Publicidad

"La belleza es la plenitud"

Compartir esta noticia
Richard Coleman. Foto: Hernán Zenteno, La Nación/ GDA

Integró Fricción, una de las bandas modernas de la década de 1980 en Argentina y Los 7 Delfines, donde siguió experimentando dentro del formato canción pop.

Fue compañero incansable y guitarrista de Gustavo Cerati, y su obra es admirada por sus colegas y un público que se ve exigente. Ese es Richard Coleman, que el año pasado editó el completo disco en vivo Actual (una revisión de su historia musical) y que ya trabaja en un nuevo material de estudio. Sobre esas cosas y su lugar en el rock argentino charló con El País.

—Hacer el disco Actual con toda tu banda y tantos invitados, ¿qué te dejó?

—Superó mi expectativa, fue muy lindo de hacer y se dio naturalmente. La banda se fue fortaleciendo, el repertorio se fue ampliando mucho porque cuando yo salí a tocar como solista, salí con mi primer disco y nada más. No iba a tocar temas de 7 Delfines estando tan cerca la separación de la banda en el tiempo. Uno tiene esa costumbre de reforzar el presente, que yo lo sigo haciendo.

—¿Actual es una foto de lo que sos ahora?

—Sí, aunque ya pasó (se ríe). Tiene que ver con el momento, con cómo conviven las canciones nuevas con las canciones de siempre.

—Usás mucho la palabra "belleza" para hablar de la música. ¿Qué es la belleza en tu obra?

—Es lo que mejora nuestra calidad de vida, básicamente. Es la plenitud, lo que te acerca a la felicidad, y es lo que busco con la música. Bajar una señal que no sé bien de dónde viene, con los colegas con los que estemos trabajando en ese momento, y hacer de nuestra existencia algo trascendente a partir de ese momento, en esa comunión con la gente.

—¿Sos muy exigente con tus canciones?

—Claro, porque tienen que ser a prueba de balas. Las trabajo mucho hasta que queda la estructura que va a soportar la canción por el resto del tiempo. La canción, para mí, es una estructura en la cual trabajo para darle una existencia.

—¿Qué aprendiste de la etapa previa a Fricción, de las bandas de colegio?

—El concepto de trabajo en equipo. La discusión creativa, el compañerismo, todo ese trabajo es algo que apliqué desde que empecé a trabajar con músicos. La excelencia es fundamental, tratar de hacer lo mejor que se pueda. No digo perfecto, porque eso no es válido para mí.

—¿Cuál ha sido tu mejor equipo de trabajo?

—Ahora te diría que este (se ríe). El Transiberian Express es la banda con la que mejor he trabajado, puede ser consecuencia de tantos años y de haber limado ciertas asperezas.

—En La Nación hace poco decían "Richard Coleman está feliz y vive su mejor momento".

—(Se ríe) Me parece que hace como cuatro años que aparece ese título. Vengo bien, contento por cómo está evolucionando mi carrera. Tanto que el salir solo a tocar es algo que empecé a hacer cuando suspendí el proyecto de 7 Delfines, me conseguí un mánager y le pedí que me consiguiera una gira en lugares chicos solamente. Con ese formato fui a Montevideo.

—¿Sigue suspendido 7 Delfines?

—Yo creo que ya está, pero nunca se dice porque nosotros no nos peleamos. Pero por ahí dentro de 10 años nos juntamos, porque en la medida en que el disfrute esté, es válido.

—El año pasado hiciste la curaduría de un homenaje a Gustavo Cerati. ¿Cómo lo sentís a él ahora?

—Eso fue muy movilizante, fue como mi homenaje personal a mi amigo. Cuando me lo propusieron me dio un poco de cagazo; no tenía ganas porque fue muy cerca de su partida, pero la reflexión me llevó a saber que lo tenía que hacer yo, que conocí profundamente su arte. Y fue como darle un fin a esa gira trunca. Hay días que me acuerdo de alguna cosa más de la vida cotidiana, una charla, una película que vimos, como cualquiera que pierde a un ser querido. Pero su ausencia en el panorama del rock es tan notable que te da bronca. El tipo era como un faro, te gustara o no, y se nota mucho que falta esa referencia. Él pudo adiestrar a su público para que supiera exigir, para que no se conformara con cosas hechas más o menos.

—Tu público también está educado así.

—Puede ser, pero la obra de Gustavo tiene alcance masivo.

—¿Qué lugar sentís que ocupás en el rock argentino?

—No ando con eso en mi cabeza. Me siento muy respetado, siento que tengo peso pero más sobre mis colegas que sobre el público. Y esa devolución es muy importante, hace bien al espíritu. Dentro del rock, qué sé yo, ni sé muy bien qué es el rock. Nunca me sentí identificado con el mainstream y ahora resulta que el rock es mainstream.

El eterno femenino de una imaginativa pintora
Richard Coleman. Foto: Hernán Zenteno, La Nación/ GDA

RICHARD COLEMAN

¿Encontraste un error?

Reportar

Temas relacionados

rock argentinoGustavo Cerati

Te puede interesar

Publicidad

Publicidad