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El amor en estos tiempos de pop y de aspiraciones

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Abel Pintos. Foto: Nora Bezano
Nora Lezano - EL PAIS FOTOS

Abel Pintos tiene nuevo disco romántico.

Antes de lo que sería el estribillo de "Cómo te extraño", una simple repetición del verso que da nombre al disco y que precede a un coro que suena bastante a Coldplay en "A head full of dreams", Abel Pintos hace un juego con su voz que recuerda inevitablemente a Ricardo Arjona. Y a juzgar por el puñado de canciones de 11, este lanzamiento que en cuestión de cuatro días se convirtió en Disco de Oro, el guatemalteco parece ser una referencia clara en el recorrido pop que está haciendo este cantautor argentino.

En este nuevo trabajo, el folklore ha desaparecido por completo y lo que hay de punta a punta es melódico internacional, reforzado por arreglos de cuerdas (¿un aire a Lisandro Aristimuño, quizás?) y cuidado en cada detalle. Incluso hay un coqueteo con el rock, más que nada en la canción "Pájaro cantor", pero es apenas significativo.

Si no puede ver el video, haga click aquí.

Es un escalón bien firme y sólido en este ascenso que Pintos está haciendo hacia un reconocimiento internacional. No es una aspiración nueva, claro: ya viene llamando la atención de un continente en el que sus grandes figuras de este género han quedado estancadas, situación que Argentina está aprovechando bastante con este cantante o colegas suyos como Axel y Diego Torres.

Abel Pintos tiene un objetivo y sabe cómo ir hacia él. En 11, un título que refiere a que este es su undécimo disco pero a que además él nació un día 11 (hay otros simbolismos también, según ha dicho, pero no vienen al caso), apuesta a la canción romántica clásica, que ha sabido atravesar el tiempo a pesar de las constantes críticas.

Por momentos puede resultar empalagoso, sobre todo cuando con un tono bien agudo repasa metáforas y versos sobre el amor, el desamor, el extrañar y ese tipo de cosas. Empalagoso para quien no disfruta de este género, claro: el que sí encontrará acá algo muy bueno.

Porque Pintos es un escritor más que correcto, que sabe dónde colocar las palabras y cómo jugar con su voz para encontrar diferentes colores en su música. Si hubiera que ponerle una palestra a 11, abundarían los ocres y marrones con algún matiz más primaveral.

Los matices tienen que ver con la producción, repartida entre el sueco Martín Terefe, pero más que nada en el español Leiva, también músico. Este sobre todo le dio un baño luminoso y un aire fresco con algunas cosas bien puntuales como por ejemplo "Mariposa", quizás el tema más lindo del disco donde Pintos canta sobre una guitarra eléctrica limpia, muy bonita. El bloque que completa esa canción con "Alguien" y "Cacería" es el tramo más destacado de 11, un disco con el que el argentino demuestra sus virtudes y se consolida fuera de fronteras.

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MÚSICABELÉN FOURMENT

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