Johnny Hallyday
Johnny Hallyday, la leyenda de la música francesa falleció a los 74 años.
Una larga vida con una gran dosis de música, cine y otra buena cantidad de excesos tuvo Johnny Hallyday, quien falleció ayer a los 74 años tras una batalla contra el cáncer de pulmón.
El “Rey del rock francés y del Twist” como se lo recordará siempre recibió a la muerte en su casa, a las afueras de París, a la que había regresado unos días antes, tras una internación hospitalaria a causa de una insuficiencia respiratoria.
“Hasta el último momento se enfrentó a esta enfermedad que lo había estado comiendo durante meses, dándonos lecciones de vida extraordinarias”, dijo su esposa Laetitia anunciando su fallecimiento.
Conocida la noticia, el presidente galo, Emmanuel Macron lo recordó en Twitter. “Todos tenemos algo de Johnny Hallyday en nosotros. Los admiradores y fieles que había adquirido están llorando. No olvidaremos su nombre, su boca o su voz. Aquí está en el panteón de la canción donde se une a las leyendas del rock y el blues que tanto amó”, escribió Macron. Y el Presidente no fue el único en recordarlo, el cantante Lenny Kravitz uso la red social para escribirle: “Tu amistad, dulzura y apoyo están impresas en mi corazón. Es un honor haberte conocido y haber pasado tiempo contigo y tu hermosa familia. Tu alma es puro Rock and Roll”, se puede leer en la cuenta del cantante. También Celine Dion lo recordó como “una leyenda de la industria del espectáculo”.
On a tous en nous quelque chose de Johnny Hallyday. Le public de fans et de fidèles qu'il s'était acquis est en larmes. Nous n'oublierons ni son nom, ni sa gueule, ni sa voix. Le voici au panthéon de la chanson où il rejoint les légendes du rock et du blues qu'il aimait tant.
— Emmanuel Macron (@EmmanuelMacron) 6 de diciembre de 2017
Una vida por fuera de los límites de los demás mortales tuvo Hallyday. Un matrimonio tormentoso con Sylvie Vartan que terminó con un intento de suicidio en 1966, es una perla en un collar que incluye otros excesos a lo largo de su carrera. Accidentes automovilísticos, separaciones, excesos con el alcohol, denuncias ante los tribunales, una confesión de abuso de cocaína y varias visitas a la sala de Urgencias. Así fue la vida de Hallyday por fuera de los escenarios, un costo personal que asumió en su vida.
Farewell Dear @JohnnySjh. Your friendship, sweetness and support are imprinted in my heart. It is an honor to have known you and to have spent time with you and your beautiful family. Your soul is pure Rock and Roll. Repose en paix. ?: @candyTman pic.twitter.com/1ZAFUewHlo
— Lenny Kravitz (@LennyKravitz) 6 de diciembre de 2017
Pese a lo anterior, Hallyday fue una institución en Francia durante más de cinco décadas. Un artista capaz de llenar estadios hasta sus últimos días, protagonizar películas y tener una vida frente a los reflectores.
Todo en una carrera que se desarrolló prácticamente en los países francófonos, aunque pisó Uruguay en 1967, en pleno auge de su carrera. Por eso resulta muy difícil encontrar un personaje similar a Hallyday en el mundo. Y si bien siempre se lo llamó “el Elvis francés”, el galo llegó a triplicar la carrera del norteamericano. Además no tuvo altibajos en esas cinco décadas que estuvo en la cima, como sí tuvo Presley. Siempre jugó en primera, y él lo supo.
Claro, Hallyday consiguió la fama por lograr llevar a su país las modas musicales angloparlantes que imperaban en el mundo en los años sesenta. Comenzó con el rock & roll, aunque no se encerró en ese género llegando al soul, el country y el blues. Eso hizo que los franceses lo colocaran en un pedestal del cual no quisieron bajarlo más, perdonándole, de paso, cualquier tropiezo personal.
A lo largo de su carrera que se extendió por 57 años, Hallyday fue un verdadero fenómeno de masas. Vendió más de 100 millones de álbumes y ganó 18 discos de platino desde aquel Hello Johnny, que apareció en 1960. Entre sus temas figuran títulos como “Rester vivant” o “Noir c’est noir”, su propia versión de “Black is black” de Los Bravos. También se paseó por el género country, aunque sus canciones más famosas, “Requiem pour un fou” o la lírica “J’ai pleuré sur ma guitare” terminaron siendo los himnos que interpretaba en cada uno de sus conciertos.
Una estrella de ojos azules y voz aterciopelada que desde ahora vivirá en el recuerdo de sus seguidores.