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"La maternidad me cambió todo"

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Marcela Kloosterboer. Foto: Difusión

"Búscala en una de las motorhomes", me dicen. Allí están los típicos micros de rodaje, acondicionados en su interior para trasladar todo lo necesario para las grabaciones en exteriores.

Golpeo una de las puertas. Asoma su cabeza Nazareno Casero, uno de los protagonistas masculinos de Las Estrellas. Da el aviso y Marcela me invita a pasar. Como un efecto mágico, el camión, que por fuera no llama demasiado la atención, se convierte en un enorme camarín que incluye un gran espejo con luces y un perchero del que cuelga el vestuario para la ocasión. Violeta Urtizberea, una de las hermanas Estrella, sonríe sentada desde uno de los rincones. Con una bandeja de plástico en una de sus manos, de donde asoman zanahorias, zapallitos y otros verdes; y una limonada en la otra, Marcela se acomoda en un sillón y hace espacio para que podamos charlar. Cierra la puerta que divide el camión en dos y confiesa: "Nos llevamos muy bien", en referencia a sus compañeros. "Estoy muy contenta con la tira, con el personaje", dice de Las Estrellas, la serie de Pol-Ka con la que volvió a la tele luego de ser mamá y que el próximo martes se estrena en Uruguay, a través de La Tele.

"Volver estaba ya en mi mente. Soy muy estructurada. Bastante estructurada. Mi plan ideal siempre fue que cuando Juana cumpliera un año volvería a trabajar. Se sabía de mi deseo, así que empezaron a llegarme proyectos, hasta que apareció Adrián (Suar) y me convocó para ser una Estrella y me encantó. Y eso que estaba manejando la posibilidad de hacer un unitario, que son menos horas, no tantos meses de rodaje. Pero me convenció y acá estoy, metida en el terremoto de hacer una tira, jornadas largas. Pero me encanta. A mí me gusta trabajar, lo disfruto, soy feliz."

—Dejaste de lado el papel de la chica buena, para mostrarte en el rol de una mujer decidida, jugada. De hecho, encaraste varias escenas muy hot.

—Es un personaje que me permite explorar varias facetas. Lucía se muestra como una chica endurecida por la vida, por cualquier cosa que le pasa saca las espinas, después afloja un poco. Está muy a la defensiva. No deja que nadie la traspase porque todo el tiempo pone una barrera, y eso mismo hace con los hombres. Les permite llegar hasta ahí. Los hombres se enamoran de ella, pero ella no quiere conectar desde lo emocional. Y por eso es capaz de tener sexo y después pedirle al tipo de turno un remís. No tengo problemas con las escenas de sexo, nunca me dieron vergüenza ni pudor. Hacerlas no son un problema para mí; sí, verlas. Soy muy autocrítica, es muy difícil verme, pero intento darle a Lucía todo lo que necesita.

—¿Nunca te mareaste con la fama?

—No, y eso que empecé en esto desde muy chica. Creo que tiene que ver con los valores, con las bases sólidas que me dio mi familia. Sé que es parte del trabajo que te vean y que quieran sacarse una foto aunque estés en el supermercado con tu hija y llena de paquetes; sé que tiene que ver con el reconocimiento y también entendés que la gente te ve en la tele y te idealiza. Sé que son muestras de cariño. Todo eso lo sé, pero intento cuidarme y cuidar a los míos.

—¿Qué te cambió la maternidad?

—Lo cambió todo. No sólo se trata de llevar adelante la casa, eso lo hice siempre porque me fui a vivir sola de chica. Ahora tengo que pensar en Juana, en armar una logística. Por ejemplo, ayer faltó Adri, la genia que cuida a mi hija, y tuve que armar otra estructura. Así que Lau, mi mejor amiga, se llevó a Juana a las seis de la mañana. Una corrida, como la de cualquier madre o padre. Me encanta el rol de mamá. Siempre fui muy maternal. Juana me despertó un mundo increíble. Todas las frases clisés se hacen realidad. Antes no registraba ciertas situaciones, ni siquiera agarraba a los bebés; ahora sí, veo a uno y lo alzo. Es increíble. La conexión con mi mamá ahora es del ciento por ciento.

—¿Siempre tuviste una buena relación con tu mamá?

—Sí, pero con el nacimiento de Juana mejoró muchísimo, porque entendés un montón de cosas y descubrís este amor incondicional, que es tan fuerte. Creo que lo entendés cuando lo vivís.

—Tu mamá te acompañó en cada una de las decisiones, te dio voz siendo muy chica.

—Tengo que agradecerle tanto, porque no pensó que lo mío era un capricho. A los 8 años dije que quería estudiar teatro y decidí dejar de comer carne. Dos cosas que me marcaron. Agradezco que haya respetado esto, otra madre podría haber pensado que era un capricho y listo. En cambio, mi mamá dijo si no quiere comer que no coma. Respetó mi decisión desde el principio.

—¿Te gustaría volver a hacer cine?

—Me gustaría volver a hacer cine, me encanta. Trabajé con Adolfo Aristarain (Roma). Lo que pasa que es difícil. Me pasó con algunos proyectos que iba a hacer y se corrieron las fechas y se interpusieron con otros trabajos. Me habían ofrecido algo para hacer antes de Las Estrellas, pero se frenó. Creo que en algún momento me voy a dedicar más al cine.

—¿Y teatro?

—Antes de que naciera Juana iba todas las semanas al teatro, me encanta verlo. Se tendrían que dar un montón de cosas para poder subirme a un escenario. Una obra que me fascine, un director con el que tenga ganas de trabajar, la verdad es que se tienen que dar muchas cosas. Me cuesta el horario, trabajar los fines de semana. Para mí los fines de semana son sagrados. Por momentos me dan ganas, casi hago algo este año, pero siempre termino acá, en la tele. No reniego, al contrario, me encanta y puedo hacerlo porque con Fernando (Sieling, su marido) somos un equipo, me acompaña en todo.

TRES MOMENTOS EN SU CARRERA

Verano del 98

Si bien fue en Mi familia es un dibujo, la serie y la película, que su cara se volvió familiar para los televidentes, en Verano del 98 su carrera actoral se consolidó, como la de tantos otros de su generación. Kloosterboer, por entonces jovencísima, le dio vida al personaje de Josefina Vidal en dos de las tres temporadas que duró esta ficción juvenil: era la hermana menor de Nancy Dupláa y se debatía entre un amor y la vocación de monja.

Valientes 2009-2010

Aunque siempre estuvo en la pantalla con mayor o menor incidencia, fue en 2009 que consiguió un protagónico de peso y en horario central. En la telenovela Valientes (aquí se vio por La Tele) fue Isabel Gómez Acuña, que se convertía en el interés amoroso de dos hermanos (Gonzalo Heredia y Mariano Martínez), que están buscando vengarse del padre de ella.

Las Estrellas 2017

Alejada del perfil bueno y hasta naif que siempre le ha tocado componer, en Las Estrellas le toca interpretar a la más calculadora de las hermanas: Lucía, que no es necesariamente mala pero tiende a demostrar poco sus sentimientos, no tiene intenciones de enamorarse y va por la vida con unos aires de superioridad que hacen que nadie la quiera demasiado. El papel no le queda nada mal.

El eterno femenino de una imaginativa pintora
Marcela Kloosterboer. Foto: Difusión

MARCELA KLOOSTERBOERLA NACIÓN/GDA FABIANA SCHERER

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