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Violentas formas de aprendizaje

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J.K. Simmons, el secundario favorito del Óscar, como el duro profesor de música.
UNDATED - Scene from the film WHIPLASH. J.K. Simmons as Fletcher. Photo by Daniel McFadden, Courtesy of Sony Pictures Classics
Daniel McFadden

Esta sección ya adelantó una opinión favorable (con algún leve reparo) acerca de Whiplash, película de Damien Chazelle, candidata al Oscar y actualmente en cartelera, acerca de un joven (Miles Teller) empeñado en ser el mejor baterista del planeta y el duro maestro (J.K. Simmons) con el cual estudia.

Es inevitable vincular el film de Chazelle con la tradición de la narrativa habitualmente etiquetada como "coming on age" o con la novela de aprendizaje ("bildungsroman", según los alemanes). En el primer apartado se inscriben clásicos como la Telemaquia (los capítulos de La Odisea de Homero dedicados a Telémaco, el hijo de Ulises), el Tom Jones de Henry Fielding, la Vida y opiniones del caballero Tristram Shandy de Laurence Sterne, el Cándido de Voltaire (que cuando termina el libro no es tan cándido) o El guardián en el centeno de Salinger. Los orígenes del segundo suelen hacerse retroceder hasta el Renacimiento y la novela picaresca, pero sus manifestaciones más plenas arrancan con el Prerromanticismo alemán con Los años de aprendizaje, digamos el Wilhelm Meister (1795/1796) de Goethe.

Un elemento reiterado en el género, y que Whiplash refleja notoriamente es la conflictiva relación entre un discípulo y su mentor, que puede repetirse en contextos muy diversos, desde el ejército (ya se ha dicho que Whiplash era Nacido para matar, 1987, de Kubrick en el mundo de la música) hasta la literatura (Descubriendo a Forrester, 2000, de Gus Van Sant, con Connery como ermitaño maestro) o un contexto de "western" (el novato Anthony Perkins aprendiendo a ser comisario gracias al veterano Henry Fonda en Venganza mortal, 1957)

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El director y libretista Chazelle ha explicado que hay un componente semiautobiográfico (él quiso ser baterista) en el duelo de voluntades que constituye Whiplash, pero la película funciona por motivos ajenos a las técnicas de su discutible profesor. Está vigorosamente editada, sabe usar con mucha habilidad una expléndida banda sonora poblada de temas de "jazz", y narra sin desvíos una historia que nunca se detiene.

En el film hay realmente dos personajes (alumno y profesor), el resto es coro. No está mal Miles Teller como el joven estudiante, pero no es él quien lleva el mayor peso del relato. El real protagonista (aunque va a ganar el Oscar como mejor actor secundario) es J.K. Simmons en el papel del hombre mayor.

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J.K. Simmons, el secundario favorito del Óscar, como el duro profesor de música.

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