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Camila & Fer: cuando una amiga se va

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"Me equivoqué, nos equivocamos", dice Vázquez. Foto: M. Bonjour
Camila Rajchman, cantante, ex integrante de Bombai, ND 20160317 foto Marcelo Bonjour
Archivo El Pais

Los personajes de la semana en charla con El País sobre el cierre de una etapa en Rombai.

Ni siquiera los que estaban viendo a Noel Gallagher en el Teatro de Verano el martes, pudieron escaparle a una noticia que se viralizó con extrema velocidad. Con un largo video, Rombai acababa de anunciar la salida de Camila Rajchman, la vocalista que estuvo al frente del grupo junto a Fernando Vázquez desde el arranque, hace poco más de un año.

"Siempre supe que este momento iba a llegar. No me imaginé que quizás se terminara tan rápido, y tampoco imaginé que me fuera a doler tanto", decía Rajchman, anunciando entre lágrimas este desenlace. A su lado, Vázquez la consolaba y le decía (mirando a cámara) que no sabía cómo iba a hacer para estar sin ella en el escenario, para entender "por qué" pasaba esto.

El miércoles, mientras los rumores se disparaban, los fanáticos pedían explicaciones y los detractores festejaban, la rubia fue a la gala de los Premios Iris a entregar un premio. Visiblemente afectada, aguantó la presión de Maximiliano De la Cruz y evitó el tema.

El jueves de mañana fue sola a Desayunos informales, el programa matutino de La Tele, porque Vázquez había decidido apagar su teléfono para estar más tranquilo en medio de tanto barullo, y no se enteró a tiempo del compromiso.

En la tarde, Rajchman recibió a El País en su casa de Carrasco, cansada pero dispuesta a charlar del tema que la viene ocupando la mayoría del tiempo desde hace dos semanas. Porque de afuera pareció algo abrupto, pero en la interna de Rombai de esta decisión se venía hablando hace ya varios días. De hecho, el fin de semana pasado la banda dio un show y ella no fue. Pero una falta en un año de imparable actividad no tenía por qué ser indicio de nada extraño.

Fueron dos semanas en las que hubo que aguantar una noticia en el círculo más íntimo. Mientras termina de almorzar con su amiga Sofía, dice que está "agotada" y que está deseando encontrar un momento para descansar.

Hace días que tiene dificultades para dormir, y es lógico: pasó de viajar constantemente, entre ensayos y giras, a despertarse un día, otro día y otro día en la misma casa. Y tiene 21 años, no es un detalle menor.

Mientras espera a Vázquez, Rajchman fuma un cigarrillo —hábito que estando en Rombai tuvo que controlar al máximo— en el patio de su casa, el mismo patio donde grabaron el video de despedida. Y de fondo se escucha la misma bordeadora que dio que hablar en las redes.

En los Iris, cuenta, algunas personas que supieron criticarla sin piedad, le ofrecieron disculpas. La imagen de chica divertida que ha dado desde que se hizo famosa cambió por estos días, y eso influyó en todo.

Vázquez llega poco después con su novia, que vive en Buenos Aires y por unos días estuvo por aquí. Viene coordinando horarios, escuchando grabaciones de Rombai, preocupado porque tiene que estar en hora en el ensayo. "Voy a seguir viniendo a tu casa", le decía a su amiga en el video. Ahí está.

"Nos dábamos cuenta que quizás, no sé, era lo que teníamos que hacer, para el bien de los dos", es lo primero que dice el ahora único cantante de Rombai, que para el próximo fin de semana se irá con sus canciones a Chile. Rajchman lo escucha hablar.

—¿Por qué? ¿Por qué no buscarle otra solución?

Vázquez: Como dijimos en el video, yo le propuse esto a Cami y ella se lo tomó como un desafío, porque no venía del palo musical, e iba a tener su período si se llegaba a profesionalizar tanto. Porque esto arrancó como una banda de amigos, un hobby, y en el momento de profesionalizarse hay que decidir si esto es o no lo tuyo. A través de charlas llegamos a la conclusión de que era lo mejor para los dos.

—¿En lo legal es un despido o es una renuncia?

Rajchman: Es un convenio. Nunca tuvimos nada legal porque confiamos, pero ahora tiene que ser porque le tengo que ceder mis derechos de imagen. Pero nada fuera de lo normal.

—El show de Villa María fue un punto de quiebre, pero ustedes han repetido que aprendieron a convivir con las críticas. Sin embargo, fueron las críticas las que los desgastaron.

Rajchman: Fijate que en un año yo maduré, trabajé como nunca. Nos pasaron tantas cosas que estuvimos como sometidos a mucha exigencia, y queríamos cada vez dar mejores shows y lo de Villa María nos tiró para abajo. La gente nos veía como una de las bandas del momento, y al no haber dado el show que nos gustaría haber dado nos tiró para abajo.

Vázquez: No es que las críticas nos afectaron. Esta era la realidad, nos afectó vernos. Ver que nuestro show no estaba a la par de alguien internacional; no era una crítica constructiva o negativa. Nosotros nos dimos cuenta que para llegar a eso teníamos que ser mucho más profesionales. Deja de ser una banda de hobby, una banda de amigos para divertirse.

—¿Manejaron mal las cosas? ¿Tendrían que haber esperado más para escenarios grandes?

Rajchman: Fue lo que la gente pidió. Hasta que me fui seguíamos haciendo boliches, y ahí es donde más nos potenciamos, porque nosotros lo que vendíamos era joda, fiesta. Pero fue lo que nos pidieron.

