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Una banda que cumple sus sueños

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Márama bailando. Foto: Darwin Borrelli.

La banda se despide del 2015 habiendo logrado un Velódromo lleno, un disco y varias giras

Cuando una lluvia de críticas y comentarios negativos —que ni entraban en la categoría de crítica porque iban al ataque irracional— cayó encima de Rombai, su banda hermana, Márama, creada también por Fer Vázquez, salió casi ilesa y pasó desapercibida.

Al igual que ellos, llenaron cuatro teatros Grand Rex en Buenos Aires y un Velódromo y, además, acaban de sacar un disco, Todo comenzó bailando. Sin embargo, el éxito de esta banda de cumbia pop no pareció molestar a nadie.

Es que el grupo, compuesto por Agustín Casanova, Marcos Ifrán, Alejandro Vázquez y Pablo Anoletti, tiene un carisma especial. Según Casanova, el vocalista de la banda, "lo que a la gente le gustó desde un principio fue eso, ver a chicos normales divirtiéndose en el escenario". Tal vez no sea tan así, pero sin duda generan una empatía inusual, se los ve tan felices en el escenario que dan ganas de pertenecer a ese grupo de amigos.

Pero, antes de estar llenando teatros, los chicos de Márama eran jóvenes normales. A algunos la fama los agarró terminando el liceo, a otros empezando la facultad. El vocalista era animador de fiestas infantiles, algo que extraña hacer y que reconoce que le sirvió para su carrera.

"Para mí en realidad es como animar a niños; cuando voy a boliches son niños un poco más grandes y un poco más borrachos, pero en sí es lo mismo. Capaz que ese no tener vergüenza en el escenario es por eso, porque trabajar cuatro años con niños haciendo juegos te lo saca. Yo me subo al escenario y estoy confiado", confiesa.

Un día, Fer Vázquez, cantante de Rombai y compositor de Márama, se contactó con Casanova, que había ganado cierta fama en YouTube subiendo covers de canciones cantadas por él, y lo invitó a formar un grupo. Así nació Márama. Después grabaron un par de canciones, que se fueron haciendo populares a través de las redes sociales. Luego vinieron los boliches, fiestas privadas y por último los recitales.

—¿Cómo los toma el éxito? Hicieron un velódromo lleno, sacaron un disco, viven de gira...

Alejandro Vázquez: Estamos muy felices con todo lo que nos está pasando, ver tu cara, la cara de cada uno en un CD, es muy emocionante.

Agustín Casanova: Es muy extraño para todos, hacer tres Grand Rex, sacar un disco, es increíble. Ya lo estamos digiriendo un poco mejor por un tema de que estamos trabajando muy duro. Estos son frutos del esfuerzo que hacemos.

—¿Cómo se maneja el separar la vida personal del perfil público?

A.V.: A mí me costó un poco salir de la normalidad, de ser un pibe más. Por ejemplo, en Facebook llegó un punto que iba bajando en el inicio y no conocía a nadie.

A.C.: Es muy grande la cantidad de gente que te empieza a seguir, hay que tener mucho cuidado con lo que decís y lo que opinás. Es un arma de doble filo. Nosotros nos levantamos y estamos todo el día en las redes sociales viendo qué se habla de nosotros.

—Se los atacó muchísimo, ¿cómo se sienten con esas reacciones de amor y de odio?

A.C.: Al principio nos afectó mucho, querés responderle a todo el mundo, justificarte y pelearte. Después ya empezás a ver las críticas de otra forma, las serias las empezás a incorporar para cambiar. A los que hablan por lastimar los dejás de sentir, avanzás psicológicamente para que no te afecten.

—¿Se imaginaban que iban a vivir de la música? ¿Les gustaba?

A.C.: Yo sí, siempre me gustó la música y cantar. Es algo que soñaba pero que no me imaginaba que se iba a volver realidad. Por eso para mí esto es tan importante, por ahí ellos no planearon estar tocando esos instrumentos.

—¿Alguna vez hicieron playback?

A.C.: Nunca. Si nos dicen que tenemos que hacer playback no tocamos, no lo aceptamos. Sí tenemos errores humanos, como en un tiempo, en un acorde, o desafinar; pero creo que es algo que está bien. No hay nada que no podamos hacer en vivo, fue algo que tuvimos que aprender a los golpes, cometiendo errores y ensayando mucho.

—¿Sienten que se los subestima?

Marcos Ifrán: Sí, piensan que hacemos playback, eso lo hemos escuchado bastante. Igual si tocamos tan bien como para que piensen que es grabado, mejor.

A.C.: Se subestima por el género más que nada, al ser cumbia hay gente que ya prejuzga. Para mí nuestro show tiene una muy buena calidad, es de nivel internacional.

—Algunos la tildaban de "poco profunda". ¿Qué es lo que buscan transmitir con su música?

A.C.: Es un estímulo emocional que tira a lo positivo, a divertirte y a hacerte sentir bien. Mientras logremos eso vamos a seguir tocando.

Un recital masivo que materializa un año exitoso

Márama abrió el recital conjunto que realizaron con Rombai el 14 de noviembre, y que logró cautivar el público haciendo reinar un ambiente festivo.

—En el Velódromo estaba lleno de niñas, ¿cómo se llevan con ese público?

Marcos Ifrán: Es que el Velódromo fue más que nada por eso, porque sabíamos que ese tipo de edad, menores de 18, no van a los boliches donde tocamos. Queríamos hacer un show para esa gente que no podía vernos en vivo; muchas chicas se quejaban de que no nos podían ir a ver tocar.

—¿Cuántos ensayos tienen por semana? Igual al tener tantos toques supongo que la cancha es otra.

Agustín Casanova: Sí, claro. Ensayamos cuatro o cincoveces por semana, tres horas por sesión. El lugar de ensayo depende de si vamos a ensayar el "show business" o el normal.

—¿Cuál es el "show business"?

A.C.: El Velódromo. El normal es un baile o una fiesta de quince.

—¿Se dedican sólo a la música ?

A.C.: Sí, todos. Nos lleva mucho tiempo, no te digo 24 horas pero 23 y medio. Hacemos giras de 20 o 30 días seguidos, no podés seguir una carrera o tener otro trabajo.

—¿Qué planes tienen?

AC: seguir creciendo para el lado de Latinoamérica y volvernos más profesionales. Planes para la vida no tenemos, nos dejamos llevar.

—¿Qué significa profesionalizarse para ustedes?

M.I.: No se va a cambiar la esencia de nosotros, somos las mismas personas que arrancaron, a la gente le gusta cómo somos. Sí, el show musicalmente va a mejorar, y también a nivel visual.

Las redes sociales y el sueño del disco

Todo comenzó bailando, el primer disco de Márama, llega en el momento ideal en el que la banda busca profesionalizarse y capitalizar el éxito de las redes sociales y los shows en vivo.

Aunque, a priori, se podría pensar que el público del grupo no es aquel que compra discos, las ventas han probado lo contrario. Según publicó Todomúsica, al 10 de este mes, Todo comenzó bailando es el disco más vendido de la semana.

En la entrevista, Agustín Casanova confesó que por más de que las redes sociales son una gran ayuda para la banda, el tener el disco en formato físico "le da otro prestigio" al grupo.

"En realidad el poder vender discos y tener reconocimientos como el Disco de Oro, son cosas que quedan para siempre", reflexionó. Quedará por ver si lograrán alcanzar el Disco de Oro.

El eterno femenino de una imaginativa pintora
Márama bailando. Foto: Darwin Borrelli.

MÁRAMAALEJANDRA PINTOS

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