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Bruno Gelber y la Filarmónica, un cumpleaños con algún desencuentro

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Bruno Gelber. Foto: DIfusión.

Crítica

El concierto por los 60 años de la Orquesta Filarmónica fue con el gran pianista argentino

Bruno Gelber. Foto: DIfusión.

La Filarmónica de Montevideo celebró los 60 años de su primer concierto inaugural, el 17 de julio de 1959 en el Solís conducida por su primer director estable, el maestro Carlos Estrada. Antes de la audición se proyectaron fotos, programas y fragmentos de videos que contaban la historia de la orquesta.  

La proyección hizo mayor hincapié en las actuaciones que se realizaron durante la gestión del maestro Federico García Vigil mostrando la incorporación de los diferentes ritmos de la música popular al repertorio sinfónico pero resaltando en particular todo lo referente al tango .Así se escuchó en numerosas oportunidades la inmortal u201cCumparsitau201d de Gerardo Matos Rodríguez como emblema de todas las actuaciones de la orquesta en sus giras por el exterior, sin olvidarse de los homenajes a Astor Piazzolla. El video fue demasiado proclive hacia la música típica olvidando los importantes logros iniciales como cuando el maestro Estrada hacía que el público montevideano pudiera acceder a escuchar obras de compositores franceses contemporáneos a pocos meses del estreno en la capital parisina o cuando incluía en la programación las composiciones de los principales referentes de la música académica nacional, así como las primeras audiciones de nuestros jóvenes autores.

Luego de reconocimientos integrantes de la orquesta y al personal técnico, el Embajador de Brasil, Antonio Simões entregó a la actual directora titular de la orquesta la maestra Ligia Amadio la distinción en el grado de Oficial de la u201cOrden del Barón de Rio Brancou201d.

Se inició la velada con el Concierto del Emperador de Beethoven con el pianista argentinoBruno Gelber. El resultado no fue el deseado: el excesivo uso del pedal y los desmesurados fortísimos empañaron la versión. Además hubo desencuentros de la orquesta con el solista: tal vez se hubieran necesitado más ensayos para un mejor entendimiento. El público valoró el gran esfuerzo de esta gloria del arte pianístico aplaudiéndolo de pie. Gelber agradeció con u201cLa Polonesa brillante op.22u201d de Chopin donde lució más su talento virtuosístico.

Luego se escuchó la primera audición de Optimismo Triunfal de Álvaro Méndez. El autor la definió como u201cuna alternancia entre un clima depresivo y decadente, con otro universo optimistau201d. Las cuerdas simbolizan la depresión y los vientos y la percusión el optimismo .Este último es representado por un candombe donde el obstinato rítmico parece no tener fin. La interpretación que brindó Amadio fue satisfactoria.

Como cierre de este festejo se interpretó el poema sinfónico Así hablaba Zaratustra de Richard Strauss. Amadio abordó con pasión y autoridad el complejo desarrollo de esta obra cumbre, donde los pasajes líricos, dramáticos y brillantes se suceden hasta finalizar con los enigmáticos pianísimos. Es una pena que muchas personas al ver que se alargaba mucho se retiraron sin escuchar esta joya musical. El espectáculo duró tres horas.

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