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Boomerang y el encanto de encontrar un nuevo estado musical

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Boomerang

Disco

La banda va por un pop más brillante en su nuevo disco

"El próximo disco lo vamos a hacer en una semana. No sé qué va a sonar, pero sé que vamos a hacerlo en un tiempo asíu201d, dice, convencido, Luis Angelero. Sentado cerca de un rincón del estudio que acaba de montar con sus manos, un poco antes de poner a reproducir el nuevo disco de Boomerang, la banda que alcanzó sus 15 años en este 2018, ya especula con lo que está por venir, y eso que ni siquiera salió El encanto, que llegará en más o menos unas dos semanas.

Esta ansiedad, si es que califica como ansiedad, es uno de esos males típicos de músicos, y tal vez de directores de cine, escritores, artistas en general. Cuando una obra está a punto de ser parida, su primer ciclo vital se completa, se cierra y en parte, se muere para dar paso a otra cosa. Vendrá la instancia de promocionar, tocar y soltar u2014en este caso, las cancionesu2014, pero antes aparecen las ganas de hacer cosas nuevas.

No me parece mal
"No me parece mal", el videoclip del primer corte del disco de Boomerang

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Angelero y compañía ya están en eso, pero primero, lo primero. Y lo primero es El encanto, un disco que dio vueltas, cambió de forma, cruzó océanos, despidió personas y al final, le dio (y le dará) a la banda un cambio que se necesitaba.

u201cLos discos tienen un tormento particularu201d, dice Gonzalo Zipitría. Y "El Encanto" suena.

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Sobre un riff de guitarra que se repite por lo bajo, una batería opaca sostiene los versos que hablan de lo que siempre habla Boomerang: la contradicción, la delgada línea entre el bien y el mal, u201cporque bien siempre está malu201d. El estribillo explosivo levanta u201cEquivocadou201d, que abre el disco, y al final se desdobla en una percusión tribal a cargo de Nico Arnicho, un recurso rítmico que sorprende.

Entre paredes de madera, el cuadro de Víctor Hugo Andrade que le da uno de los pocos toques personales a la sala y el olor a palo santo, la tríada que completan u201cNo me parece malu201d, el corte lanzado el año pasado, y la envolvente u201cSi todos lo dicenu201d, dan la primera prueba de un nuevo estado de Boomerang. Si bien hablar de madurez es un lugar común, hay algo de eso en esta nueva sonoridad de la banda de rock y pop, que quiere jugar un juego nuevo.

En El encanto, la estructura convencional de la canción pop de la banda se rompe, para abrirse a la sorpresa. Los mejores ejemplos son u201cTu sombrau201d, un típico tema Boomerang que hacia el final pega un volantazo para desarrollar una parte C despojada, de teclado y voz; o u201cUn poco mejoru201d, la pieza más roquera del disco, que mantiene un vínculo armónico con el resto del trabajo gracias a las teclas y las programaciones.

Algunos juegos musicales impredecibles, un invitado que entra de forma inesperada para robarse el protagonismo (perdón el spoiler: es Fernando Cabrera y el featuring es de lo mejor del año), y una sucesión de finales abruptos, le dan un baño de novedad y de brillo a un álbum corto, que apenas supera la media hora.

Quién
"Quién", otro videoclip del nuevo disco de Boomerang

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u201cEn Engañamundos queríamos un sonido que después no nos gustó tantou201d, admite el baterista Nicolás Rodríguez. u201cQuedó más opaco, y nosotros queríamos brillou201d, dice, y deja en claro que esto que está sonando ahora, al momento de la charla, los tiene a los tres mucho más convencidos y conformes. Tanto, que ni siquiera están planteándose cómo trasladarán estas muchas capas de sonido al vivo: más bien disfrutan de salirse de su lugar y obligarse a tocar otros instrumentos, y en el caso de Zipitría, a explorar otra forma de cantar.

El encanto les abre, de alguna manera, un nuevo mundo a los Boomerang, con su disco más interesante hasta la fecha. Ese trabajo en capas y la mezcla envolvente le dan una profundidad y una variedad en la textura al disco, que exige tiempo para procesar la escucha. Ese tiempo también permitirá procesar el hilo conceptual sutil detrás de las letras: el tiempo y ese vínculo de amor y odio con el ser humano, la ansiedad, la urgencia de hacer. Hay detrás de eso un concepto visual que llega hasta la portada, de capas, superposición y límites poco claros; y una dualidad entre la sonoridad eléctrica y la analógica que sólo lo enriquece.

u201cEl disco tuvo sus vueltas, pero en un momento nos alineamosu201d, dice Zipitría, mientras "El encanto" sigue sonando. Las canciones brillan, y Boomerang como banda está lista para brillar a la par de ellas.

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Cambios y estreno

Un álbum que trae riesgos y despedidas

Para El encanto, Boomerang volvió a trabajar con el productor argentino Gustavo Iglesias, quien también hizo la mezcla y fue fundamental para algunas características que se desprenden del disco, como las tomas de riesgos. u201cGustavo está relocou201d, dice Zipitría, u201cy desde que empieza a escuchar los demos que le damos hasta el estudio, él ya está escuchando otra músicau201d. Eso hizo que estas canciones nunca pararan de reinventarse, y que se pudiera tomar u201cdecisiones radicalesu201d apostando por el resultado final, que se completó con la masterización en Berlín.

El encanto significó además otro cambio en la banda: la entrada del bajista Nicolás u201cWatau201d Nodar por Pablo Mendoza, quien cerró su ciclo de común acuerdo con el grupo, después de un tiempo de consideraciones y conversaciones. Con Nodar, la banda presentará El encanto el sábado 11 de agosto en la Sala Balzo del Auditorio (entradas en Tickantel).

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