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El archivo de Tomás de Mattos ya está en la Biblioteca Nacional, que tiene novedades

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Valentín Trujillo, Pablo da Silveira, Beatriz Argimón y Ana Ribeiro. Foto: Presidencia

FUTURO

El director de la Biblioteca Nacional, Valentín Trujillo, habla de la donación de la familia de Tomás de Mattos y de los primeros meses de gestión

La figura de Tomás de Mattos tiene una triple dimensión para nosotros en este homenaje tan particular, porque queremos referirnos al intelectual, al escritor, pero también al director de esta institución”, dijo el martes en conferencia de prensa el actual director de la Biblioteca Nacional, el escritor, docente y periodista Valentín Trujillo. En ocasión del 204° aniversario de la Biblioteca y de la conmemoración de un nuevo Día Nacional del Libro, se recibió una importante donación de materiales, documentos, objetos y libros de De Mattos, que hasta ahora permanecían en Tacuarembó.

De Mattos dirigió la Biblioteca Nacional entre 2005 y 2010 y en su producción literaria destacan ¡Bernabé, Bernabé! y El hombre de marzo, sobre la figura de José Pedro Varela, entre otros textos. La donación realizada por su familia, que estaba pendiente hace unos años, consta de 84 cajas y ocho bibliotecas modulares. De Mattos falleció en 2016, a los 68 años.

En esas cajas “hay muchos libros; algunos objetos, alguna papelería personal del autor. Una biblioteca, por ejemplo, está dedicada a libros religiosos y son las fuentes que utilizó para su novela Las puertas de la misericordia”, cuenta Trujillo en charla con El País. “En este momento está todo encuarentenado y ya para la semana que viene el equipo de archivólogos y bibliotecólogos va a empezar a realizar el inventario”.

A partir de eso, se decidirá si la biblioteca del escritor quedará toda junta, si los libros repetidos se sellarán para clasificarse como colección, si hay algo de todo eso que irá a la sala de los investigadores. En cuanto a la papelería y demás objetos, irán al Archivo Literario, zona de acceso exclusivo para investigadores (no abierta al público general) donde habitan de zapatos a textos inéditos de 145 personalidades uruguayas, de Delmira Agustini a José Enrique Rodó, de Juana de Ibarburu a Francisco Acuña de Figueroa.

Para Trujillo, Tomás de Mattos “reformuló la novela histórica en el Uruguay, y para eso leyó muchísimo”, y por eso esta donación “es importante también para los investigadores, no solo para el gran publico que quiera acceder a la colección. Los investigadores nacionales o extranjeros que se quieran acercar a su obra y bucear en los orígenes, tienen ahí un material invaluable”.

Escritor Tomás de Mattos. Foto: Archivo de El País
la biblioteca

Planes y tareas a futuro

La conferencia del martes, de la que participaron la vicepresidenta de la República Beatriz Argimón y el ministro de Educación y Cultura Pablo da Silveira, entre otras autoridades, también tuvo como intención mostrar “una biblioteca activa: la biblioteca está cerrada pero no detenida”, afirma Trujillo. El director resalta que en estos primeros meses de gestión “de verdad hicimos cosas” (eso incluye la participación en un concurso internacional de Unesco), y una de las apuestas fue reformular el plan de comunicación para generar un contacto de primera mano con los usuarios. El cambio en redes sociales ha servido, entre otras cosas, para visibilizar el catálogo en línea y las colecciones digitales de la Biblioteca.

“Todo el trabajo que hacemos en redes, en la web, y todo lo que se digitaliza es un acto de democratización. Nosotros hoy estamos al frente de la Biblioteca Nacional del Uruguay, que no es la biblioteca de 18 (de Julio) y Tristán Narvaja: es mucho más que eso”, resalta Trujillo. En sintonía con esa intención, la digitalización de material será uno de los pilares de la administración.

“Es una tarea que viene desde hace tiempo; en algunos casos se ha trabajado muy bien, en otros creo que es mejorable”, opina. A continuar de la gestión anterior está la compra de un escáner que permitirá mayor velocidad y calidad en el proceso.

Además, en la agenda actual de la Biblioteca están los centenarios de Idea Vilariño, Mario Benedetti y Julio César da Rosa, nombres fundamentales de la literatura uruguaya sobre los que se están haciendo investigaciones “bastante originales”.

Y una novedad reciente es que el Centro de Documentación Musical Lauro Ayestarán, que preserva el valioso archivo del musicólogo más relevante a nivel nacional y que ahora tiene al músico Julio Frade al frente, pasará a funcionar en el edificio de la Biblioteca. “Es una muy buena noticia en muchos sentidos; es un lugar que debió haber estado en un contexto como la Biblioteca, porque tenemos un montón de objetivos en común”, dijo.

La mudanza representa un ahorro para el Ministerio de Educación y Cultura (el centro funciona en apartamentos alquilados sobre la calle Ponce), y la posibilidad de darle más visibilidad a un material y un trabajo no tan difundido. “De hecho el CDM y la Biblioteca compartían una paradójica virtud: hacían cosas muy interesantes de las que poca gente se enteraba”, resume Trujillo. Otra ventaja será que “la parte práctica, la música viva del Centro” contará con el espacio del Auditorio Vaz Ferreira, sala de conciertos que funciona en el mismo edificio de 18 de Julio.

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