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Canciones íntimas sobre la condición humana

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El singer-songwriter sueco volverá a cantar en Montevideo a nueve años de su primer show. Foto: Difusión

El cantautor sueco José González vuelve este miércoles a La Trastienda.

La voz de José González por teléfono es tan recatada como uno se la imagina cuando escucha sus discos. Éstos están llenos de canciones que tiene esa cualidad, aunque también poseen una faceta algo inquietante, seguramente fruto de una intensidad no evidente a primera escucha.

Sin ningún tipo de acento, este sueco hijo de argentinos atiende la llamada de El País en Buenos Aires, donde se encuentra antes de cruzar el río para lo que será su segundo concierto en Montevideo. Su español no será el más fluido del mundo, pero él se hace entender perfectamente en su tercera lengua (la primera es la sueca y la segunda la inglesa, en la que compone) y la usa para constatar que por supuesto es especial para él tocar en Argentina, la tierra natal de sus padres y donde aún tiene familia.

González ya había estado en Sala Zitarrosa como invitado de Juana Molina en 2007, solo con su guitarra. Ahora regresa para un concierto en La Trastienda este miércoles con su banda y lo hace de la mano de su más reciente disco, Vestiges & claws, publicado hace algo más de un año. Es el primero de él en siete años. "Estuve ocupado con Junip, la banda que integro y con la que edité dos discos", dice, siempre en voz baja.

Con diez canciones, Vestiges & claws parece anunciar desde el título una mirada nada frívola sobre las cosas. "Siempre me gustan los títulos que puedan aplicarse a muchas cosas distintas, para que quien escucha pueda interpretarlo de maneras distintas. Pero tanto vestiges (vestigios) como claws (garras) son conceptos que para mí tienen connotaciones. En este caso, vestigios para hablar de la memoria, de la historia. Y garras para hablar del futuro. Y esto puede ser tanto para hablar de individuos o de cosas más grandes", dice.

González no se anda con menudencias cuando escribe letras para sus canciones, en las cuales su guitarra acústica siempre es protagonista, a la que toca con un estilo muy particular, propio. Si le preguntan si escribe sobre la "condición humana" dice que sí, no recula ante la vastedad del tema. El paso del tiempo, las opciones que uno hace en la vida, las percepciones que uno tiene, tanto de sí mismo como de lo que lo rodea, el valor de estar junto a otros, todo eso forma parte del temario de González.

Curiosamente, González no es un hombre de fe. "No, soy ateo", dice. Pero evidentemente lo espiritual le interesa, porque forma parte de una suerte de una congregación llamada The Sunday Assembly: "Brevemente: es gente que se junta todos los domingos, cantan y hablan sobre cosas como la existencia o algo más cotidiano. No es religioso, pero tiene eso de la comunidad religiosa, de juntarse. Este grupo aún no existe en Suecia pero sí hay en otros países, y tuve como invitado a uno de ellos en el videoclip para la canción Leaf Off / The Cave."

Si no puede ver el video, haga click aquí.

González, como se sabe, escribe las letras de sus canciones en inglés, no en sueco. "Por alguna razón, en Suecia es natural cantar en inglés", dice pero aclara que empezó así por una cuestión de estilo, de seguir la corriente. "Es que tampoco me imaginé que el primer disco iba a ser un success ("éxito"). Pero a partir del segundo disco, ya empecé a escribir las letras con otra actitud. Buscaba sobre qué temas escribir, porque pensaba en mí como un artista más o menos global, digamos. Tiene que ver con hacerse preguntas, con hacer comentarios... Son temas que me vienen de manera natural, porque son temas que me interesan, y tienen que ver con la condición humana en estos tiempos" dice y agrega que las letras le vienen más o menos al mismo tiempo que las melodías, aunque también hay una búsqueda deliberada. "Sé que no uso palabras muy corrientes, que no se prestan tan fácilmente para un uso cotidiano. Vestiges, por ejemplo, no es una palabra muy común en inglés, y en Suecia tuve que explicar varias veces qué era lo que significaba. Todo eso forma parte de la búsqueda de conceptos que son útiles para hablar de ciertos temas cuando hago entrevistas", dice por teléfono y con una risa contenida.

Vestiges & claws es un disco que —como los anteriores— tiene un aire casero. "Me gusta mantener mi estilo de hacer discos, que es lo-fi. O mid-fi, como digo, porque los micrófonos que uso no son precisamente de baja fidelidad. Tengo buenos equipos pero hago todo en casa, en mi computadora. Siempre produje mis propios discos y esta vez, además, lo mezclé, algo que nunca había hecho antes. Me gustó ese proceso. Me obligó a aprender. No suena perfecto, claro. Pero es una opción estética,porque me gusta que suene así".

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