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El amigo azteca y salmón de Andrés Calamaro

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"Cuino", un apodo que le quedó cuando estuvo exiliado en México. Foto: J. Soria

“Cuino” Scornik se presentará con su banda mañana en Bluzz Live.

Marcelo "Cuino" Scornik pide por Whatsapp que lo llamen al teléfono fijo de su hogar. No confía demasiado en los smartphones, dice, y hay que hablar de su primera presentación como artista musical en Montevideo. "Porque me he presentado como cosas indescriptibles en distintas partes de la geografía uruguaya, pero como artista sí, es mi primera vez", dice entre risas y con un tono que parece recordar situaciones insólitas.

Hace años que Scornik forma parte del más ilustre y popular rock argentino, aunque ni su nombre o cara resulte muy familiar. En Uruguay, por ejemplo, hace añares que cantamos "Mil Horas" de Los Abuelos de la Nada y no reparamos demasiado en que esa letra, en parte, es suya. O la de "Caribe sur", de Man Ray. O las de "Estadio azteca" y "El salmón" de Andrés Calamaro, su socio predilecto. Y así se podría seguir.

"Soy medio vago. Siempre dije que si sos vago, tenés dos opciones: ser chorro o ser músico de rock. Yo llevé eso aún más lejos, porque soy tan vago que hago canciones para que otros las interpreten".

Además, aclara, es medio inepto para temas de producción, lo que demoró su primer show en Montevideo. "Hacía tiempo que estaba esta posibilidad, pero no se concretaba. Un día, mi amigo Nico Landa (integrante de la banda Los Animalitos y otro ilustre de bajo perfil del rock argentino que también estará el sábado) me dice: Ya que sos un inútil (se ríe con el recuerdo) ¿por qué no le decís a esa gente que te escribe de Uruguay que me escriba a mí?. Y ahí se concretó".

El camino de Scornik desde el bajo perfil a los escenarios empezó hace más de diez años. En 2005 editó un disco (Basta Cuino) en el cual muchos de los grandes del rock argentino se juntaron para grabar canciones de su autoría.

"Me siento bien en el escenario, aunque para hablar en fríos términos económicos vivo de hacer canciones, no de interpretarlas. El escenario para mí es como un evento de amistad. Que mi banda se llame Cuino y Sus Amigos es una descripción, porque así nació mi carrera. Todo tuvo que ver con mis amigos: Andrés, Tito Losavio, Juanse… En fin, hay muchos".

Scornik aún recuerda cómo fue que arrancó todo: "Tenía unos textos, unos cuentos hipercortos. Estaban muy influidos por gente protopunk, como Bukowski. Una vez con Andrés decidimos musicalizarlos, y el único instrumento que teníamos era un bajo al que le faltaba una cuerda, lo cual no fue un obstáculo. Todavía debo tener ese cuadernillo en algún lado. Si alguna vez llega a tu vista, vas a darte cuenta cuán punk era".

Al principio, los shows eran bastante precarios. Él mismo lo ha dicho en una entrevista que se puede ver en YouTube, en el programa Duro de domar: "¡Cómo desafinaba!".

Pero Scornik se maneja cada vez mejor en vivo. Ahora, además, ya tiene casi un segundo disco solista pronto. "Me tomo mi tiempo para hacer las cosas, me gusta vivir tranquilo. Hace bastante que estoy con este disco, pero ya está casi pronto".

Algo de ese disco se va a escuchar en el show del sábado, pero lo medular serán las canciones de su primer disco y algunos de los clásicos. "Me deja muy contento poder ir por primera vez. Va a ser una linda oportunidad para otro evento de amistad. Vayan. ¡Un abrazo a todo el Uruguay!" dice, y corta el teléfono de su casa.

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"Cuino", un apodo que le quedó cuando estuvo exiliado en México. Foto: J. Soria

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