Jennifer Lawrence habla sobre su nueva película, “Pasajeros”, que ya se estrenó en Uruguay.

Jennifer Lawrence ya no es la "nueva" estrella. Aunque aún joven, su trayectoria es tal, que casi puede pensarse en ella como una actriz "clásica" de Hollywood. Probablemente por eso es que la elección de sus papeles tienen una amplitud mayor que en los inicios.

Ya se probó como actriz de dramas más o menos convencionales y contemporáneos, y ahora está en las pantallas como una heroína de ciencia ficción. La película Pasajeros, estrenada la semana pasada en Uruguay, la tiene como protagonista, junto a Chris Pratt, de una historia en la que su personaje, Aurora Lane, viaja hacia otro planeta para luego regresar a la Tierra.

Como se trata de un viaje tan largo, Aurora y el personaje de Chris Pratt, Jim, son sometidos a un proceso de hibernación, que durará 120 años. Pero algo sale mal y la hibernación de ambos se interrumpe antes de lo previsto.

Lawrence, como parte de la promoción de la película, fue entrevistada por Columbia Pictures, sobre Aurora Lane y su viaje estelar.

—¿Qué fue lo que la intrigó acerca de viajar de la manera en la que se plantea en la película?

—Es una decisión tan grande la que los personajes toman. Un viaje de 120 años plantea, entre otras cosas, que el mundo que uno conoce cuando parte ya no será el mismo cuando regresa. Todas las personas que uno conoció y quiso estarán muertas cuando uno vuelva de ese viaje. Uno tiene que volver a empezar de cero. Eso, por supuesto, hace que todo sea más interesante. Espero que los que ven la película salgan del cine con un millón de opiniones distintas y que haya muchas respuestas distintas a la pregunta: ¿Qué harías tú si eso te pasara a tí?

—¿Por qué cree que el espacio y la exploración espacial son temas tan importantes en este momento?

—Creo que es porque sentimos la necesidad de escapar. Hay mucho miedo en la gente, y mucho temor. La idea de que uno puede irse, de que existe un lugar distinto a este en el cual estamos viviendo, es parte de la naturaleza humana. Eso fue lo que impulsó a tanta gente a meterse en un barco, o en una carreta, y emprender un viaje quién sabe a dónde, a un lugar donde nunca habían estado, con la esperanza de algo mejor. Pero claro, ahora ya exploramos por completo el planeta Tierra... Creo que está en nuestra naturaleza y en nuestros instintos querer seguir explorando, descubrir.

—¿Usted haría eso, lo mismo que Aurora?

—No. No me puedo imaginar lo que sería despedirme de todas las personas que conozco y quiero para no volver más. En algún punto, entiendo el impulso que siente Aurora: ella es hija de alguien famoso, así que entiendo que quiera hacer su camino, y hacerse un nombre propio. ¿Pero yo? No, no podría tomar una decisión de un carácter tan permanente como la que toma Aurora.

—¿Cuáles son las diferencias entre su personaje y el de Chris Pratt, Jim?

—Aurora viaja en primera clase y Jim en la económica. A él le dan café sin nada, a Aurora le dan latte y huevos Benedict. ¡Y mi camerino es mucho más lindo! (se ríe). Pero ella conecta casi enseguida con él, porque se solidariza con su situación. Cuando Aurora despierta, Jim lleva como un año despierto, solo.

—¿Cómo fue compartir un rodaje con Pratt?

—Es uno de los actores más disciplinados y trabajadores que he conocido, y tiene una actitud muy positiva, incluso a las cuatro de la mañana luego de horas y horas de rodaje. Y es muy distinto al personaje que le tocó interpretar. Jim es un tipo que no sabe muy bien cómo comportarse cuando hay una mujer cerca. Pratt sí sabe, es un hombre con mucha confianza y es divertido. Era fascinante ver cómo esa persona se iba convirtiendo en un hombre tímido e inseguro.

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