Comentario del show de Armandinho en Uruguay, el sábado en Sala del Museo.

Para cuando la banda irrumpió en escena en la Sala del Museo el público, que tuvo que esperar bastante por el recital (estaba anunciado para las 21.00 y arrancó pasadas las 22.30), ya estaba templado por la previa funky a cargo del DJ Zingabeat.

La tarea de Armandinho fue entonces mantener el entusiasmo, y lo logró a puro carisma y canciones clásicas, sin necesitar de demasiado esfuerzo. Es la ventaja de un repertorio que hace pensar enseguida en el verano, aunque afuera el invierno esté molestando.

Armandinho derrochó energía de principio a fin —parece que tuviera veintipocos años y ya tiene 46— acompañado de una banda muy sólida y de tres o cuatro coristas, según la ocasión, que lo respaldaron sumamente bien.

Porque aunque es un gran cantante el brasileño y tuvo momentos tan buenos que parecía que lo que sonaba era el disco, tuvo otros algo flojos. Pudieron deberse al sonido de la sala o a algún problemas técnicos, pero fueron altibajos al fin.

Igualmente eso lo suplió con gracia, simpatía, y unos breves pasajes de guitarra acústica, y con un recorrido por todos sus temas populares y apenas un par del último disco, Sol Loiro (incluyendo el que da título al álbum), que no tiene edición física en Uruguay. Y con buena energía, esa que abunda en sus canciones y que en el show en vivo fue protagonista absoluta. Armandinho trajo calor a Montevideo, donde ya se ganó un público cariñoso y fiel.

Banda: Lucio Dorfman, João Coiote, Luciano Granja, Marcus Lopes, Vini Bondan y más. Apertura: DJ Zingabeat. Artista invitado: Santiago Batello. Dónde: Sala del Museo. Cuándo: Sábado 25 de julio.

MÚSICA