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House of cards: un presidente tan odiado como amado

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Foto: Difusión.

Desde hoy está disponible la cuarta temporada.

Hoy se estrena la cuarta temporada de House of Cards, la serie original de Netflix, y hay que estar emocionado aunque sea difícil acordarse bien por qué. La temporada anterior salió en febrero del año pasado, y la espera se ha vuelto muy larga.

Si hay algo que tiene la serie protagonizada por Kevin Spacey (el papel de Frank Underwood le ha valido varios premios), es la cualidad de ser extremadamente adictiva. O bingeable como le dicen los angloparlantes, un adjetivo que describe a las series con las que es fácil volverse adicto.

Una temporada de House of Cards a algunos les puede durar menos de 24 horas. Que Netflix suba todos los capítulos de un ciclo al mismo tiempo es una bendición y una maldición al mismo tiempo.

Antihéroe carismático.

Frank Underwood es un político despiadado, manipulador, frío y hasta podría llamársele psicópata. Pero es fascinante verlo ejecutar sus minuciosos planes para llegar al poder.

Al principio de la serie es el portavoz de la mayoría de la Cámara de Representantes, en la segunda temporada se convierte en vicepresidente y luego en presidente.

Beau Willimon, el productor principal de la serie, hace poco pa-ra que a los espectadores les agra-de el protagonista. Sin embargo, es imposible no hinchar por él. Tal vez es una cuestión aspiracional: ¿a quién no le gustaría que los planes le resulten tan bien como al político de Carolina del Sur?

Underwood es un seductor dentro del show y con el público, al que termina de convencer cuando le habla directamente, en su constante ruptura de la cuarta pared.

A medida que pasan las temporadas y Underwood va ascendiendo en la escalera del poder, van quedando personajes con las carreras profesionales arruinadas (Lucas Goodwin y Garrett Walker, por nombrar algunos) y varios muertos. También se van sumando giros inesperados y hasta exagerados. Si se los piensa dos veces, la serie resulta demasiado fantasiosa. Mejor no hacerlo.

Lucha de titanes.

La cuarta temporada encuentra a Underwood separado de su esposa, Claire (la brillante Robin Wright), que parece ser su única debilidad.

La relación entre los Underwood se vio deteriorada a lo largo de la serie, en parte por culpa de la ambición de ambos, y por las infidelidades. Hacia los últimos capítulos, la tensión era palpable.

Desde el primer episodio es imposible no comparar a los Underwood con los MacBeth de Shakespeare. Las parejas están formadas por dos personas inescrupulosas y amantes del poder que parecen cortadas por la misma tijera, dos dúos dinámicos. Juntos son fuertes, pero enfrentados pueden ser fatales. Al igual que sucede al final de la obra del bardo inglés, el protagonista queda solo, víctima de su propio ego. Pero, en este caso, Lady MacBeth no está muerta: Claire está dispuesta a luchar en contra de su esposo. Ahora el enemigo está en casa.

"No valoras lo que hemos logrado. (...) Nosotros teníamos un futuro, hasta que empezaste a destruirlo", dice con tono amenazante Underwood en uno de los avances de la cuarta temporada, sobre un montaje frenético de imágenes de lo que se viene. Parece que la competencia por el poder —que hasta ahora había sido sutil— se ha convertido en una guerra declarada.

La temporada anterior fue una de las más flojas, con un protagonista desbordado y empachado por el poder, pero parece que la que se estrena hoy viene recargada.

Frank deberá, por primera vez, ganar una elección (se postula para ser reelecto) y enfrentarse a su esposa, lo que promete ser una lucha de titanes.

El momento del estreno no puede ser más oportuno, en el medio del fervor político en Estados Unidos, que se encuentra en proceso de elegir un candidato presidencial. Tal vez deberían votar por Frank Underwood.

REPASO DE LAS PRIMERAS TRES TEMPORADAS.

Temporada 1 - 2013.

Francis Underwood es presentado como un político despiadado y con grandes ambiciones, al igual que su esposa, Claire. Al comienzo de la temporada Frank intenta ser el Secretario de Estado de los Estados Unidos pero es vetado por el presidente. Sin embargo, él encuentra la forma de hacer que ese revés termine funcionando a su favor. Con movimientos bien planeados logra que se abra la vacante de vicepresidente.

Temporada 2 - 2014.

El ahora vicepresidente, en un giro inesperado, se deshace de la joven periodista Zoe Barnes, que había servido de instrumento para los propósitos. Así elimina todos los cabos sueltos y se concentra en dar el paso que le falta: pasar de vice a presidente. Underwood manipula al ingenuo presidente Walker para dejarlo en una posición en la que la única opción que le queda es renunciar.

Temporada 3 - 2015.

Frank Underwood ya logró lo que más quiere: ser presidente. Ahora solo debe mantenerse en el poder. Con el Congreso en contra, el político demócrata pronto descubre que la presidencia es más difícil de lo que piensa y que sus métodos prepotentes y maquiavélicos no siempre funcionan. Su relación con Claire está en su peor momento, después de múltiples traiciones mutuas.

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Foto: Difusión.

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