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El arquitecto del rock alternativo

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Butch Vig. Foto: Difusión
Butch Vig
Sander Baks

Una charla exclusiva con el productor de Nirvana y líder de Garbage

Ser baterista, por lo general, relega al músico al fondo, tanto literal como simbólicamente. Por eso las excepciones a esa regla son tanto más notorias. Butch Vig, como Don Henley o Phil Collins, pertenece a esa estirpe de bateristas que no se quedan atrás de su instrumento.

Pero a diferencia de esos dos ejemplos, Vig se fue a otro lugar también de perfil más bajo: el de productor. Luego de unos tentativos inicios como integrante de grupos que no trascendieron, Vig observó cómo trabajaba un productor que el sello le había asignado a su banda de entonces, y absorbió todo lo que pudo.

Con una actitud bastante intrépida (ya había fundado un sello independiente que editaba a una veintena de artistas en su Winsconsin natal), Vig arrancó casi enseguida con producciones que venían con grandes expectativas, tanto por parte de los sellos como de los artistas involucrados. Así, en un mismo año produjo dos discos fundamentales del rock alternativo: Gish, de Smashing Pumpkins y, claro, Nevermind, de Nirvana. Así, Vig desde su lugar fue uno de los que dieron el puntapié inicial para una reformulación del mercado musical, de lo que se aceptaba como la nueva norma.

En 1991, cuando el hard rock y el heavy metal se perdían entre lápices labiales y rímmel, cuando empezaba a asomar el hip hop y el pop de chicos lindos, ahí explotó Nirvana y puso una vez más en el centro de la atención al rock con aspiraciones de autenticidad. Vig tuvo mucho que ver con eso como productor, porque supo convencer a un inicialmente escéptico Kurt Cobain para que este aceptara el sonido más pulido y conciso que terminó enmarcando unas cuantas canciones que, en su angustia, intensidad y musicalidad, expresaron una época y definieron un sentido estético para la música masiva.

Cuando Butch Vig ya se había hecho un nombre como productor de importantes discos de rock, retomó junto a su ex compañero de facultad, Steve Marker, la idea de tener una banda propia. En el proceso de formar un grupo, reclutaron primero a Duke Erikson y luego a la pieza fundamental para la nueva agrupación: la cantante escocesa Shirley Manson. Entre los cuatro, y bajo el nombre de Garbage, le dieron una nueva vuelta de tuerca al rock alternativo.Vig recuerda esa época con gratitud pero sin nostalgia.

—Cuando entrevisté a Shirley Manson, ella dijo que extrañaba la época en la que muchos estilos podían convivir en el "mainstream", desde el rock al hip hop, y que eso ya no es así. ¿Usted siente lo mismo?

—Más o menos. Mirando hacia los años 90, cuando explotó la música alternativa y también el hip hop, había de todo. Artistas como Missy Elliot y Timbaland, haciendo canciones muy "freaky". Lo curioso es que eso llegaba a la radio más comercial. Había una diversidad musical muy grande, es cierto. Pero yo siento que eso sigue siendo así, al menos para mí. Para mí, siguen habiendo muchos estilos musicales interesantes. Entiendo que, como dice Shirley, mucho de eso no llega a la categoría "Top 40 radio", que es el lugar donde se ubica lo más masivo y aceptado. Pero eso es porque "Top 40 radio" siempre fue y será sobre la música pop. Y la mayor parte de la música pop es bailable, rítmica. Tiene "beats", cosas que son principalmente producto de un estudio de grabación. Pero la música sigue estando, sigue haciéndose.

—Muchos vieron en el sonido y la actitud de Garbage una reacción al "grunge", un estilo en el cual usted tuvo mucho que ver. ¿Le parece que ha habido una reacción a Garbage?

—Hasta ahora me parece que no. Me parece sí que varios artistas copiaron lo que hicimos al principio: los loops, las guitarras distorsionadas, las baterías sucias… Eso lo escuché mucho. Pero me lo tomo como un elogio: que suenen como Garbage.

—A más de 20 años de haber producido Nevermind de Nirvana, usted volvió a trabajar con Dave Grohl, entonces baterista de Nirvana y luego líder de Foo Fighters. ¿Cómo fue el reencuentro con él?

