Segunda rueda

Momosapiens y Sarabanda tuvieron actuaciones satisfactorias

La revista House abrió una nueva etapa de la segunda rueda en el Teatro de Verano, con un espectáculo que tuvo un importante salto de calidad, en comparación con lo presentado en actuación anterior. Esta vez la propuesta, que gira sobre la temática del azar, mostró mucho ritmo en sus parlamentos, y ello permitió una alta repercusión del humor, que es el punto al que decididamente apuntan.

A la mayor dinámica se le sumaron actuaciones convincentes y algunos cambios en escena, que dieron mucha vitalidad a la propuesta.

En la faceta técnica también hubo un gran rendimiento: la orquesta tocó en gran forma los múltiples ritmos propuestos, mientras que el cuerpo de baile desarrolló su trabajo con precisión, destreza y soltura. Hasta el momento, la revista de Nicolás Telles y Diego Cuiñas es el grupo que dio el mayor salto de calidad entre rueda y rueda, situándose en un muy buen lugar de cara a la definición de la categoría, en la próxima semana.

A segunda hora actuó la comparsa Sarabanda, que también presentó importantes ajustes a nivel musical, coreográfico y de puesta en escena.

El espectáculo se denomina El nuevo orden mundial y propone una crítica de actualidad a las acciones más oscuras de la humanidad, a partir de unos personajes de fábula, que se presentan en escena como si fueran la conciencia de la naturaleza. Aprovechando la mejor comprensión de los solistas en los temas iniciales, la comparsa de Alfonso Pintos fue ganando comunicación poco a poco, y el espectáculo se tornó sumamente agradable durante su desarrollo.

El trabajo de Aníbal González al frente de las composiciones musicales se sustenta sobre un estilo que fusiona el candombe con ciertos ritmos más melódicos, ideales para el lucimiento de sus solistas Daniel Sastre y Jacqueline Mor, que fueron los más destacados. También compañaron un buen coro y una punzante cuerda de tambores, con el vertiginoso ritmo del Cordón.

Si bien la historia suele ser un poco ambiciosa por momentos, con cuadros de mayor interés que otros, el argumento está bien defendido y se sostiene respaldado por la cobertura técnica, que siempre es de buen nivel. 

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A tercera hora tocó el turno de Patos Cabreros, otro de los grupos que mostraron un salto de calidad considerable. Los ajustes vinieron de la mano del cambio en el ordenamiento de los cuplés y la eliminación de algunos momentos que habían resultado flojos, a lo que se sumaron algunos pequeños agregados que funcionaron más que acertadamente.

La murga decana de este carnaval mostró un estupendo coro, bellísimos arreglos corales y músicas seleccionadas por su director, Ramiro Duarte, así como uno de los vestuarios más elogiables del año. En cambio, sus textos presentaron altibajos, con momentos que no fueron contundentes, aunque el nuevo orden de los cuplés permitió mayor vibración y visión general.

Con esta segunda rueda, el grupo pasó a ser un serio candidato para la liguilla, tras una primera rueda de menor rendimiento.

El cierre de la noche contó con la participación de Momosapiens, que presentó un buen espectáculo, inteligente y jugado al humor, aunque la respuesta a sus parodias estuvo un par de puntos por debajo de lo logrado en la primera rueda.

El show se jugó por tres realizaciones: Jorge Bergoglio, que aparece como introducción, separador entre las dos relatos centrales y cierre del espectáculo; y las parodias de Clemente Estable y La Cenicienta.

De las dos principales, Clemente Estable es la más lograda en materia de textos ya que logra plasmar ingeniosamente una historia uruguaya, con énfasis en la ciencia. La segunda tiene el porte de aventuras, jugada a un humor más rápido. A nivel interpretativo sobresalieron las actuaciones de Enrique Vidal y Horacio Rubino.

De cara a su participación liguillera, el grupo tiene potencialidad de crecer y lograr una actuación similar a la de la primera rueda, que fue de muy alto nivel, a partir de un ritmo más intenso.