En primer lugar debemos felicitar a la esposa del embajador de Francia, Sra. Cristina Calheiros Itté, por la ideación y realización de este magnífico proyecto que hizo que tanto el público montevideano como el bonaerense y el paulista pudieran apreciar obras desconocidas de la Edad Media de Italia, Alemania y Francia ejecutadas por consagrados intérpretes de dichos países.

En primer lugar debemos felicitar a la esposa del embajador de Francia, Sra. Cristina Calheiros Itté, por la ideación y realización de este magnífico proyecto que hizo que tanto el público montevideano como el bonaerense y el paulista pudieran apreciar obras desconocidas de la Edad Media de Italia, Alemania y Francia ejecutadas por consagrados intérpretes de dichos países.

De esta forma tres países europeos contribuyeron con su valiosísimo aporte a la cultura musical del Mercosur. Los tres conciertos que se realizaron en la hermosa Iglesia de los Carmelitas del Prado, elegida especialmente por su estilo gótico que se adecua perfectamente al período de las músicas interpretadas, tuvieron como noble propósito que el dinero recaudado fuera destinado a la Fundación Dr. Pérez Scremini para la lucha contra el cáncer infantil.

En el primero actuó el dúo italiano compuesto por Vivabiancaluna Biffi (canto y vihuela de arco) y Corina Marti (flauta y clavicordio) presentando obras innovadoras del "Trecento".

El segundo concierto tuvo como solistas al dúo alemán integrado por la soprano Sabine Lutzenberger y el flautista Norbert Rodenkirchen que interpretaron entre otros autores obras de la polifacética abadesa Hildegard von Bingen. Finalmente se presentó el cuarteto francés Ensemble EIA, que cerró brillantemente esta serie de conciertos. Estos músicos nos hicieron escuchar obras vocales e instrumentales del siglo XI al XIV, tanto monofónicas como polifónicas, populares como eruditas y sacras como profanas.

La versatilidad de sus integrantes nos deslumbró, ya que no solo se desempeñaban como talentosos instrumentistas sino también como excelentes cantantes.

Tanto la afinación como la dicción fueron perfectas a lo largo del concierto, el empaste de las cuatro voces especialmente en el hermoso Agnus Dei de la Misa de Notre Dame de Guillaume de Machaut fue notable.

Los instrumentos originales utilizados hicieron que el público se transportara a la época de mayor espiritualidad. La expresividad de los músicos en cada una de las obras estuvo siempre presente.

A pesar del clima inhóspito de la noche montevideana y de que lamentablemente nuestras iglesias no están climatizadas a diferencia de las europeas, este evento fue un éxito total de público.

Los asistentes aplaudieron fervorosamente a los intérpretes, los que se vieron obligados a ofrecer como bis un Sanctus.

Crítica