Publicidad

Las desparejas del presente en diez episodios

Compartir esta noticia
Love, una serie de Netflix sobre el amor y sus vaivenes. Foto: Difusión
Netflix

Love, de Netflix, sigue los vaivenes amorosos de su pareja protagónica, Gus y Mickey.

¿Por qué nadie te avisa antes que las relaciones de amor son una mierda?", dice en un momento Gus, el personaje interpretado por Paul Rust en esta serie disponible en Netflix.

La desencantada y pesimista pregunta de Gus establece el tono de Love: una comedia de ribetes dramáticos sobre el amor y sus vaivenes. La historia principal sigue a Gus y a Mickey (interpretada por Gillian Jacobs) en sus trayectos emocionales a lo largo de diez episodios, todos de algo menos de una hora de duración.

La serie fue creada por el propio Rust junto a la guionista Lesley Arfin y el director, guionista y productor cinematográfico Judd Apatow, uno de los nombres más importantes de la comedia estadounidense en los últimos años.

Aunque Apatow no se haya sentado en la silla del director en esta oportunidad, su tono —que muchas veces va de la sonrisa a la amargura con naturalidad en un cambio que luce sencillo— está por todas partes en esta serie.

Los diez capítulos fueron dirigidos por seis directores distintos, casi todos relativamente ignotos por ahora: Dean Holland, John Slattery, Joe Swanberg, Maggie Carey y Michael Showalter. El único nombre más o menos famoso en ese grupo es el del actor Steve Buscemi, que dirigió el séptimo episodio de Love.

Gus y Mickey tienen muy pocas cosas en común. Él es un profesorucho empleado por un estudio de televisión para que le dé clases particulares a la estrella infantil de una serie.

Con su gran nariz, sus lentes y sus ropas poco llamativas, Gus encaja en el estereotipo del "nerd" y también en el cliché del "chico bueno", el sensible y atento muchacho que, por su humildad y aparente falta de confianza en sí mismo, jamás podría aspirar a enganchar a las chicas más lindas y cotizadas por la competencia masculina.

Mickey es la productora de un programa de radio conducido por un psicólogo que responde inquietudes emocionales de los oyentes y da consejos. Ella sí es bella, pero también es un embrollo de emociones contradictorias y poco articuladas. Con un carácter que flaquea ante las tentaciones que ofrecen las drogas y el alcohol, Mickey va de acá para allá buscando algo que nadie, ni ella, sabe qué es.

Pero no hay que dejarse engañar por las primeras impresiones.

Una de las mejores cosas de Love es cómo va paulatinamete revelando aspectos de sus personajes que contradicen esas primeras impresiones, y que hacen de éstos seres más complejos y multidimensionales que lo que insinúan inicialmente.

Gus podrá aparentar sensibilidad y humildad, pero las cosas no son tan sencillas. Además de la simpatía y las mínimas pretensiones, también hay en él un carácter algo duro y, en algún punto, hasta agresivo.

Mickey podrá representar un espíritu libre y aventurero, pero también ella puede ser presa de prejuicios o expectativas que ubicaríamos en personajes socialmente más convencionales, o conservadores.

No es revelar nada importante decir que Love arranca con rupturas amorosas. La novia de Gus la pone fin a la relación con una sentencia que es importante para entender al personaje del protagonista masculino: "Vos no sos simpático. Sos un simpático trucho".

Mickey, en tanto, hace lo mismo con su novio, un pobre tipo que se niega a madurar y asumir las responsabilidades de la adultez: con más de 30 años, sigue viviendo con su madre, que incluso lo lleva de compras.

A partir de esas rupturas, los caminos de Gus y Mickey se cruzan y comienza una relación cuyas idas y venidas estarán marcadas por sus personalidades, la etiqueta imperante en las relaciones amorosas actuales (¿Cuántos mensajes de texto por día son apropiados? ¿Cómo deben estar redactados?) y la irrupción de personajes secundarios que, también ellos, se revelarán más complejos que lo que aparentaban al principio.

Algunos le han criticado a la serie cierto devaneo o indefinición en su arco narrativo. Puede ser. Hay momentos y secuencias que no parecen impulsar la historia de manera explícita. Simplemente están ahí. Como si los creadores, también ellos, fueran víctimas de la tan mentada "procastinación" que acosa, como una pesadilla, a los paladines de la eficacia en el manejo del tiempo.

Pero también puede ser válida ver en eso cómo Love refleja con fidelidad y puntería la indecisión y la incertidumbre en las que muchos se encuentran cuando se enamoran.

Una segunda temporada en camino.

La serie tendrá una segunda vuelta el año que viene, cuando se pongan a disposición de los suscriptores los nuevos episodios. Se espera que la segunda temporada arranque cerca del Día de San Valentín (14 de febrero), día en el cual se celebra el Día de los Enamorados en Estados Unidos. La propia Netflix ubica a Love en el puesto 23 en su ranking de las mejores comedias que ofrece, abajo de series como Master of None, Louie y The Office en su versión estadounidense.

El eterno femenino de una imaginativa pintora
Love, una serie de Netflix sobre el amor y sus vaivenes. Foto: Difusión

SERIEFABIÁN MURO

¿Encontraste un error?

Reportar

Te puede interesar

Publicidad

Publicidad