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Se apagó la voz de un gran tenor local

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Adiós: el notable tenor en su pasada gala en el Teatro del Centro. Foto: Difusión

A los 73 años falleció de un infarto José Luis Pomi.

La lírica nacional ha perdido a una de sus destacadas voces. El tenor José Luis Pomi falleció, a los 73 años de edad, el lunes por la noche luego de impartir en el Club Soriano de Montevideo una clase de canto, dado que la docencia fue una de sus pasiones. Lo sorprendió un infarto, aunque sus problemas cardíacos venían de tiempo atrás. Sus familiares optaron por no realizar velatorio, y ayer por la tarde partió el cortejo fúnebre hacia Los Fresnos de Carrasco.

Curiosamente, como una despedida de su público, el pasado diciembre había realizado en el Teatro del Centro Carlos E. Scheck una gala, celebrando sus 55 años de carrera. En esa ocasión intervino como maestro de ceremonias Luis Armando, quien ayer afirmó: "¿Cómo imaginarme que en diciembre pasado, el maestro José Luis Pomi se estaba despidiendo? Celebrábamos sus 55 años de trayectoria y él estaba lleno de vida. Como maestro de ceremonias yo tenía que leer decenas de páginas, por todo lo que abarcaba su biografía. Y él me dijo: Armando, le vamos a quitar tiempo a la música. Lee sobre los amigos que me han acompañado, y no tanto sobre mí".

"El maestro era un ícono de la cultura nacional, que había llevado su arte lírico a los escenarios de nuestro país y del mundo. Trabajaba y proyectaba incansablemente, hasta el último minuto", agrega Armando.

Pomi, en los últimos tiempos, se había radicado en Maldonado, aunque su radio de acción era amplio, con discípulos y galas vocales en distintos puntos del país. Pese a su edad, estaba lleno de planes, y barajaba incluso realizar un ciclo mensual de galas líricas, dato que habla de su empuje vital.

Fiel representante de su generación, había iniciado sus estudios musicales muy joven, estudiando piano y solfeo con su madre, completándolos luego en el Conservatorio Musical de Montevideo. Estudió canto con el maestro Domingo Dente, complementando su formación con Nino Stinco, Eduardo Gilardoni, Miguel Patrón Marchand y Juan Protasi, entre otros.

Desde inicios de los años 60 participó en recitales, conciertos y óperas en Uruguay y en importantes teatros de América y Europa, interpretando los principales roles para su cuerda, en las óperas más exigentes, como Rigoletto o Madama Butterfly, dentro de una muy larga lista.

En 1968 había destacado en el rol de Rodolfo de La bohème, en el viejo Estudio Auditorio, y desde entonces sus éxitos se sucedieron. Ya en 1973 el musicólogo Kurt Palhen lo había incluido en su libro Grandes cantantes de nuestro tiempo, destacándolo como uno de los cantantes uruguayos "digno de elogiosa mención".

Los hitos de su carrera son múltiples y de relieve. En diciembre de 2001, por ejemplo, fue invitado por el Banco Interamericano de Desarrollo a ofrecer un recital de música uruguaya en el Auditorio Andrés Bello, en Washington, cumpliendo una recordada presentación. Su talento se conservó hasta bien avanzada su carrera.

En 2003, el periodista y musicólogo Lincoln Maiztegui Casas, sentenciaba: "José Luis Pomi ha sido el mejor exponente de su cuerda, al menos en el último medio siglo, de entre los nacidos en el Uruguay. A esta edad, el tenor Pomi conserva intactas todas sus grandes cualidades artísticas y vocales (fiato, squillo, belleza y agudos, y vive una dorada madurez".

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