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El espacio escénico invertido como metáfora

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"La gente que conoció a Witold Gombrowicz hablaba de un hombre muy artificial en sus formas, su estilo de hablar, de ser. Y seguramente Kronos nació porque él necesitaba tener una base de sí mismo, y necesitaba escribirla, para fijarla, me parece", explica Michal Znaniecki, quien buscará llevar a escena este singular texto en consonancia con el espacio escénico.

"Quise buscar un contexto escénico distinto, dado que el texto es también bien distinto, poco teatral, sin máscara. Y decidí poner en escena la obra en la platea y los palcos, con el público en el escenario. Para cambiar esta relación, que él también quería cambiar con su lector.

Por eso, donde está el hombre verdadero, cotidiano, que es el público, ponemos a los artistas. Y donde está el hombre artificial, que es el actor, ponemos al público.

Entonces, si el público está en el escenario, la platea y los palcos los usamos como una gran linterna mágica, porque cada palco se transforma en una pantalla, donde hay proyecciones, luces. Y listas, como en Kronos, que hay muchas listas, muchas multiplicaciones.

Y la platea son números, butacas anónimas, que pueden transformarse en un rato, con una persona que la ocupe durante un par de horas, y después venga otra. Como en esa cosa de multiplicación que hay en Kronos: Hombre del ascensor, Hombre de la panadería, Chico del piso 2".

El público se ubicará en el escenario y los actores en la platea y en los palcos

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