Vázquez: Yo, por otro lado, es lo que soñé siempre, y cuanto más rápido pudiera llegar mejor. Mi sueño no es tocar en boliches, es ser un artista de verdad, tocar en un escenario grande, dar un show a la par de un artista de verdad. Ojalá hubiese nacido en un escenario. Pero no estábamos muy preparados, hay que prepararse más, pero no me hubiese gustado que me costara 10 años. Me equivoqué, nos equivocamos, pero vamos a tener revancha.

Sueños.

Cuando Vázquez se va, Rajchman vuelve al sillón de una sala que exhibe muchos cuadros y es bastante amplia, como la mayoría de las que se pueden ver en la planta baja de una casa que, a su familia, le está quedando grande. Ella y sus padres son ahora los únicos que viven ahí; una de sus hermanas está a días de mudarse y las otras dos ya lo hicieron.

La joven ha vivido allí toda su vida, y pensar en irse no es algo que la entusiasme en nada. "En general no me gustan los cambios", reconoce.

También reconoce que en estos días preferiría estar en cualquier lugar menos en el que estuvo. "No en el lugar físico sino emocional", aclara. "Me hubiese gustado despertarme en 19 meses. Fue muy duro".

"Es duro salir a hablar de verdad cuando no estás tan contenta con la decisión que tomaste. A veces me pongo a pensar y digo: ¿qué hice? ¿Y por qué?", confiesa.

—¿Por qué no estás contenta, si fue una decisión pensada y muy conversada?

—No es que no esté contenta. Me duele en el alma irme de Rombai, nunca me lo hubiese imaginado. Sí sabía que yo no podía ir a Colombia a cantar porque me iban a escupir. Yo sé que no soy cantante, no me critiquen por creérmela porque no me creo nada. Estoy acá por amiga, porque Fernando me pidió que lo acompañara. No pensé que iba a ganar un peso, ¿me entendés?

Que la critiquen por cómo canta no le importa, y si la señalan por su color de pelo, nivel económico o religión, tampoco. Lo único que en serio le ha molestado es que supongan que es hija del dueño de Claro, compañía telefónica que eligió a Rombai como imagen y catapultó su popularidad.

Por las dudas: con Claro no tuvo más que un vínculo profesional. Su padre trabajó por años en una cadena de ferreterías, y el año pasado emprendió su propio negocio. Su madre es artista plástica, por una especie de herencia familiar.

De qué va a trabajar Rajchman ahora, no sabe. Quizás vuelva a hacer algo relacionado al diseño de zapatos, que ya probó antes. Y tiene varias ofertas "tentadoras", de las que prefiere no anticipar nada pero se vinculan a los medios. "De chica me moría por ser cantante y bailarina", confiesa, y su amiga Sofía lo certifica. Pero ahora cantar ya no es su sueño: "Rombai era un sueño, pero no el mío. Aunque era muy feliz y debo ser de las únicas personas que disfrutó todo. Era agotador, pero lo redisfruté. Y ahora me asusta lo que viene", confiesa.

Una historia breve e intensa.

Rombai lanzó en diciembre de 2014 el videoclip de "Locuras contigo", y de inmediato causó sensación entre niños y adolescentes. La banda la fundó Fernando Vázquez, su productor y compositor y, además, creador de Márama. Él convocó a Camila Rajchman, su compañera de facultad, y reclutó a algunos amigos.

Rombai se consagró en Argentina, donde hizo tres shows seguidos en el Gran Rex (entre otra cantidad de presentaciones por todas las provincias), y además tocó en ShowMatch. En Uruguay llenó el Velódromo, y ya tocó en Paraguay y Bolivia. Sin embargo, aún no tiene disco grabado.

Rombai: un show de despedida y el futuro.

El 29 de abril, cuando Rombai se presente en el Luna Park, Camila Rajchman tendrá su show de despedida. Será la última vez que compartirá escenario con la banda, que mientras tanto seguirá tocando pero sin ella. A corto plazo, lo primero es un viaje a Chile el próximo fin de semana.

"No voy a suplantar a Cami", aclara Vázquez en la charla con El País. "Sentimentalmente me hace mal y moralmente me sentiría mal", asegura.

Su plan es contratar a algunas mujeres para hacer coros, y así poder reemplazar la voz de Rajchman en vivo en las siete canciones ya existentes y grabadas. Pero nada más.

"Las futuras canciones las grabaré yo, sin voces femeninas", dice en referencia a los temas que faltan para completar el repertorio del que será el primer disco de Rombai. El álbum, aún sin fecha de lanzamiento, reunirá las dos etapas.

Vázquez será entonces el único cantante, lo que podría afectar la imagen de banda y terminar convirtiendo a Rombai en un proyecto solista.

El cantante no dice claramente si eso lo preocupa, aunque no parece, a juzgar por las últimas fotos que se ven en la fanpage de la banda en Facebook, en las que aparece solo. "Vamos a tener que planificar, pero tengo un buen equipo para salir adelante. Y tenemos el apoyo de Cami", comenta, y ella asiente.

Durante estos días, Rajchman se ha encargado de respaldar a Rombai en su futuro de manera incondicional. "Soy fan número uno. Para mí Fer es brillante y súper talentoso. Como amiga, fan y excompañera de trabajo me va a tener ahí siempre, él y el resto de la banda", asegura, y dice que si fuera por ella iría a todos los recitales. "Que sigan por más, que cumplan sus sueños y que siempre, siempre, siempre va a haber alguien que los critique", les dijo en Instagram a sus excompañeros.

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"Me equivoqué, nos equivocamos", dice Vázquez. Foto: M. Bonjour

MÚSICABELÉN FOURMENT

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