En enero llega Trainspotting 2 pero ya se sabe algo.
Lo último que se veía en Trainpotting, dirigida por Danny Boyle, era la cara de Renton (Ewan McGregor) mientras caminaba hacia el espectador: "Voy a cambiar. Esto es lo último malo que hago. Me voy a limpiar y voy a enderezarme. Voy a elegir la vida. Ya lo estoy deseando. Voy a ser como todos ustedes". Mientras el rostro de Renton se difuminaba para dar paso a la pantalla oscura, su voz enumeraba una larga lista de cosas y atributos que lo convertirían en alguien como "nosotros", los espectadores: "La casa, la familia, la tele gigante, el lavarropas, el auto...".
Si no fuera por las insalvables distancias que nos separan de la la Escocia de los 90, Renton podría estar hablándole al "nuevo uruguayo", esa categoría que muchos usan algo despectivamente para referirse a nuestros nuevos patrones de consumo.
Ese personaje se encaminaba —a paso firme— hacia una vida de convenciones pequeño-burguesas luego de haber transitado por el lado salvaje de la vida, donde las drogas condicionaban todo.
Veinte años después, el director Danny Boyle vuelve a encontrarse con los personajes en Trainspotting 2 (o T2), para ver en qué andan. Como le dice Sick Boy (Jonny Lee Miller) a Renton al principio del tráiler: "¿En qué anduviste en estos 20 años?".
Trainspotting fue un rotundo éxito. No tanto comercial —este tipo de películas nunca rompen récords de taquilla— pero sí cinematográfico.
Para empezar, confirmó todas las promesas de Tumba al ras de la tierra, la primera película para cine de Danny Boyle, y puso al inglés en el puesto de largada para una trayectoria que, con algún que otro desliz, es una de las más interesantes de Hollywood, con títulos como Exterminio, ¿Quién quiere ser millonario?, 127 horas y Steve Jobs.
Para seguir, Trainspotting fue la película que hizo de Ewan McGregor una estrella. En esa época, parecía encaminado a ocupar un lugar entre esa legión de buenos actores (sobre todo británicos) que rara vez llegan al mismo nivel que los Tom Cruise y los Leo DiCaprio. Y aunque seguramente cobre menos que esos dos tanques, McGregor ha logrado colocarse como un confiable y carismático actor que con su presencia vende alguna que otra entrada, con participaciones en producciones de alto perfil como La caída del Halcón Negro y, obviamente, la franquicia Star Wars, donde hizo de Obi Wan Kenobi.
Tal como la película de 1996, Trainspotting 2 también está basada en una novela del escritor escocés Irvine Welsh, quien anduvo hace poco por Uruguay. En este caso, ese libro se llama Porno y fue adaptado para la pantalla con algún que otro cambio (en la novela, los personajes se reencuentran luego de 10 años, no 20 como en la película).
Más allá de lo estrictamente cinematográfico, Trainspotting también fue parte un fenómeno musical. La canción "Born Slippy", del grupo de música electrónica británico Underworld, se convirtió en un hit, y contribuyó a consolidar la moda de las "raves", esas fiestas de música electrónica en donde se ingería éxtasis y se escuchaba, además de Underworld, a grupos y artistas como Chemical Bros, Prodigy, Fatboy Slim y Moby, entre otros.
CINE