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Se cumplen 25 años de la muerte de Marguerite Duras, una figura del siglo XX

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Marguerite Duras
GRAF6293. - (FRANCIA), 02/03/2021.- Veinticinco años después de su muerte, la escritora Marguerite Duras, pionera de la autoficción y conocida por su duro carácter, sigue siendo un mito literario cuya compleja obra y personalidad explora un nuevo documental. EFE/ Marguerite Duras / John Foley / P.O.L SOLO USO EDITORIAL/SOLO DISPONIBLE PARA ILUSTRAR LA NOTICIA QUE ACOMPAÑA (CRÉDITO OBLIGATORIO)
John Foley/Marguerite Duras / John Foley /

Aniversario

La escritora frances, autora de "El amante" dejó una obra inmensa y una personalidad complicada que muchos aún recuerdan en su país y que marca la percepción de su literatura

Marguerite Duras
Marguerite Duras fue uno de los grandes nombres de la cultura francesa del siglo XX

Hace 25 años fallecía en París la escritora Marguerite Duras, conocida por El amante y reputada en Francia aún hoy por su mal carácter. Una imagen que no basta para explicar al mito detrás de la escritora que simplificó la escritura y asentó la autoficción.

Duras (Saigón, 1914-París, 3 de marzo de 1996) es uno de los rostros clave del siglo XX, pero el éxito de una de sus últimas novelas, El amante, premio Goncourt en 1984 y un fenómeno literario que vendió un millón de libros en poco tiempo, eclipsó la diversidad de su obra.

Refugiada detrás de su máquina de escribir en un apartamento parisino, cortando a su interlocutor con soberbia y opinando de todo (desde literatura y política hasta la prensa amarilla), Duras es a menudo recordada como una viejecita senil que divagaba sobre su vida.

“Hemos guardado la imagen de la última Duras. Era un personaje complejo y diverso, pero hoy podemos alejarnos de esa personalidad tan fuerte que ha llegado a ahogar la complejidad de su obra”, dice la editora Sophie Bogaert. Para ella, Duras es un clásico de la literatura francesa que marcó a generaciones de escritores que siguieron la vía de la autoficción.

La directora francesa Lise Baron acaba de lanzar en Francia el documental Marguerite Duras: L'écriture et la vie (“La escritura y la vida”), un intento de ofrecer una visión más pedagógica de la vida y obra de la artista, mostrando todas las piezas del puzzle Duras.

"La densidad de su vida es fascinante. Vivir solo uno de los periodos de la vida de Duras bastaría para tener una vida prodigiosa", dice Baron.

Algunos pasajes de su controvertido carácter marcaron a fuego el recuerdo de una anciana excéntrica y algo loca.

Sus problemas con el alcohol, su relación con un hombre 38 años menor que ella y su soberbia manera de hacer prevalecer su opinión tampoco ayudaron a la imagen que el público guarda de ella.

Sin negar su lado más oscuro, el documental recuerda a la autora más allá de su gran éxito literario y sus extravagancias: Duras fue una guionista excelente, una precursora en la dirección de cine y una mujer capaz de enfrentarse a la opinión de la mayoría plantando cara al machismo de la época.

Su infancia y adolescencia en la antigua Indochina acentuaron también ese sentimiento de no ser como los demás.

Si aquel territorio exótico marcó sus libros, ese sentimiento de extrañeza le sirvió para no temer ir a contracorriente, aun cuando la crítica de los años 50 se ensañaba con Un dique contra el Pacífico o Moderato Cantabile, hoy clásicas.

Duras tenía un don para convertir la tragedia en arte y, sin matices, llegó a decir que su infancia en Indochina fue una experiencia tan traumática como sus vivencias en la Segunda Guerra Mundial, una etapa convulsa que tardó 40 años en digerir hasta transformarla en otra obra mayor, El dolor, que está en librerías uruguayas.

Ahí también se encuentra El amante, su novela más famosa y de la que muchos recuerdan su versión cinematográfica dirigida por Jean-Jacques Annaud en 1992.

Si algo es evidente 25 años después de su muerte, es que comprender la obra de Duras dejando a un lado su vida es tan difícil como mirar su vida sin prestar atención a su literatura.

Quizás porque ella misma comprendía su propia complejidad, cuando las preguntas se volvían personales solía responer: “Todo está en los libros”.

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