Se estrena Dioses de Egipto, una aventura bien de Hollywood.
Alguien definió Dioses de Egipto con gracia, y seguramente razón, como una mezcla de Transformers con La Momia. Eso da una idea del público al que va dirigido y los alcances de esta nueva película de Alex Proyas —el mismo de Yo, robot y El cuervo y Dark City— que se estrena este jueves en Uruguay.
Pero basta de nombrar películas. Según la gacetilla oficial, la película está basada en la mitología egipcia, en la cual había un gran número de dioses. Y como todo politeísmo está fundamentada en centenares de leyendas. Una de ellas es la que cuenta la enemistad entre Osiris y su hermano Seth, que incluye incesto, asesinato, vida después de la muerte y venganza. Parece una película de Hollywood.
Y lo es. En Dioses del Egipto, Set (Gerard Butler) es el dios implacable de las tinieblas. Ha usurpado el trono de Egipto, llevando a un imperio una vez pacífico y próspero al caos y el conflicto. Con solo unos pocos rebeldes heroicos opuestos al gobierno de Set, Bek (Brenton Thwaiters), un mortal audaz, consigue la ayuda del poderoso Horus (Nikolaj Coster-Waldau) con el que formará una alianza contra el mal supremo. Set y sus secuaces comenzarán una batalla inimaginable en el más allá y a través de los cielos.
Proyas —quien pidió disculpas públicas por poner un casting de caucásicos para interpretar egipcios— llena la mitología clásica egipcia de efectos especiales con escenarios computarizados que reproducen una versión del valle del Nilo. En el tráiler todo parecía un poco exagerado pero se supone que es parte del asunto. Queda claro que no es una reconstrucción histórica, sino un Egipto de matiné, como en los viejos tiempos.
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