—Dave es un gran amigo. Por suerte, pudimos mantenernos en contacto a través de los años. Luego de producir Nirvana, yo saqué el primer disco de Garbage y él el primero de Foo Fighters, sin mucho tiempo entre uno y otro. Aunque durante años no volvimos a estar en un estudio juntos, nos cruzábamos en festivales, cosas así, y manteníamos cierto contacto. Pero fue en los últimos años que nos empezamos a ver más seguido, que reconectamos. ¿Viste ese pequeño clip que hicimos? (Vig se refiere a un video en el cual se anuncia, como si fuera en serio, que Foo Fighters se separa).

—Sí.

—Es un tipo muy divertido Dave. Un día me llaman de parte de él y me convocan a una reunión. Cuando llego, veo que hay un importante equipo de filmación. Ahí me explican que van a hacer una broma, anunciando el fin de Foo Fighters. Y yo hago como de asesor de él, lo elogio y lo estimulo para que se largue como un artista solista (Vig ríe con ganas cuando lo recuerda).

—Volvamos a Garbage. La banda se tomó una pausa de varios años y en 2010 volvió con Not Your Kind Of People. Ahora hay un nuevo álbum, Strange Little Birds. ¿Piensa que haber estado separados varios años ayudó a que pudieran volver a grabar y hacer giras?

—Me parece que sí. Not Your Kind Of People nos llevó a una gira en la que nos sentimos muy bien. Esa gira nos dejó con mucha energía y empezamos a componer para este disco casi enseguida de terminarla.

—Pero antes se cumplieron 20 años de la edición del primer disco de Garbage, titulado como la banda.

—Es cierto. Esa conmemoración interrumpió el trabajo para Strange Little Birds, porque salimos a hacer giras de nuevo, para tocar Garbage, nuestro primer disco, en su totalidad, además de que también incluimos en el repertorio en vivo todos los lados B de los sencillos que salieron de Garbage.

—¿Cómo fue la experiencia de volver a tocar esas canciones del comienzo?

—Con los hits no tuvimos ningún problema, pero los otros temas... (ríe). Había canciones que nunca habíamos tocado en vivo. Y los lados B... Nos habíamos olvidado por completo de esos temas. Tuvimos que volver a poner esas canciones en el equipo y aprenderlas de nuevo de cero, sacar los acordes, aprender de nuevo las letras.

—Cuando retomaron el trabajo para este nuevo disco, ¿qué querían lograr?

—Varias cosas. Una, hacerlo lo más rápido posible. Otra, no llegar al estudio con algo ya preconcebido o hecho. Llegar y empezar a tocar. Muchas de las canciones nacieron en mi estudio, con nosotros cuatro sentados tocando. Mi estudio casero es chico: es un dormitorio en el sótano. Lo único que queríamos es jugárnosla en los arreglos, no hacer algo que sonara parecido a Not Your Kind Of People.

—Como productor, ¿cómo encaró el trabajo en este nuevo disco?

—Sencillez. No queríamos quedar presos de la superproducción, de tener muchas capas de sonido. ¿Has escuchado el disco Fabio? ¿Sí? Bien, entonces te darás cuenta de que la voz de Shirley a menudo está como "seca", bien enfrente a vos, en un modo confrontativo y también confesional. Realmente queríamos que ella fuera el centro. Cuando grabamos estas canciones, habían muchas guitarras con mucho volumen. Eso se lo sacamos en la mezcla.

—¿Y por qué el título "Pequeños pájaros raros"?

—Porque somos medio raros, ¿no? Tanto por cómo somos visualmente, como por la manera en la que hacemos música. No somos realmente pop, pero tampoco somos del todo alternativos. Siempre nos sentimos un poco disfuncionales como banda. No sentimos que seamos una banda "mainstream", lo que sea que eso signifique.

Raros y asumidos como tales.

El nuevo disco confirma por un lado todo lo que constituye el estilo de Garbage: esas explosiones sonoras que irrumpen con distorsión brillante y baterías poderosas, y la voz de Manson en primer plano. Pero el álbum también muestra una faceta más introspectiva y serena de Garbage. O todo lo serena que puede ser una banda que tiene una cantante con la personalidad de Manson y el aporte de uno de los más importantes productores del rock. Como el mismo Vig dice en la entrevista: "Shirley ha estado estudiando actuación desde hace unos años, y una de las cosas que aprendió es a seguir sus instintos. A no estar cuestionándose a sí misma tanto. Acá ella canta como se siente, de una forma personal y emocional. Buena parte de este disco es austero y sencillo. ¡Al menos para lo que somos nosotros!". Vig tiene razón. Luego de un comienzo a todo volumen, "If I lost you" es el primer indicio de esta nueva faceta. Aunque no dejen de ser ellos, siguen explorando y buscando.

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Butch Vig. Foto: Difusión

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