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Bono cumplió 60 y sigue recibiendo opiniones divididas sobre su vida, su exposición pública

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Bono
Singer Bono of Irish band U2 gestures to fans as he walks out of the Casa Rosada Presidential Palace after a meeting with Argentina's President Mauricio Macri in Buenos Aires, Argentina October 9, 2017. REUTERS/Marcos Brindicci ARGENTINA-BONO/ ARGENTINA-BONO/
MARCOS BRINDICCI/REUTERS

Festejo

El cantante de U2 se convirtió en sexagenario en confinamiento pero sin parar de trabajar

Bono
Bono, el líder de U2 estuvo de cumpleaños

Del norte de Dublín. 14 álbumes de estudio. 22 Grammys, un Premio Embajador de Conciencia de Amnistía Internacional”. Así se presenta la banda irlandesa U2 en su cuenta de Twitter, orgullosa de sus orígenes, de sus logros musicales y del activismo que abandera su cantante, Bono, quien cumplió ayer 60 años lejos de los focos y confinado por el coronavirus.

No es, seguramente, el cumpleaños que habría imaginado el líder de U2, cuya figura despierta admiración y antipatía entre sus compatriotas, pues lo mismo celebran su indiscutible talento como critican su ego supuestamente desmedido y sus contradicciones.

Seguramente hubiese deseado una gran fiesta como la que le organizaron hace dos años a su amigo Shane McGowan, cantante de The Pogues, por su 60 aniversario, con un concierto entre colegas en el que Bono compartió escenario con Johhny Depp, The Corrs o Nick Cave.

No obstante, debió soplar las velas en su mansión de Killiney, una de las zonas residenciales más exclusivas del sur de la capital irlandesa, donde tiene de vecinos a otras estrellas como Van Morrison, Enya o The Edge, guitarrista y compositor de U2.

Lejos queda Finglas, el barrio obrero del norte de Dublín en el que creció Paul Hewson (Bono), casado con Ali y padre de cuatro hijos.

La cultura popular dice que los capitalinos que viven al norte del río Liffey son los guardianes de la esencia dublinesa, los más castizos, a los que se distingue incluso por su acento, más duro y cerrado que en el sur.

Y, además, al parecer también tienen ritmo y alma. Lo dejó claro Roddy Doyle en su novela The Commitments sobre banda de soul irlandesa.

Hace tiempo que Bono ya no tiene acento del norte de Dublín y aunque el estilo de U2 tampoco es el "soul", muchas de las letras de sus canciones, casi todas salidas de la mano de Bono, contienen un alto grado de espiritualidad y religiosidad.

Sus críticos le reprochan que traslade ese mismo aire de predicador a sus apariciones públicas, ya sea en entrevistas, pronunciando un discurso en la ONU sobre la pobreza en África o lanzando una compañía de comercio justo.

En general, las ONGs celebran que, gracias a su fama, Bono haya hablado sobre asuntos sociales con destacados líderes mundiales, algunos tan impopulares como George W. Bush, pero también sospechan que son los políticos los que más aprovechan esos encuentros para lavar su imagen.

Muchos irlandeses también le reprochan que, mientras se embarca en cruzadas sociales, U2 ha tejido durante años un complejo entramado fiscal para trasladar su dinero a Holanda, donde paga menos impuestos.

Asimismo, una filtración masiva de documentos, bautizada como los “papeles del paraíso”, reveló en 2017 que Bono fue un "inversor pasivo" en sociedades supuestamente establecidas en un paraíso fiscal para adquirir proyectos inmobiliarios.

Bono es muy consciente de que su figura presenta claroscuros y que no todo el mundo compra su imagen “buenista”, por lo que casi siempre aborda estas cuestiones con mucho sentido del humor y autocrítica, lo que, a su vez, suele desarmar a sus detractores.

"No creo que este sea el momento para que U2 se ponga en plan Kumbayá. No estaría bien ahora, lo que se necesita ahora son acciones en vez de palabras”, dijo a The Irish Times.

Al comienzo de la pandemia, Dublín le pidió que participara en un proyecto público-privado encaminado a conseguir equipos y test médicos..

Desde entonces, Bono ha estado en contacto, entre otros, con los responsables de Apple y Alibaba, Tim Cook y Jack Ma, respectivamente, y envió una carta al presidente surcoreano, Moon Jae-in, para adquirirlos.

U2 también donó10 millones de euros para ayudar a los sanitarios en Irlanda y Bono publicó el 17 de marzo la canción "Let Your Love Be Known", compuesta por él para animar a Italia duramente castigada por la COVID-19.

Cuando pase esta crisis, con los 60 años ya cumplidos, quizá esté un poco más cerca de lograr el reconocimiento del Nobel de la Paz, para el que ya fue mencionado y al que siempre aspira, por sus cruzadas sociales.

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