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Una tía joven y con Oscar

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Marisa Tomei. Foto: Difusión

La actriz es la nueva y rejuvenecida Tía May en Spider-Man: De regreso a casa.

Perdón por los lentes", dice Marisa Tomei tras unas gafas enormes. "Es mi toque Tía May". Se refiere a la tía de Peter Parker —el adolescente también conocido como El hombre Araña— su papel en Spider-Man: De regreso a casa, que se estrenó el jueves en Uruguay. El papel lo hicieron antes Rosemary Harris y Sally Field pero ahora le toca a Tomei, que tiene 52 años y un Oscar por Mi tío Vinny.

—¿Cómo te sentiste cuando supiste quién era Tía May y cómo la representaban en los cómics?

—Estaba horrorizada. Pasé toda la negociación sin saberlo. Ellos seguían diciendo "es un personaje icónico, es un personaje icónico". Suena ridículo, pero todo pasó muy rápido. Fue justo antes del rodaje de Capitán América: Civil War. Todo pasó en quizás 10 días. Pero estaba más concentrada en mis cosas, honestamente. Y entonces, todo el panorama me fue revelado.

—¿Pero no sentiste que te estaban pidiendo que hicieras una viuda desgarbada?

—¿Sabes qué? No hay nada malo en esa descripción del personaje. No quiero llegar a un punto de vista etario sobre eso, en absoluto porque esa fue mi propia cruz personal en ese momento. Pero como se fueron dando las cosas, ¿por qué no? Pensé que tal vez debería ir hacia ese lado y aparecer con el pelo canoso. Pero la hicimos de pelo largo.

—¿Cómo se mantiene la longevidad en una carrera como actor? Una vez que se hacen conocidos a los actores se los suele encasillar.

—Se deprimen. Se malhumoran. Se amargan (se ríe). No, nos mantenemos lejos de eso. Hice dos obras el año pasado (La rosa tatuada en el Festival de Teatro Williamstown, y How to Transcend a Happy Marriage para el Lincoln Center Theater), y Spider-Man. Todas fueron experiencias muy ricas y muy diferentes. Por supuesto, siempre estoy luchando contra cualquier estereotipo en que me quieran meter e intento cambiar eso. No por una cuestión racional, sino más bien por motivos sentimentales. Como se puede ver va de ser de Brooklyn y jugar a ser de Queens.

—También hiciste de la ejecutiva villana en Empire, lo que imagino debe haber sido divertido.

—Y un desafío. Ser una bruja autoritaria fue toda una novedad para mí. He interpretado a un montón de gente buena onda, y quería hacer algo donde pudiera ser odiosa u oscura y enojada. Me cuesta sentir eso. Eso debía ser toda otra inmersión psicológica, supuse (se ríe).

—¿Cómo fue ganar un premio Oscar tan temprano en tu carrera?

—No sé, realmente, lo que otros esperaban de mí. Ciertamente estaba empezando así que no tenía ninguna de esas raras expectativas en mí misma.

—Fuiste víctima del feo rumor de que ganaste un Oscar porque el presentador dijo el nombre equivocado. El embrollo de la ceremonia de este año, ¿te dio una validación del tipo: eso es lo que pasa cuando se equivocan?

—Cuando era más joven me dolía mucho. De hecho me avergonzaba. Pero, por otro lado, es un montón de m.... Creo que tenía que ver más con el papel que interpreté, de que era una comedia y que yo no era de clase alta. Francamente creo que todo fue una cuestión clasista.

—¿Todavía podés ver películas en un cine, con el público?

—Esa es la manera más diverida, ¿no? Aún recuerdo ver La mosca a medianoche en Times Square con una sala llena. La gente chocaba las manos con extraños en el medio de la película. Nada puede ser mejor que eso.

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Marisa Tomei. Foto: Difusión

MARISA TOMEI

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