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Un concurso siempre reñido y de larga historia

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El escenario: el carnaval se afianzó en el Teatro de Verano. Foto: A. Colmegna
MURGA LA TRASNOCHADA, CARNAVAL, TEATRO DE VERANO, FOTO ARIEL COLMEGNA ND 20120204
ARCHIVO EL PAIS

Mañana larga la carrera del Carnaval en el Ramón Collazo.

Mañana comienza una nueva edición del concurso de Carnaval en el Teatro de Verano Ramón Collazo, con la participación de 41 grupos de las categorías murgas, parodistas, sociedades de negros y lubolos, humoristas y revistas.

Todos tienen aseguradas dos presentaciones, mientras que 10 murgas, cuatro comparsas, cuatro parodistas, tres humoristas y tres revistas disputarán otra instancia final en busca de las mejores ubicaciones.

La llegada al Teatro de Verano implica la culminación de un proceso creativo de meses, donde los artistas pulen al máximo sus producciones, que serán sometidas a un riguroso examen. La lupa estará puesta en cinco rubros: voces, arreglos y musicalidad; textos e interpretación; puesta en escena y movimiento escénico; coreografía y bailes; y vestuario, maquillaje y escenografía. Los dos primeros son considerados prioritarios, de modo que tienen más puntajes disponibles.

De los grupos, 19 provienen de la prueba de admisión y los restantes 22 clasificaron directamente por haber participado en la última liguilla.

La primera fecha empieza mañana, a las 20.30, con Bafo da Onça (fuera de concurso); a las 21.50 estará Nigeria (Lubolos), a las 23.15, la murga La venganza de los utileros, y a las 00.40, La Mojigata. Las entradas salen 260 y 400 pesos y están en Abitab. La primera rueda, siempre rehén del clima, está programada hasta el 3 de febrero.

Teatro popular.

A diferencia de los carnavales brasileños, cuya magia radica en los desfiles callejeros y su ímpetu y pulsión dionisíacas, el uruguayo es un gran festival de teatro popular, reglamentado y ordenado.

A trasluz de la antigua simbología del Apolo griego, los repertorios apuntan cada vez más a la razón, la reflexión y el pensamiento. El concurso potencia la mirada y el análisis desde que la televisación se instaló en el Teatro de Verano, hace casi dos décadas.

Sin embargo, los concursos no siempre fueron patrimonio de ese coloso del Parque Rodó. El primer certamen fue en 1874 en la Plaza Matriz, recordó la historiadora Milita Alfaro en conversación con El País. Se hizo en una tarde y tuvo un jurado conformado por mujeres.

La desaparecida Plaza Saroldi, ubicada en 18 de Julio y Fernández Crespo, fue el ámbito del primer concurso de carácter oficial, en 1890, donde los participantes actuaban sin distinción de categorías: payadores, monologuistas, máscaras sueltas y hasta patinaje. Fueron unas cinco mil personas.

Las crónicas dan cuenta del nacimiento de los rubros de letra, canto y vestuario hacia el año 1896. Ese año también surgió la decoración de los tablados, que ofició como escenografía durante décadas.

Hacia 1903, la celebración comenzó a ordenarse: aparecieron cinco tablados, pero la guerra de 1904 interrumpió su continuidad. En 1906 la fiesta retomó su impulso con seis escenarios sobre sobre bloques precarios y tablones de madera.

Un año más tarde fueron 12 hasta que en a principios de la década de 1920 cada barrio armó el suyo propio, con una comisión encargada de elegir las premiaciones, que por ese entonces comenzaron a ser en dinero, contó Alfaro.

Si bien el sistema sirvió para establecer cierto rigor a la hora de juzgar, las polémicas estaban a la orden del día y no faltó el jurado que recibiera un tomatazo ante una decisión injusta o apresurada. Los primeros jurados formales fueron los periodistas de los diarios asociados al Círculo de la Prensa en 1909.

Por entonces, los concursos estaban alejados de la mirada del gobierno de turno —el primer batllismo— cuyo énfasis estaba puesto en replicar los grandes desfiles, inspirados en modelos de Niza y Venecia.

Sobre 1920 los certámenes se desarrollaban en el Teatro Solís y el antiguo Sodre, inaugurado en 1929. Finalmente en 1944 la construcción del Teatro de Verano sentó las bases de la estructura actual, aunque esa obra fue pensada originalmente para el ballet y la alta cultura.

Murgas que tienen una larga tradición.

Las murgas Patos Cabreros y Curtidores de Hongos son las decanas del carnaval 2017.

Los Patos nacieron en 1910, aunque sus primeros registros son de 1914. También hay dudas sobre la fecha de nacimiento de Curtidores de Hongos, cuyos primeros registros aparecen en 1917, aunque la murga celebró su centenario en 2012.

Entre las murgas de este año figuran La Gran Muñeca, fundada 1922, y Araca la Cana, de 1935. De esa década son también Los Diablos Verdes (1939).

Una segunda generación la integran Don Timoteo y La Línea Maginot, al tiempo que Momolandia debutó en carnaval a mediados de la década de 1970, sustituyendo a La Soberana, proscripta por la dictadura.

Entre las liguilleras del año pasado también están La Clave, La Trasnochada, Metele que son Pasteles y Cayó la Cabra, todas ellas fr la década pasada.

Completan la nómina La Gran Siete, surgida a principios de los noventa; La Margarita de finales de esa década; La Buchaca y La Lunática (surgidas en el Encuentro de Murga Joven); La Mojigata, pionera entre las jóvenes; La Venganza de los Utileros, que debutó el año pasado y La Martingala, debutante.

En parodistas concursarán Zíngaros, Nazarenos, Momosapiens, Aristophanes y Los Antiguos; en revistas estarán La Compañía, Madame Gótica, Tabú y House; en humoristas Sociedad Anónima, Cyranos, Fantoches, Los Choby´s y No Te Comas Los Morrones, mientras que en comparsas participarán C 1080, Tronar de Tambores, Yambo Kenia, Sarabanda, Integración, Senegal, Nigeria y La Carpintera Roh.

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El escenario: el carnaval se afianzó en el Teatro de Verano. Foto: A. Colmegna

CARNAVAL 2017

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