilo ahí, se fabricó en Europa, y todos los comentarios que me han hecho es de que tiene su buen sonido”, dice Sanabria. Tiene razón.

Con esas características, Canta Zitarrosa todavía se consigue en disquerías. Aquel álbum grabado en los estudios de radio Ariel, en julio de 1966 y con Hilario y Ciro Pérez en guitarras, aquel con aporte de Lucio Muniz y Yamandú Palacios, regresó 50 años después y es un disfrute. Aquel disco sobre el que Zitarrosa, por entonces, afirmaba con distancia para un texto de contratapa (encargado por Tonal y presente en la nueva versión) que “si bien puedo decir que conozco al cantor, al autor de algunos de estos temas, al sujeto que resulto ser, en cambio no voy a poder asegurar que canta ni que compone como se debe. Ni siquiera lo hace como quiere, debo señalar más bien y en resumen agregaría que compuso y cantó como pudo, los temas de este disco, que lo representan bastante bien. Queda a cargo del oyente el juicio definitivo sobre todas las cuestiones que implican al cantar, el componer y el grabar para un público anónimo, cosas que vienen de adentro, que a uno lo definen mucho más de lo que acierta a confesarse, y que en suma -por añadidura- pueden considerarse cosas que nos han formado desde afuera, desde el mundo, a través de los demás, a través de los cantores y poetas que conocimos u oímos”.

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